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jueves, 29 de febrero de 2024

Marcando épocas

Era el verano de 2022. Yo y mis amigos nos dirigíamos en dirección al pueblo de veraneo habitual, disfrutando del último verano antes de nuestro inicio en bachillerato. Uno de mis mejores amigos entusiasta de la música, había descubierto una nueva canción de un artista poco conocido. Debido a mi gusto musical muy cambiante, tiendo a cansarme de las canciones muy rápido pero en esta, hubo algo que en las demás no había visto, algo que hizo que pegara conmigo incluso hasta el día de hoy. El tema fue muy bien recibido por todos mis amigos y sinceramente, me gustó a mi también. En cada momento de ese viaje nos encontrábamos con música, y esta sin duda fue una canción recurrente. Tanto nos gustó la canción que no dejó de sonar a lo largo de todas las vacaciones.


Al acabar ya el verano, yo y mi amigo habíamos ido descubriendo más sobre el compositor de nuestro himno de verano. Y fue aquí que descubrimos todo un mundo de música creada por este mismo cantante. Por suerte, las canciones no fueron lo único que nos encontramos al investigar sobre su carrera musical. Encontramos también que ese mismo octubre daría un concierto en Bilbao. Puesto que el artista seguía siendo relativamente poco conocido, las entradas nos salieron a un precio muy económico y no dudamos en comprarnos una cada uno. Acudimos al concierto que a día de hoy, sigue siendo el que más impactado me dejó. Además, tuvimos bastante suerte ya que poco después, el artista en cuestión comenzaría a aumentar exponencialmente en audiencia, tanto que empezó a sonar en muchos lugares distintos. En fiestas, en la radio, en los bares… En definitiva, se empezó a convertir en un cantante muy conocido. 


Quizás tan solo fue que me gustó como sonaba la canción esa primera vez que la escuché, que sonaba distinta a cualquier otra y que esto hizo que pegara conmigo, pero sospecho que esto no fue el verdadero motivo. Hoy en día suena la canción en cualquier lado y soy transportado a esos momentos de hace dos años. Ese verano en el coche con las ventanas bajadas, el aire cálido y placentero contra mi piel, el cielo azul sin ningún rastro de nubes, y sobre todo el estar rodeado de las personas que más aprecio. Y el concierto, gritando las canciones junto a un amigo verdadero, esas canciones que tantas veces habíamos escuchado juntos, y que ahora estábamos teniendo la oportunidad de vivirlas de cerca. Soy transportado a estos momentos, y no puedo evitar mostrar una sonrisa.


https://www.youtube.com/watch?v=gevlOhNYOgE

La mejor canción del mundo (da igual lo que digáis, es la mejor)

Yo soy una persona muy musical y mi vida va siempre acompañada de la banda sonora compuesta por todas las canciones que escucho y canturreo diariamente. Las personas que me conocen saben que siempre ando tarareando algo y que me vuelvo loca cuando de fiesta ponen alguna canción que me apasiona. Además, no discrimino, me gustan canciones de todo tipo. Desde las canciones más tontas y graciosas de Pascu y Rodri hasta el rock de los 80. Estoy orgullosa de poder decir que escucho de todo o casi de todo. Y aunque cada día tenga mil canciones favoritas nuevas, hay una que siempre estará en el primer puesto. 

Desde que soy pequeña mis padres han intentado educarme de una manera muy musical. Empecé a ir a clases de música a los 6 años y aún sigo. Puedo decir orgullosamente que se bastante de música clásica y de lenguaje musical. Pero, por otro lado, también me han enseñado muchas canciones modernas y de su época. Además, creo que me he visto la mayoría de los musicales y películas con buenas bandas sonoras. En el coche hemos cantado a todo pulmón muchísimas canciones y tengo muy buen recuerdo de ello. Pero lo que más me ha gustado siempre ha sido bailar y expresar mi amor por la música moviéndome. Por eso mi canción favorita es la protagonista de la escena final de un musical en el que terminan bailando y dándolo todo.

Mi canción favorita es una canción que te hace saltar al instante del sofá y ponerte a bailar. Desde que la escuché por primera vez al final de la película que lleva su nombre supe que esa canción iba a ser un himno en mi vida. Me acuerdo de muy pequeña al final del musical levantarme del sillón en el que estaba y ponerme a bailar con mi padre como dos locos a los que no les importaba nada. Es una canción que me pone de un humor genial siempre que la escucho, porque para mi es adrenalina pura. 

Este verano, una tarde lluviosa y desagradable, me llevé la mayor alegría porque vi que en Paramount echaban la peli antigua de esta canción y luego la nueva. Me lo pase en grande con mis padres aquella tarde porque cada vez que sonaba alguna de las canciones de la banda sonora bailábamos y hacíamos en bobo a más no poder. Al final del maratón, estábamos exhaustos de tanto bailar. Creo que aquella tarde fue una de las mejores tardes de mi vida.

Por esa y muchas razones más Footloose es mi canción favorita. Es divertida, es animada, la letra es bonita y no insulta a nadie. Igual al resto os parece una canción más de un musical más, pero para mí lo es todo e invito a todo el mundo a escucharla y disfrutarla.




miércoles, 28 de febrero de 2024

Discomanía

 Estaba escuchando música mientras andaba por la calle. Llegaba el final de una canción de Fito que me gusta mucho. Justo cuando acaba  voy a mirar qué canción viene después en la pantalla, pero  una guitarra me interrumpe. Me quedo paralizada, porque la canción que suena no es una cualquiera, es LA CANCIÓN. 

De repente cierro los ojos, y al abrirlos, me encuentro en un Volkswagen azul. Me suena mucho. De hecho, es el coche que tenía de pequeña. Me miro en el espejo del retrovisor y solo veo a una niña de 9 años. Me veo a mi. Al lado mío está mi hermana pequeña cantando esta canción a todo pulmón. Y delante mi ama está guiando a mi aita mientras él mueve la cabeza al ritmo de la música. Me acuerdo de este momento, es como si fuera un deja vú. Este es el viaje que hicimos en familia cuando fuimos a un camping en Soria. Casi sin pensarlo vuelvo a cerrar los ojos.


Pero esta vez al abrirlos el paisaje es distinto, aunque la música que escucho de fondo sea la misma. Ahora estoy en medio de montes. A lo lejos veo a una cuadrilla viendo el amanecer. Me acerco para verles mejor y me doy cuenta de que es gente conocida. Distingo a Unai, Arrate, Maite y alguna más. Entonces, caigo en la cuenta de que estoy en el ibón de Anayet, y que ese grupo de chavales es mi grupo scout. Este momento era el comienzo del volante que marcó a muchas personas, el volante de Pirineos. Justo cuando me voy a acercar para ver mejor el atardecer y hablar con mis amigos, pestañeo otra vez.


Y como era de esperar el sitio que me rodea vuelve a ser distinto. A mí alrededor veo a gente saltando al ritmo de la canción. Hay muchas luces y una orquesta tocando la canción. Una vez situada me doy cuenta de que estoy en la verbena de las fiestas de mi pueblo. A un lado veo a mi amiga Paula y al otro a Lara. Me encantaría quedarme en esta noche que recuerdo con tanto cariño. Pero entonces, otra vez vuelvo a pestañear.


Cuando vuelvo a abrir los ojos estoy otra vez en Bilbao, donde estaba al inicio de la canción. Y las últimas notas y acordes me sacan de ese ensimismamiento en el que estaba. Pero, a pesar de haber vivido la canción al completo y de haberla escuchado entera, siento que no la he disfrutado suficiente. Así que me meto en Spotify y busco 20 de abril de Celtas Cortos. Y vuelta a empezar.


Esta canción no solo ha marcado mi infancia y mi adolescencia, sino que también me hace sentir nostalgia por un futuro que desconozco, aunque suene paradójico. Un futuro en el que recuerde mi presente y escriba a mis amigas al igual que el narrador de la canción. Un futuro que a pesar de no saber cómo será tengo ganas de conocer. Entre el ritmo y la letra de la canción, se me hace imposible retener las lágrimas de melancolía cuando la escucho. Y lo mejor de todo es que es una canción que siempre me recuerda  a mis aitas.


20 de abril - Celtas Cortos https://youtu.be/Z9mH0rPunmg?si=lTbS4wlZ98uSY06h

domingo, 25 de febrero de 2024

Desde los ojos de lo invisible

El colegio nos ha traído muchos buenos como malos momentos o experiencias. Pero sobre todo, lo que   mas nos ha dado y con lo que mas agradecido estoy son las personas que nos ha dado a conocer a lo largo de nuestra vida. Personas que no olvidaremos jamás. Personas que sentimos como familia. Personas como, en mi caso, mi amigo Andoni.

He compartido con Andoni toda mi vida desde que teníamos 3 años, y le conozco como si hubiésemos crecido en la misma casa. Lo curioso del caso es que nunca he tenido la ocasión de conocer a su familia ni de estar en su casa, lo cual me empezó a parecer extraño hace un par de semanas.

Andoni comenzó a hablar menos con nosotros y ya no quedaba con la cuadrilla, hecho que me sorprendió mucho, ya que siempre ha sido muy activo socialmente. Hablando con él sobre el tema, me comentó que vivía una situación muy frustrante en casa y que se había planteado escaparse. Mis sospechas se centran en los estudios y la presión que ejercen sus padres sobre él. 

Desde mi posición solo pude limitarme a ofrecerle todo mi apoyo y a darle a entender que a lo mejor no se está dando cuenta de lo que sus padre realmente quieren. Creo que simplemente Andoni lo ha exagerado todo un poco, cosa que suele hacer mucho. 

A pesar de todo lo que más coraje me da no es el hecho de que mi amigo sea un exagerado, sino que seguramente haya gente que está viviendo la situación que describía Andoni de verdad. Lo más importante en la vida de esas personas se reduce a tener las mejores calificaciones y el mayor número de títulos posibles. 

Mandados por una sociedad en la que reina el consumo y lo superficial, las personas son resumidas en números y méritos, ya que lo único que importa es la rentabilidad que se le pueden sacar.

Solo es tímido...

 He tenido una vida normal más o menos, con mi familia, mis amigos, el cole… Nada que sobresalga de lo habitual. Sin embargo, hace poco algo descuadró totalmente mi vida. Uno de mis mejores amigos, por no decir el mejor, se quería escapar de casa. A pesar de que él decía que era algo que se veía venir y era evidente, ninguno de mis amigos se percató de sus pensamientos.


Todo empezó hace dos años cuando en su casa tuvieron una gran pelea que hizo mucho daño a la relación entre los padres de Andoni. Finalmente dos meses después se divorciaron. Ese divorcio causó mucha frustración en los padres de Andoni. Y ellos lo pagaban con el pobre Andoni, hijo único. Andoni lleva muchos meses soportándolo y ya no puede más.


Nos lo dijo hace una semana en una fiesta a altas horas de la noche y en una situación no del todo favorable. Pero una cosa es verdad, los borrachos no mienten. Durante esta semana hemos estado pensando en que decirle para que cambie de opinión. Sabemos que es un chico muy tímido que le cuesta decir lo que siente y muchas veces sobrepiensa las cosas antes de hablarlas con quien las tiene que hablar. Como aquella vez en la que una chica le confesó su amor, y él se pensó que era una broma y no le contestó el mensaje. Encima se quería ir a Valencia, y lo siento pero odio esa ciudad como odio el cardo.


Hemos decidido contárselo a sus padres y que todos lo hablaran, porque sabemos que exagera mucho las situaciones que le ocurren. Conocemos a sus padres y son bastante majos la verdad. Ninguno de los dos se lo esperaba y la noticia les sentó fatal. Decidieron quedar un día y hablar todo con él porque si era verdad que a veces eran demasiado duros con él. 


Ayer hablaron y todo ha salido muy bien, se han reconciliado hasta los padres que antes se llevaban a matar, por el bien de su hijo. Andoni salió muy feliz, y ahora no se puede llegar a imaginar cómo viviría solo. ¡Si no sabe ni hacerse un huevo!


El problema de Andoni

 Como la mayoría de días estaba yo hablando con Andoni, mi mejor amigo desde que nos conocimos en infantil, y estábamos pasando un buen rato. Al salir del cole siempre nos juntábamos para hablar de lo que habíamos hecho ese día y de lo que queríamos hacer. 

Durante esa conversación me sorprendió una cosa que dijo y es que quería dejar la casa de sus padres e irse a vivir él solo. De hecho me dijo que ya había comprado un billete de bus para Valencia. Esto me impactó mucho porque, aunque ya sabía que no tenía una muy buena relación con sus padres, no pensaba que fuera tan mala. Además Andoni siempre había sido un poco exagerado por lo que dudé si de verdad le trataban tan mal.


En ese momento estaba indeciso. No sabía qué hacer. Pensaba que irse a Valencia él solo no era lo mejor, pero a la vez me daba pena que lo estuviera pasando tan mal. Lo único que sabía era que tenía que hacer algo para intentar solucionar el problema. Podía hablar con mis padres o con los suyos, pero decidí hablarle directamente a él.


Para empezar le pregunté por la relación que tenía en casa, porque aún sabiendo que no era muy buena, hacía mucho que no me hablaba de eso. Me dijo que cada vez iba peor y que ya no aguantaba más. Por lo que me contó, sí que parecía que esta vez no estuviera exagerando. Aún así, intenté convencerle para que no se fuera a Valencia ya que había muchas otras opciones que en mi opinión eran mejores. También le dije que intentara hablar con sus padres sobre esto, pero no se atrevía y prefería que lo hiciera otra persona.


Por lo tanto, le conté esto a mis padres para que pudieran hablar con los suyos y eso es lo que hicieron. Tras hablarlo durante bastante tiempo, los padres de Andoni entraron en razón. Al principio pensaban que tampoco le trataban tan mal, simplemente que eran muy estrictos. Lo que no sabían es que a Andoni le afectaba mucho eso, entonces su comportamiento era cada vez peor al igual que el de sus padres.


Al final hablaron con Andoni y arreglaron las cosas. Yo al enterarme de esto me puse muy contento ya que podría seguir viendo a mi amigo todos los días y él no iba a tener ningún problema más. Eso sí, en caso de que esto volviera a ocurrir, los dos dijimos que Andoni no seguiría viviendo con sus padres y le encontraríamos un lugar mejor.

Menos mal que está la abuela


No entiendo nada. A mi mejor amigo, Andoni, le acaban de dar la mejor de las noticias. ¡Había sido admitido en la universidad de arte de Valencia! Era una de las más prestigiosas de Europa y se había esforzado mucho por conseguir un puesto allí. Pero entonces, ¿por qué me contaba la noticia tan serio y triste?


De repente se puso a llorar. Me quedé de piedra, nunca antes le había visto llorar y eso que le conocía desde los siete años. Yo le intentaba tranquilizar como podía y él entre sollozos, y alguna que otra palabrota, me decía que se iba a escapar, que no aguantaba más seguir aquí. 

Yo estaba perdida para entonces y le pedí que me explicase todo desde el principio. Y consiguiendo calmarse un poco me contó lo sucedido.  


Yo ya sabía que la relación de Andoni y sus padres desde siempre había sido muy complicada y conflictiva, y es que tenían maneras muy diferentes de ver la vida. Por un lado estaba su padre, jefe de una gran empresa de éxito. Y por otro lado, Andoni, un chico creativo y con un gran talento para la pintura. Creo que no hace falta explicar que su padre no veía con buenos ojos los dibujos de su hijo y que sus aspiraciones para él era que siguiese con la empresa familiar. 

Por supuesto que Andoni se negaba rotundamente a ello y por ello decidió hacer la matrícula para la universidad de Valencia a escondidas. 


Lo que había sucedido era que sus padres le habían pillado y le prohibían asistir a esa universidad que ellos consideraban poca cosa para él. Y eso les había llevado, cómo no, a otra gran discusión. 


Yo verdaderamente entendía a mi amigo, era una completa injusticia que no tuviese el control de su futuro. Pero la idea de escaparse desde Bilbao a Valencia con tan solo 17 años era absurda. No disponía del dinero suficiente, y definitivamente no disponía ni de la edad ni de la madurez como para hacerlo.  ¿Pero entonces le iba a pedir que renunciara a su sueño e hiciese lo que sus padres querían con él? Definitivamente no. 


Afortunadamente yo sabía de alguien que me podía ayudar a arreglar todo esto, la abuela de Andoni. Era una mujer buena y empática que en cuanto le conté todo lo que pasaba con su nieto en seguida supo tomar medidas. Y si había algo que temía y respetaba a la vez el padre de Andoni era a su madre. 


No sé qué fue lo que pasó entre la abuela de Andoni y su padre, pero si se que pasase lo que pasase fue muy bien, pues su padre cedió a la petición de mi amigo dejándole ir a la universidad de Valencia. Eso sí, no iría solo, su abuela le acompañaría. 


Y yo no podía estar más feliz por mi amigo.  

Tema semanal del blog (19 al 25 de febrero)

Andoni y yo llevamos siendo amigos desde que tengo uso de razón y siempre hemos sido mejores amigos. Pasamos todos los veranos juntos, empezamos a jugar al fútbol en el mismo equipo y casi nunca nos separamos el uno del otro. Además, nuestras familias siempre se han llevado genial, así que él para mí es como mi hermano.


Estas últimas semanas Andoni ha estado muy raro. Durante las clases siempre ha estado distraído y más de un profesor le ha llamado la atención. Además, en los recreos ya no juega en las pachangas que nos echamos todos los del curso, y eso que son sus favoritas. Y conmigo últimamente ha estado más distante que nunca. Por eso, un día decidí hablar con él para saber qué le estaba pasando recientemente y si yo podía ayudarle con lo que necesitase.


Durante la conversación me dijo que sus padres no lo estaban tratando bien y que desde hacía semanas le estaban tratando de manera muy injusta. Me contó que desde que el mes pasado sus padres vieron las notas de la segunda evaluación y que había bajado la media respecto a la primera empezaron a adoptar esta actitud. Es por eso que me habló de que se había planteado marcharse de casa y que se había sacado un billete de autobús para irse a Valencia, a pesar de no haber cumplido todavía la mayoría de edad.


Ante esta situación, me vi obligado a intervenir en el asunto debido a que es mi mejor amigo y no quiero que tome ninguna decisión precipitada. Yo conozco a Andoni desde pequeño y sé que muchas veces exagera las cosas y es por eso que pienso que lo más importante es que se dé cuenta de que su familia es una de las cosas más importantes que tiene en esta vida. Debido a eso, creo que la solución que debe de buscar al problema que tiene no es marcharse de casa, sino sentarse con sus padres a hablar y llegar a una solución. Si no lo entiende y se cierra en banda, lo más correcto sería hablar con sus padres, ya que son ellos los que deberían de hacerle entrar en razón y arreglar las cosas.


Nuevo dilema

 Hace una semana, al entrar en clase, vi a Andoni con una maleta. No entendía la situación hasta que me explicó el porqué: se sentía desesperado y no podía seguir viviendo bajo el mismo techo que sus padres. 

Lo conocía bien y sabía que solía exagerar bastante las cosas, pero esto, por muy exagerado que pudiera ser, parecía grave. Según él, sus padres no le trataban bien y no soportaba ni un minuto más en su casa. Por consecuencia, pasaba el mayor rato posible en la calle, y eso también le traía problemas. 


Me comentó que tenía el billete para Valencia ya comprado, pero no sabía dónde dormiría, dado a su minoría de edad. Por si esto fuera poco, tenía escaso dinero ahorrado. Todo parecía ser un acto impulsivo. Si el dilema de mi hermana y mi mejor amigo no era suficiente, me encontraba bajo uno nuevo: ser responsable y contárselo a sus padres y al colegio o serle fiel a mi amigo y callarmelo. Era consciente de que cuando Andoni tenía una idea metida en la cabeza era complicado sacársela, pero mi opinión tenía bastante influencia en sus acciones. Es por eso que mi postura ante su repentina decisión era importante.


Fue entonces cuando recordé que tenía familia valenciana y ellos podrían acoger a Andoni hasta que empezase a ganar dinero. Es por eso que decidí animarle y ayudarle en lo que pudiese. Me daba pena alejarme de él, pero ya eran veces las que me contaba todo lo que sus padres le hacían; y no podía seguir así.


Una semana después, es decir a día de hoy, esta felizmente trabajando de lo que le gusta, viviendo con mi familia y estudiando al mismo tiempo. Aun así, espero que la relación con sus padres mejore y que si él quiere, vuelva aquí.

La elección de Andoni

 —¡Ya no soporto más a esta familia, me quiero ir de aquí! —me gritó Andoni.

Andoni y yo éramos amigos desde infantil, y le conocía muy bien. Es una persona que exagera bastante, por lo que no me sorprendió mucho lo que decía. Me contó que sus padres lo maltrataban y había decidido escaparse de casa. Hasta ese momento no me preocupaba, pero cuando sacó el billete de autobús a Valencia, me di cuenta de que esta vez iba en serio. 

Me quedé boquiabierto, no sabía qué hacer. El billete era de esa misma noche, tenía que tomar una decisión inmediatamente. ¿Debería contárselo a nuestras familias o al colegio? ¿O debería de confiar en él y no traicionarle? No podía dejarle solo en un mundo desconocido, especialmente siendo menor. Pero tampoco quería mentirle. Entonces, se me ocurrió un plan.

Mi intención era dejarle ir y seguirle para protegerlo. Cuando se dé cuenta de que no puede sobrevivir solo, se arrepentirá y querrá volver. Por lo que yo llevaré los billetes de vuelta y podremos regresar. Así, Andoni aprenderá una lección. Le conté mi plan a nuestros padres y dije que confiaran en mí. Ellos, a pesar de saber que era peligroso, creyeron en mí, ya que era la mejor manera de cambiar la idea de Andoni.

Me preparé y fui en dirección a la estación de bus. Allí encontré a Andoni y me escondí detrás de él. Subimos al autobús y después de unas horas llegamos a Valencia. Andoni bajó del bus y yo le seguía. No parecía estar nervioso ni parecía tener miedo, es más, creo que estaba muy seguro de qué tenía que hacer y adónde ir. 

Andoni avanzó por las calles de Valencia y llegó a un restaurante. El jefe del restaurante salió a recibirlo y entraron al establecimiento. No sabía quién era y tampoco si Andoni le conocía. No les podía escuchar y solo podía esperar fuera. Al cabo de unos minutos Andoni salió y fui a preguntarle. Andoni al verme, se sorprendió, pero al final me contó todo.

Resultaba que Andoni antes de venir, ya había conseguido encontrar un trabajo donde ofrecían alojamiento y comida. Lo tenía todo preparado, estaba dispuesto a quedarse y vivir allí. Yo le seguía insistiendo que debería de volver a casa, sin embargo él me dijo que no me preocupara y que me fuera sin él. No parecía que le iba a convencer.

Ahora el problema es qué voy a hacer cuando vuelva sin él, qué les voy a decir a sus padres.

¿Qué debo hacer en esta situación?

Nos encontrábamos en el patio, cuando Andoni decidió contarme que ya tenía todo para irse de casa y viajar a Valencia después de clases porque no aguantaba un día más en su casa, ya que sus padres no le trataban bien. Después del patio, no supe qué hacer y estuve las siguientes horas de clase pensando si debía contárselo a su familia, hablar con su tutora o guardarle el secreto, ya que si contaba todo, Andoni mi amigo desde la infancia dejaría de confiar en mí y si guardaba el secreto me iba a sentir mal si algo le pasaba. 

Las clases acabaron y al llegar a casa, decidí contárselo a mi madre porque no podía con esto sola, ella me aconsejó que hablara con él para hacerlo entrar en razón a lo que le respondí que ya lo había intentado desde hace varios días, por lo que no me quedaba más opción que la de llamar a Carmen, su madre y contárselo. Cuando su madre cogió la llamada le comenté la situación y me dijo que últimamente le notaba más preocupado de lo normal, pero que en ningún momento le habían tratado mal, sin embargo cuando le conté que ya tenía los billetes del bus comprados para irse a Valencia, esta salió corriendo a la habitación de Andoni y efectivamente ya no estaban sus cosas, Carmen comenzó a llorar y colgó la llamada. Estuvieron toda la tarde buscándole e incluso informaron a la policía, yo también le estuve buscando porque no pensaba quedarme quieta. Fui al sitio donde siempre solíamos ir de pequeños para hablar de nuestras cosas, era nuestro lugar de desconexión y efectivamente allí le encontré, pero no estaba solo estaba hablando con una chica, algo que me sorprendió bastante, dado que no sabía de quien se trataba, cuando está se marchó, me acerqué  para hablar con él y hacerlo entrar en razón, me dijo lo mismo que en la mañana, pero también me contó que no podía volver, ya que aquella chica era su novia desde hace algunos meses y creían que estaba embarazada, algo que según él sus padres no iban a aceptar, ya que seguían siendo menores de edad. Le aconsejé que hablara con sus padres que seguro que lo entenderían. 

Finalmente, accedió, pero no volvió a su casa, decidió pasar esa noche en mi casa. Al día siguiente, le acompañé para que hablara con sus padres. Finalmente todo se quedó en un susto. Andoni volvió a su casa y sus padres le dieron todo el apoyo respectó al embarazo, el cual también fue una falsa alarma.

No siempre los padres son los malos de la película.

 Pablo González 2.A

Desde hace semanas que soy consciente de la situación de Andoni, un chaval normal que supuestamente en casa no le tratan bien. Es cierto que es de mis mejores amigos y una de las personas en las que más confío, pero conociéndole… Es una persona que exagera absolutamente todo y que piensa que todo el mundo está en su contra.

Hasta aquí todo bien, pero llegó el día que me informó que se marchaba, sí, lo habéis oído bien, marcharse de casa con tan solo 17 años recién cumplidos. En un principio no supe como reaccionar, me dijo que ya tenía el billete de bus y que su destino era Valencia, lo cual no me resulta extraño ya que siempre ha sido muy fan de la paella. 

Por otro lado, le intenté convencer para que no se fuese, ya que claramente era imposible que aguantara él solo en Valencia sin nadie que le ayude. Por un momento pensé en contárselo a sus padres, a sabiendas de que él me pidió que no se lo contase a nadie, pero yo en estos casos voy a hacer lo que me da la gana.

Estuve varios días pensándolo, y tras el sábado de esa semana entero estudiando sin parar, nótese la ironía, decidí otra vez, no hacer absolutamente nada. Conozco perfectamente a Andoni y sé de sobra que no va aguantar ni un día en Valencia sin su madre, por mucho que él diga que le trata mal.

Me la jugué todo a una carta, y afortunadamente salió bien, Andoni se quedó sin fabada en lata y sin dinero a los 3 días y vino corriendo a España a su hogar. Casualmente ahora la forma que tiene de ver a sus padres es totalmente diferente, a veces solo hace falta distanciarnos un poco de lo que supuestamente nos hace mal, para darnos cuenta de que los que estábamos haciéndolo mal somos nosotros mismos y no nuestro alrededor.

¿Qué debo hacer?

 Andoni siempre ha sido un chico bastante exagerado. De pequeños hacía una montaña de cualquier tontería. Sin embargo, últimamente me tiene preocupada. Desde hace unas semanas me viene diciendo que lo está pasando fatal en casa, que sus padres lo maltratan, y dice que se quiere ir, que necesita huir de esa situación. Ayer me dijo que ya tiene un billete de bus, y que se va a ir a Valencia a la antigua casa de su abuela. Andoni, con sus 17 años, quiere irse a vivir él sólo a otra ciudad, por su supuesta mala situación en casa. 

Estoy en un dilema, pues no sé muy bien si está contando la verdad sobre el trato que recibe de su familia. Si no es verdad no entiendo la razón de escaparse. Si sí que lo es, igual irse sin avisar no es la mejor vía para arreglar el problema. No se si hablar con algún profesor, con sus padres… no se qué hacer. Entonces se me ocurre. Andoni tiene una hermana, dos años menor. Antes que hablar con los padres le podría preguntar a ella, y si lo veo necesario, incluso contarle lo que pretende su hermano. 


Escribo a Naiara, la hermana de Andoni. Quedamos para tomar algo en una cafetería. Primero le pregunto sobre sus estudios, extraescolares… Hasta que me pongo seria y decido hablarle de lo importante. Le pregunto cómo van las cosas en casa, y le pido por favor que no me mienta, que es muy importante que diga la verdad. Me cuenta que desde hace unos meses la relación de sus padres con su hermano ha empeorado. Que todas las noches terminan a gritos, o con alguien yéndose de casa. Dice que Andoni lo está llevando bastante mal, y que no sabe qué hacer. Le cuento entonces lo que quiere hacer su hermano, lo que no le sorprende nada. Dice que ha intentado convencerle de que no lo haga, pero que no hay manera. La situación en casa sí es tan grave como para que se quiera ir, pero Naiara cree que no es la mejor opción. Llamamos entonces a Andoni, y le pedimos que venga. Llamo también a mi madre, abogada, para que nos ayude a convencerle de que tampoco legalmente es la mejor opción. Después de una charla de cerca de una hora, mi amigo decide que, en lugar de irse sin más, va a conseguir un trabajo para ganar dinero y poder ser más independiente, y para ver si en un tiempo puede independizarse. También va a empezar a ir al psicólogo e intentar mejorar su relación con sus padres. 

QUERIDO ANDONI

QUERIDO ANDONI


Con Andoni siempre ha sido diferente, él es de los pocos en este mundo que realmente me entiende. Desde que tengo uso de razón él ha estado ahí, sacándome una sonrisa incluso en los días más apagados. toda la vida ha sido muy despreocupado. Él era mi happy flower. Sin embargo, este curso lo he visto diferente; la chispa que siempre brillaba había desaparecido y no entendía por qué. Él pretendía actuar como si nada, como si nadie supiera lo que pasaba detrás de su sonrisa, aunque conmigo no podía actuar.

Un día después de clase aproveché para hablar con él, quería saber cómo estaba realmente, quería saber más que solo ese “bien, ¿y tú?” que todos decimos cuando nos preguntan por nosotros mismos. Cuando le pregunté por él, por casa, por su familia… Andoni no pudo hacer otra cosa que echarse a llorar; jamás había visto tanto dolor en el reflejo de su mirada. Me rompía el corazón; inmediatamente le di un abrazo y le escuché. Me contó que ya no podía más, que ya no aguantaba la situación que tenía en casa;  aparentemente sus padres no hacían más que machacarle a tal punto de agredirle físicamente; me empecé a preocupar mucho a pesar de que sabía que Andoni era un chico muy exagerado. No podía creerme del todo que su familia le pegaba, pero cuando mis dudas aparecieron Andoni se quitó la camiseta; me enseñó un cuerpo amoratado, y no pude hacer otra cosa que llorar con él. Me contó su plan; se iba a Valencia.  Ya tenía el billete para el autobús, solo tenía que hacer las maletas para marchar al día siguiente. No sabía qué hacer o que decir, la situación era extremadamente delicada, y sabiendo lo dramas que es Andoni, tenía que ir con cuidado con mis palabras para que no huyera también de mí.

Al volver a casa hablé con mis padres y les comenté la situación. Intenté buscar apoyo donde pudiera para poder ayudar a quien siempre hacía que todo fuera mejor. Sabía que no podía dejarle ir, al fin y al cabo era menor; tampoco podía hablar con sus padres quienes habían causado todo este marrón. Al final decidí hablar con Andoni otra vez. Le dije que no podía irse, por lo menos no sin mí. Resulta que mi tía vivía en Valencia, así que tras un par de llamadas acordé con mi tía nuestra estadía en su pequeño hogar, donde sabía que mi pequeño Andoni, alegre y fugaz, estaría a salvo.



Daniela Sánchez


Un divorcio que devolvió una sonrisa

Un divorcio que devolvió una sonrisa: 

Hacía unos minutos que había entrado por la puerta de casa, cuando de repente llega un mensaje de mi compañero de clase Andoni, con quien llevo compartiendo aula desde infantil y quien con los años se ha convertido en mi mejor amigo.

Desde hace ya semanas, Andoni me lleva contando que está teniendo muchos problemas con sus padres en casa, me ha comentado que últimamente no le están tratando bien. Es por ello que el mensaje que me llevo no me sorprendió. 

El mensaje que me envió decía lo siguiente: “¡No aguanto más! Mañana después de clase voy a hacer las maletas y me voy, ya tengo el billete de bus cogido para irme a Valencia. Espero que te vaya todo bien y lo siento desaparecer de esta manera”. Nada más leerlo no supe cómo reaccionar, al principio me quedé tan sumamente bloqueada que se me cayó el móvil al suelo, y se me rajó la pantalla. Al cabo de un rato, después de haber interiorizado lo que estaba pasando decidí llamarle. Pero él no me cogió. 

Al no responder a mi llamada, decidí presentarme en su casa. Nada más entrar, el ambiente de la casa era muy tenso. Decidí ir a su casa porque se que Andoni es una persona que exagera mucho las cosas, que no sabe tomar buenas decisiones cuando está en caliente y además, un gran pequeño detalle, es menor de edad. A parte de todo eso es muy cabezón, y por más que intenté convencerle de que no se fuese, hasta llorando, no sirvió para nada. 

La verdad es que no sabía muy bien que hacer. Y aunque no me gusta meterme en asuntos en los que yo no tengo nada que ver, decidí ir a donde su madre. Hablé con ella y le expliqué la situación. Su madre comenzó a llorar, ya que se sentía culpable de lo que su hijo estaba viviendo y estaba pasando, que terminó suspendiendo 5 porque no sabía cómo sobrellevar la situación. 

Finalmente, su madre pidió perdón y al cabo de unos cuantos meses los padres de Andoni terminaron divorciándose. Aunque esté mal, gracias a que sus padres tomaron esa decisión Andoni volvió a ser el. Volvió a ser la persona que yo siempre había conocido, y de la que además estaba enamorada en secreto. 

El arrebato

Estaba en clase como un día cualquiera, aburrida. Entonces Andoni, mi amigo, se acercó a mi. Me dijo que quería hablar conmigo, que necesitaba contárselo a alguien. Tan solo confiaba en mí. 

En la hora del patio nos fuimos a hablar, él y yo, solos. Me contó lo que le estaba ocurriendo. Decía que sus padres le trataban muy mal y que se iba de casa. Pero no solo eso. Había comprado un billete de autobús a Valencia. Pretendía irse de casa y vivir en la otra punta de España. Sinceramente pensaba que estaba exagerando, como siempre hace.


Tras mucho pensar, le pregunté a ver qué era lo que sus padres le hacían. Él no quiso especificar, pero dio a entender que le hablaban constantemente mal. Cuando oí eso pensaba que estaba teniendo una reacción desorbitada. Traté de calmarlo para que no hiciera ninguna tontería. Pero no entraba en razón. El patio acabó y volvimos a clase. Tenía 3 días para convencerlo y que no se fuera.


Estando en casa no paraba de darle vueltas a lo que Andoni me había contado. Estaba considerando la opción de hablar con sus padres, con su tutor o simplemente con un adulto. A mi todo esto me venía muy grande. Pero no podía traicionar a mi amigo, él había confiado en mí. Decidí contárselo a mi ama, sabía que me ayudaría y que mantendría el secreto a salvo.


Después de hablar mucho tiempo con mi ama supe que hacer. Hablé con Andoni, le aconsejé que hablara con sus padres. Ellos le querían, al fin y al cabo son las personas que le dieron la vida. Le conseguí tranquilizar y él habló con ellos. Al final todo se quedó en un susto. A día de hoy está bien con sus padres y recordamos esta historia como algo gracioso. Un simple arrebato de Andoni.


La verdad detrás de las mentiras de Andoni

 Hay un niño que conocía desde pequeño, Andoni, siempre le gusta exagerar lo que le paso y como iba tirando tonterías , las personas ya no le creen.

Un fin de semana, recibí un mensaje de Andoni, me decía que no soportaba el abuso de sus padres y que quería huir de sus padres. Como siempre mentía, al principio no creí lo que decía, hasta que me enseñó el billete de autobús para irse a Valencia y me di cuenta de que no me estaba mintiendo.Inmediatamente llamé a Andoni y le pregunté si estaba loco, le dije que no puede hacer eso, un menor de edad irse a un lugar tan lejano solo era muy peligroso. Andoni no escuchó lo que le dije y persiste en irse. Estoy muy ansiosa, igual le puede pasar algo malo si se va solo a Valencia. ¿Qué debo hacer? ¡Ay, ay, ay, ay ! Andoni cada vez me da problemas, realmente me arrepiento de haber conocido este chico.

Estaba en un dilema, Andoni me contó su plan por confianza en mí. Si se lo dijera a sus padres, estoy traicionando, pero si no digo nada, podría estar en peligro. Teniendo en cuenta la seriedad de lo sucedido, se lo dije primero a mis amigos, pero como Andoni siempre mentía nadie lo creyó. Después de una cuidadosa consideración, le pedí ayuda al profesor. Finalmente, el profesor avisó a los padres de Andoni.

Cuando Andoni fue encontrado por sus padres, después de la explicación de sus padres, me di cuenta de que Andoni estaba exagerando nuevamente lo sucedido.Sus padres simplemente lo regañaron por sacar un cero en su examen de matemáticas, pero él dijo que sus padres abusaron de él.Sentí que este muchacho me había mentido otra vez, le di un puñetazo.

sábado, 24 de febrero de 2024

Maltrato invisible

Como todos los sábados, Andoni y yo quedamos para tomar algo y ponernos al día. Intentábamos exprimir al máximo las últimas tardes de sábado que nos quedaban antes de ir a la universidad y  separarnos para siempre. Él se marcharía a estudiar  medicina a Eslovaquia y yo me quedaría en Bilbao estudiando matemáticas. Pero aquella tarde Andoni estaba más serio de lo normal. Me dijo que debía contarme algo muy grave. Me contó que sus padres le pegaban y le maltrataban, y que ya no aguantaba más en su casa. Explicó que había comprado un billete de bus para Valencia y que se iba a marchar en unos días a vivir allí.

Me quedé con la boca abierta. Conocía a Andoni desde los dos años y había ido mil veces a su casa, y nunca me había dado la sensación de que sus padres le maltratasen. Su madre Carmen era una mujer amable y risueña, y su padre Mikel era divertido y cariñoso. Jamás se me habría ocurrido pensar en que ellos pudiesen hacerle daño a nadie y menos a su único y preciado hijo. Aun así le creí a Andoni, ya que no acostumbraba a mentirme, aunque una pequeña parte de mí seguía sin poder ver a Carmen y a Mikel capaces de maltratarle. 

Andoni vio la mueca de sorpresa que puse cuando me lo contó y para demostrarme que era verdad lo que decía se levantó la camiseta para que viese los moretones y las heridas que tenía. Pero cuando me dejó ver su piel, no vi rasguño alguno. Desconcertada, le pregunté donde se suponía que estaban las heridas. Él me dijo que debía estar ciega o algo porque se veían claramente tres grandes moretones en sus costillas.  A continuación, me enseño el billete de bus, aunque yo solo vi un recibo de una tienda de ropa. Me empecé a preocupar y cuando Andoni se puso a hablar con un camarero inexistente se confirmaron mis sospechas. 

Me excusé un momento y fui al baño corriendo para llamar a su madre y contarle lo ocurrido. Ella me contó que Andoni llevaba unos meses sufriendo episodios de alucinaciones, oyendo voces e imaginando cosas. Ese mismo sábado habían ido al psiquiatra y a Andoni le diagnosticaron esquizofrenia. Eso lo explicaba todo. Además, Carmen me contó que llevaba días intentando agredirles a ella y a Mikel, y luego autolesionándose y echándoles a ellos la culpa. Le pedí que vinieran a buscarle y le conté su plan.

Cuando volví a donde Andoni, Carmen y Mikel ya habían llegado y se lo llevaron directos al hospital. Allí, le ingresaron y le empastillaron para que estuviese tranquilo. Estuvo meses ingresado hasta que se regularizó y gracias a una nueva pastilla dejó de tener alucinaciones tan severas. Siempre que pienso en esto agradezco no haberle dejado escapar a Andoni porque ahora vive una vida normal y sin complicaciones.

La situación de Andoni ¨19 al 25 de febrero¨

 Andoni, un compañero de la infancia me lleva diciendo en todos los recreos desde hace un tiempo que la relación con sus padres es bastante mala, hasta el punto de que me ha comentado su intención de irse de casa a Valencia y que ya tiene el billete de bus comprado para ello.


Estoy bastante preocupado por la situación, ya que como conozco a Andoni desde hace mucho tiempo. Sé que él es muy exagerado con sus problemas pero no sé hasta qué punto podría estar dramatizando o realmente tiene problemas de verdad.


Por un lado no quiero traicionar la confianza de Andoni, pero por otro lado sé que le puede acarrear bastantes problemas y que la solución no es huir de ellos. 


En mi opinión, la manera correcta de solucionarlo sería primero hablar sobre el problema con Andoni lo antes posible y ver si está exagerando o no, e intentar convencerle con todos los medios posibles de que sus intenciones no le salvarán. Y si eso no funciona, intentaría comunicarlo a sus padres y explicarles la justificación que tiene Andoni respecto a su acción para que comprendan los sentimientos de Andoni y así concienciarles para arreglar el conflicto.


 No creo que informar en el colegio sea la mejor vía en un principio, ya que los problemas familiares deben tratarse primero con las propias familias. Y si esto sigue sin solucionarse, se debería informar a los tutores para intentar mediar entre padres y alumnos.


Sin duda alguna, este tipo de situaciones son muy estresantes y difíciles de tratar, ya que nadie nunca sabe realmente por lo que está pasando el prójimo. Pero si algo se debe hacer es intentar tomar acción para solucionarlo y no quedarse de lado.


viernes, 23 de febrero de 2024

Andoni y sus ideas maquiavélicas

Andoni llevaba ya un tiempo diciéndome que estaba harto de sus padres, que lo maltrataban (aunque realmente no lo hacían, es simplemente que no aprendía de sus errores) e incluso llegó a tal punto de querer irse de casa, cosa que me parecía muy exagerado, pero conociéndolo era capaz. Un día me envió una foto de su ticket dirección Valencia, le contesté diciendo que me alegraba por el que fuese de viaje con sus padres para mejorar la relación a lo que me respondió diciéndome que el ticket era solo de ida y que iba a ir el solo. Fui a su casa para que me explicase todo en persona. 


Llegue y me empezó a decir que no quería vivir más en su casa y que se iba a largar, que lo tenía todo planeado y que justo ahora se iba a ir. Pilló su maleta y bajó las escaleras con seguridad, como si pensase que lo que hacía era lo correcto. Le intenté convencer con todo tipo de argumentos y no funcionó, se le veía decidido. No me quedó de otra que llamar a sus padres para solucionar el problema. Estábamos cerca de la estación de buses, los padres no llegaban y Andoni era un tren sin frenos. Como me quedé sin ideas decidí recurrir a Mike (mi puño derecho).


Le metí un puñetazo a 80 km/h con un ángulo de coseno(50º) y Andoni cayó al suelo. Se levantó, pilló un palo del suelo y me lo partió en la cabeza, todavía me mantenía en pie. Decidí contar con Joseph, y no, no era mi puño izquierdo, era la “Espada Carmesí Rompe Dimensiones” que todo el mundo lleva en su bolsillo. Me lancé rápidamente contra él y esquivó mis múltiples ataques, Andoni aprovecho mi punto débil para golpearme con su ataque “Solo te veo como un amigo”, afortunadamente eso hace la mitad de daño a gente que no sienta nada por él, pero seguía siendo un golpe de mucha potencia. No tenía fuerzas para levantarme. Perdí por completo. Pero para mi suerte… (si queréis saber qué sigue después tendréis que esperar a que haga la segunda parte).






Nah, es broma. El bus ya se había ido y los padres llegaron. Al final Andoni no pudo irse a Valencia y el castigo que recibió no fue ni medio normal, pero bueno mirar el lado positivo, podría haber sido peor. Podría haberse convertido en un dictador y haber querido conquistar el mundo por venganza jajajajaja. Espera un momento…… ¡O mierda!


jueves, 22 de febrero de 2024

Querido diario: me encuentre entre la espada y la pared

 Entre la espada y la pared

Querido diario: 


Alguna vez te has encontrado en una situación en las que las dos únicas soluciones posibles solo crean más problemas. Entre la espada y la pared. Traicionar a un amigo o ser fiel. Pues así me encuentro yo ahora mismo. Mi amigo de la infancia Andoni me ha contado que ha planeado escaparse de casa, ya que no aguanta más ahí. Sin embargo, mi amigo todavía está en el instituto y es menor, así que no puede irse solo a Valencia. 


Andoni y yo siempre hemos sido muy cercanos. Cuando estaba mal él estaba para apoyarme. Y siempre le he contado todos mis secretos, porque sabía que él me los iba a guardar. Pero, ¿debería hacer yo lo mismo ahora?. O ¿es mejor que cuente la verdad a sus padres? Siento que delatando su plan va a parecer que le he traicionado. Y me arriesgo a que se enfade conmigo y pierda una de las amistades más importantes de mi vida.


Pero, claro, luego está la otra cara de la moneda. No me parece bien su plan. No solo es menor y no tiene dinero, sino que no puede hacerle eso a sus padres. Sé que ahora mismo no tienen la mejor relación. Pero también conozco bien a Andoni y a veces puede llegar a exagerar mucho las cosas. Así que sinceramente creo que la mejor solución es hablar tanto con mis padres, como con los suyos. Y de esta manera que sean los adultos los que se encarguen del problema.


Espero que Andoni no se enfade porque le tengo mucho cariño. Pero voy a hablar con él. Y si me promete de verdad que quiere salir de su casa porque no está bien allí, entonces le propondré irnos a vivir juntos el año que viene, cuando seamos mayores de edad. Y así podrá vivir a gusto y conseguido de buenas maneras.


Mi querido diario, de esta experiencia saco la conclusión de que a veces hay situaciones donde no es fácil decidir o donde la impotencia gana. Pero si se mira con otra perspectiva o insistes en buscar soluciones seguramente las llegues a encontrar. Y espero que la siguiente historia que te cuente sea más positiva.


Otro cuento más

 El otro día estaba en mi casa a punto de echarme una buena siesta, de esas que te levantas y piensas que ya es el próximo día. Sin embargo, de repente, me llegó un mensaje bastante desafortunado. Era un amigo mío y me estaba diciendo que debíamos vernos urgentemente, ya que tenía que contarme algo muy importante. Obviamente, era lo que menos me apetecía en ese momento, pero bueno, se supone que los amigos deben ayudarse, así que no tuve otra que salir de casa a las 4 de la tarde para que me contase sus penas. 

Llegué al parque bastante enfadado, no era la primera vez que me levantaba de una siesta para ver que quería. Entonces, me empezó a contar un historia rarísima de que sus padres le trataban mal, que se quería ir de casa, que ya tenía el billete de autobús para irse a valencia y no se que cosas más. La verdad que no le hice mucho caso.


En este punto podéis pensar que soy un amigo horrible, por no decir otra cosa, pero es que conozco demasiado bien a mi amigo. Tenía clarísimo que no iba a hacer nada de eso. Yo lo quiero mucho, pero… lo siento, es una persona que le encanta llamar la atención y se monta unas historias tremendas para que la gente se fije en él. De verdad, ya era la tercera vez en ese mes que me soltaba un rollo de esos y la verdad que estaba bastante harto.


Entonces, se me vino una idea a la cabeza. No iba a caer en su intento de llamar la atención y decidí seguirle el rollo totalmente. Le dije algo como: “¡¡¡Sí!!!, que guay, que bien te lo vas a pasar en Valencia, que morro tienes. Además, si tienes un poco de suerte seguro que encuentras un puente bonito para pasar las noches y, oye, soñar es gratis, si tienes la suerte de encontrarte algún día con una red de narcotraficantes o algo parecido seguro que te aceptan en su clan. Además, he escuchado que ahí es más fácil coger la comida de las basuras porque no hay tantas ratas enfermas como aquí. Bueno, todavía queda alguna así que ten cuidado de no coger la rabia o alguna de esas tonterías.”


Mientras le iba contando todo esto, su cara empezó a cambiar de una manera que nunca se me va a olvidar. De verdad, tendríais que haber visto cómo se iba transformando en una persona totalmente asustada y arrepentida. Al fin y al cabo, solo estaba buscando un poco de atención y no iba a ir hasta Valencia con 17 años para vivir entre mugre y cajas de cartón.


Esto me hizo reflexionar sobre algo que no he parado de darle vueltas desde ese momento. Muchas veces, intentamos contradecir o convencer a personas muy cabezotas que están estancadas en sus ideas absurdas y no nos damos cuenta de que, a veces, es mejor seguirles el rollo hasta que se den cuenta de lo ridículos que están sonando.



Mentiras con final feliz

 Andoni siempre ha sido un chaval bastante hablador. Cuando éramos pequeños cada fin de semana se inventaría una de sus historias nuevas. Un día nos trataría de convencer de que su primo era superman, cosa que incluso a los ocho años éramos capaces de descartar como mentira. Otro día nos explicaría que tenía once ferraris aparcados en su garaje, y cuando le preguntamos por qué nunca los habíamos visto a pesar de haber estado en su casa en multitud de ocasiones, resultaba que justo en esas ocasiones se habían mandado a  arreglar los once a la vez. Incluso nos dijo que había sido seleccionado por el Athletic Club para ser titular del primer equipo, que para entonces, ya conociéndole, supimos que se trataba de otra de sus mentiras. Esta tendencia de mentir sigue formando parte de la personalidad de Andoni incluso hasta hoy en día con diecisiete años, que a pesar de no ser tan radical en sus mentiras, seguía dejando caer alguna patraña. 


Hace unos días tras haber salido del colegio, iba andando con Andoni como era lo habitual, sin embargo notaba un considerable nerviosismo por su parte. Tras habernos alejado del instituto, Andoni comenzó a escanear su alrededor, procurando asegurar la ausencia de personas conocidas. Hecho esto, se acercó a mí y me dijo que me tenía que contar un secreto. Conociéndole, automáticamente supuse que sería otra de sus mentiras, por lo que cuando me dijo que se iba a escapar a Valencia, pensé que me estaría vacilando. No fue hasta que me enseñó su billete de autobús y me explicó la mala situación que estaba viviendo en su hogar que verdaderamente lo creí. Le dije que estaba loco, que no podía hacer eso siendo menor de edad y sin familiares esperándolo en Valencia, sin embargo no estaba dispuesto a escuchar mis consejos, sino que tan solo quería mi apoyo. Empecé a considerar mis opciones. Estaba claro que no podía dejarle ir solo a Valencia por lo que se me tenía que ocurrir un remedio.


Inicialmente pensé en contárselo a algunos de la cuadrilla, pero poco caso me hicieron al saber que era Andoni de quien se trataba el caso. Estaba claro que nadie del grupo de amigos le creería por lo que recurrí al profesorado del instituto. Los familiares de Andoni no eran una opción viable, ya que en el caso de que fuera verdad lo que me había contado, no sería buena idea molestar a sus padres. Acudí a la sala de profesores a hablar con el profesor de historia ya que era este el que más cercano había sido con nosotros en los últimos años. En el momento de mencionar el nombre de Andoni, inmediatamente lo descartó como mentira diciendo que no habría problema. Con las opciones exhaustas, me desesperé ante la situación que había caído en mis manos. Ya era tarde, y Andoni me estaba diciendo que le viniera a despedir en la intermodal. Me dijo que quedaríamos en el San Mamés para andar hasta la intermodal juntos, pero al llegar, noté que iba sin maletas ni equipaje. Fue en ese momento que me dijo Andoni que me diera la vuelta, sin embargo lo que ví al girarme me dejó completamente boquiabierto. Mostrado en la pantalla se podía observar en letra grande “Nuevo fichaje, Andoni Pérez”. Cómo no, otra de las mentiras de Andoni.


domingo, 18 de febrero de 2024

Foto con sorpresa

 Hace unos días volví de Polonia y estaba sentada en el sofá mirando el móvil, algo bastante común pues estaba en instagram mirando algunas fotos. De repente en una de ellas, un selfie para ser exactos, vi a una pareja que no conocía. Esta se encontraba en la parte de arriba de Gaztelugatxe, en la iglesia. Todo parecía ser normal, hasta que decidí ampliar la foto ya que soy muy cotilla. 

En ese momento me fijé y, casi fuera de plano, me di cuenta de que también aparecía mi hermano. En ese momento me quedé en shock, junto a mi hermano aparecía una chica y se les veía muy cariñosos. Lo curioso y sorprendente de todo esto es que aquella chica no era mi mejor amiga con la que lleva saliendo tres años.


Mi cara lo decía todo, me había quedado sin palabras, y casualidad llegó mi hermano a casa. Cómo no, le tenía que preguntar de quién se trataba, pues no podía permitir esta situación. Le hablé de la foto y me dijo que no había nada de lo que preocuparse. Resulta que aquella chica era nuestra prima que hacía mucho que no la veíamos ya que vive en Londres y vino a pasar unos días a casa. Debido a que llevaba un tiempo sin verle, yo ni la reconocí. ¡Vaya fallo!


Una vez acabé de hablar con mi hermano y me explicó quién era y que solo estaban dándose un abrazo, me quedé más tranquila. Pero vamos, el susto que me llevé no me lo quita nadie.

Una extraña coincidencia

Después de ver esa historia me quedo mirando el móvil, impactada. Reviso la foto varias veces. No entiendo nada, yo no tenía a Diego como un tío que pusiera los cuernos. No sé qué debería hacer, pues ella es mi mejor amiga, pero él es mi hermano. Pero, claro, si lo pienso, es él el que ha actuado mal. Estoy dudosa, por lo que primero quiero comprobar si de verdad mi hermano ha engañado a Mery. Todavía tengo esperanza de que sea alguien muy parecido a mi hermano, extremadamente parecido. Es por ello por lo que llamo a mi hermano, y le digo que le invito a un café, pues tengo que preguntarle algo. 

Diego está mirando el móvil, flipando (según sus propias palabras). No tiene ni idea de quién es la chica con la que sale en esa foto, está seguro de que no la conoce. Sin embargo le cuesta no reconocerse a sí mismo en la imagen, es demasiado parecido. Decido no llamar a María todavía, y hacer un poco más de investigación. Escribo a la chica que subió la foto, y le pregunto a ver si sabe quien es el chico que sale de fondo. Me dice que no sabe, aunque debería, y me cuenta que es una excursión que hizo con su clase y con otro colegio. Imagina que el chico ese sería de ese otro colegio. La chica, en cambio, sí que le suena. Dice que es una chica de ese otro cole, que le suena que se llama Sara, y que puede preguntar. Le pido que lo haga. Al cabo de un rato recibo otro mensaje suyo, con el perfil de Instagram de la tal Sara. 


Pienso que lo mejor que puedo hacer en ese momento es escribirle, y preguntarle cómo se llama su novio. Le pido perdón por ser tan directa pero insisto en que de verdad necesito conocer la información. Me dice que su nombre es Lukas, y me pasa su Instagram, para que lo compruebe. Le cotilleo un poco y, para mi sorpresa, es un chico completamente igual que Diego. Decido hacer un grupo con ellos dos, y les pido encontrarnos para tomar algo. 


Dos días más tarde consigo por fin cuadrar horarios para poder encontrarnos los tres. Es impresionante estar sentada con mi hermano multiplicado por dos. No sólo son iguales físicamente, también tienen la misma personalidad. Cuando ya hemos conocido un poco más a Lukas, Diego y yo le pedimos, como habíamos acordado previamente, si nos puede hacer un favor: hacerse una prueba de ADN, para ver si podemos descartar que sean gemelos. En mi cabeza mi hermano y ese chico estaban viviendo una historia como la de la gran película Tú a Boston y yo a California. Sin embargo, cuando recibimos los resultados vemos que no tienen ninguna coincidencia, por lo que no pueden ser familia. LLegamos a la conclusión entonces de que todo esto es simplemente una extraña coincidencia. Una muy extraña coincidencia…


El gran error

 Era un domingo y yo estaba en mi casa aburrido como es habitual. Por lo tanto decidí meterme en Instagram para ver alguna que otra publicación y entretenerme un rato. Estuve bastante tiempo y todo iba muy bien porque conseguí pasar un buen rato hasta que me encontré con una publicación en concreto. En esta se podía ver a una pareja en Gaztelugatxe, lo que es bastante normal, pero el problema vino cuando en el fondo de la foto vi a mi hermano con una chica actuando de forma cariñosa.

Esto me desconcertó bastante ya que la chica con la que estaba no era mi mejor amiga, que era su pareja desde hacía tres años. Entonces tuve un dilema bastante grande. No sabía qué hacer, estaba perdido. Sabía que no podía quedarme callado porque es algo que en mi opinión es bastante grave. Estuve bastante tiempo pensando en qué hacer. Podía decírselo directamente a mi amiga o intentar hablar con mi hermano sobre eso.


Decidí hablar con mi hermano para hacerle entrar en razón de que lo que había hecho es algo muy feo y una falta de respeto muy grande. Le dije que lo mejor que podía hacer era confesarle a su novia lo que había pasado. Al principio no quiso hacerlo ya que no quería acabar con la relación, pero luego entró en razón y me hizo caso. Él también se dio cuenta del gran error que había cometido así que decidió contárselo a su pareja.


Como es normal no siguieron con la relación. Mi hermano estaba muy triste por ello pero sabía que había hecho lo correcto y mi amiga me dio las gracias por haber hecho que mi hermano entrara en razón. Él se pasó muchos meses muy triste ya que realmente se arrepentía y la quería mucho. Pero también asumió su error y entendía que no continuarán siendo pareja. Al fin y al cabo la culpa era suya y eso es lo que más le dolía de todo. Dentro de lo malo me quedo con que mi hermano aprendió una gran lección y por lo menos le contó a su pareja lo que había hecho, en vez de engañarla. 


Ahora estoy seguro de que no lo volverá a hacer jamás ya que lo ha pasado bastante mal después de esto y se ha dado cuenta de que es un gesto muy feo y una gran falta de respeto hacia la persona que se supone que más amas del mundo. Sabiendo cómo es mi hermano va a tener mucho más cuidado con lo que hace y no va a cometer el mismo error de nuevo. Estoy convencido de que a su futura pareja la tratará de la mejor manera posible y la hará sentir alguien especial.

Mi hermano y mi mejor amiga

 Pablo González 2.A

Aburrido, sin saber qué hacer, me metí a Instagram para ver fotos o vídeos que la misma aplicación me recomendaba. Casualmente en una de ellas, veo como al fondo de la imagen mi hermano aparece con una chica de forma un poco cariñosa. 


Mi hermano está saliendo con mi mejor amiga, pero en esa foto la chica que aparecía allí no se parecía ni de lejos a mi mejor amiga, por lo cual no hay que ser muy inteligente para deducir que mi hermano le está poniendo los cuernos.


En ese momento me encuentro entre la espada y la pared, por un lado quiero contarselo a mi mejor amiga, pero por el otro me paro a pensarlo dos veces, y es que es mi hermano.


Con cautela, se lo comenté a mi hermano. La tensión llenó la habitación cuando le enseñé la foto y le pedí una explicación. Por suerte me dijo la verdad, que estaba empezando una relación con otra persona y que no sabía cómo terminar en la que ya está.


Me encontraba en medio de un conflicto familiar. Mi lealtad se dividía entre mi hermano y mi mejor amiga. No supe qué hacer, así que decidí no hacer absolutamente nada que ya bastante tenía con lo mío. 


Por suerte, pasaron las semanas y al cabo de 20 días, mi hermano y mi mejor amiga lo dejaron, ya que él decidió contarle todo. A veces solo basta con dejar pasar el tiempo y que sea este quien se encargue de solucionar los problemas.

 Hace dos años, mi hermana se fue junto con su grupo de amigos a Gaztelugatxe. Al día siguiente, Leire, su mejor amiga, subió una foto a Instagram. De primeras parecía una foto de lo más normal, ella posando con el mar y la isla de fondo, pero al fijarme más detalladamente, me di cuenta de que aparecía mi hermana. Lo que me chocó fue que no estaba sola, se le veía agarrada a un chico de una forma cariñosa, y es que ella llevaba saliendo con mi mejor amigo Pablo 3 años, y el chico de la foto no era Pablo. 


Fue entonces cuando saqué captura a la historia y rápidamente se la envíe a mi hermana pidiéndole explicaciones. Era consciente de que no debía meterme en su relación, pero es que se trataba de mi mejor amigo y tenía que haber una razón que defendiese esa actitud. Mi hermana me negó rotundamente que aquella chica de la foto era ella, pero era obvio que sí. Conocía bien su ropa y ese día en concreto me fijé en cómo iba vestida y coincidía perfectamente con la de la foto; por lo que no le creí. En ese momento no sabía muy bien qué hacer, si contárselo a Pablo y traicionar a mi hermana, a pesar de que fue su error; o no decir nada y traicionar a mi amigo ocultándole la verdad. 


Hice lo que vi más correcto, que fue hablar con mi hermana para que le contase a Pablo todo lo ocurrido y que quedase en sus manos la decisión de si seguir con la relación. De esta forma, no traicionaba a ninguno, aunque me sentía como si hubiese roto yo la pareja. Evidentemente, rompieron después de que mi hermana se sincerase, lo cual me dió mucha pena porque sabía muy bien lo mucho que se querían. 


No obstante, a día de hoy siguen juntos y mañana se celebrará la boda. Son una pareja ideal y se quieren tanto, que decidieron aprender del error para no repetirlo y volver a empezar.

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...