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domingo, 28 de enero de 2024

Lipograma sin la I

Era un sábado nublado, yo estaba tumbado en el sofá con una sudadera con capucha observando el ordenador hasta que de repente escuchó un estruendo absurdamente fuerte, me asomé a la ventana y un foco de luz me cegó, cuando levanté los párpados me encontraba en un mundo donde la gente volaba con escobas o lanzaban poderes ya sea bolas de fuego o de agua, me quedé anonadado. Empecé a dar una vuelta por el pueblo y le pregunté a un forastero que me cuente en donde estaba. El señor empezó a correr, yo me quedé asombrado por la respuesta. Todo el alrededor se quedaron asombrados, velozmente unos soldados me atacaron y eché a correr. Encontré una casa abandonada donde me aloje un rato para pensar en lo que ha pasado. Un señor aparece de las sombras para contarme el porque me atacaron, al parecer no tengo una marca en la cara que señala que tengo superpoderes es por eso que me buscan, desean matar a las personas que padezcan esta marca para que no se reproduzcan.

El ser extraño me recomendó que corra lo más lejos pero me negué, entonces me comento que me apuntase a la escuela con más valor del planeta ya que las personas que acaben en los rangos más altos serán respetados por todos es por eso que debo de ganar para que puedan tener honor de todos y no me busquen más.

Entrene y entrene semana tras semana lo corporal para poder enfrentarme a ellos y ser el mejor en la escuela, esto solo acaba de empezar.


Lipograma (sin la u)

Ya han pasado más de 4 años sin volver a China, desde el verano antes de la pandemia. Mis memorias se irán olvidando con el paso del tiempo, del colegio donde aprendí, de los amigos conocidos allí y de la localidad donde vivía. De momento, todavía podría describir la mayor parte de mi casa y del alrededor.

Esta casa era de siete pisos, donde se compartía entre varias familias. Todavía no olvido los detalles de la casa. Al pasar se veía la entrada principal con mobiliarios viejos y retratos. Más adelante se encontraban las escaleras y más a fondo el almacén y la cocina. Incluso más adentro, pasando por la cocina, estaba el jardín donde solíamos plantar vegetales o criar animales. 

Al ascender por las escaleras, a la derecha estaba el salón y entrando por él se hallaba la habitación de mis padres; en el medio el baño y al otro lado la habitación de mi amama. Otro piso más arriba, era la misma división de espacio, pero esta vez las habitaciones son la mía y la de mi hermano. En el resto de plantas, se hallaban lo mismo otra vez, sin embargo, en ellas ya habitaban otras personas.

La casa estaba rodeada de montes y de otros edificios, estaba posicionada más alto de lo normal. Bajando por las escaleras y atravesando callejones, se lograba salir hasta la carretera. No era tan moderna como ShangHai o Pekín, era bastante normal, calles repletas de tiendas o comedores, habitantes caminando y charlando por allí, pocos coches pasando por las carreteras… 

Si avanzamos por la derecha llegaríamos a la parte más moderna y poblada del sitio, tampoco es tan moderna como he dicho, pero está por encima de la parte donde vivía. El área está dividida por ríos, en el lado del frente, es donde hay más edificios, más variedad de tiendas y donde está la estación del tren. Es a lo largo de este río donde solíamos pasear la familia tras la cena. Se podía observar personas en el río, gente mayor bailando y niños divirtiéndose.

Desgraciadamente, a pesar de poder volver próximamente, ya no estará la casa donde vivía y donde compartí momentos inolvidables, por motivo de la demolición del edificio. De todos modos, estas memorias siempre persistirán en mi.


Lipograma sin la i

En el valle lejano hay un bosque con árboles frondosos, un pequeño pueblo agradable y un arroyo serpenteante. En este valle todos comparten recursos y se ayudan unos a otros y no hay pelear. Los pájaros cantan alegremente por la mañana, se pueden ver hermosas estrellas por la noche, todo en el valle es muy alegre.

Hasta que aparece un grupo de personas, todo lo bueno del valle desaparece. Estas personas estaban destruyendo ardorosamente todo en el pequeño valle. Están talando desesperadamente árboles y corrompen los puros arroyos. Todo lo que había en el valle fue destrozado.Ya no hay pájaros cantando alegremente por la mañana y  ya no se pueden ver más estrellas hermosas por la noche. El valle quedó desolado.

Todos los árboles del bosque fueron talados por esta gente avaro. El agua del arroyo se queda totalmente negra.Ya no quedan bosques arbolados, no hay arroyo serpenteante, no hay pueblo agradable. Esa gente arrasó este pequeño valle.Todo se desaparece y nunca podremos volver a ver este hermoso valle. Ya no existe este hermoso valle.

 

El futbol es para todos (Sin la I)

Para algunos es correr detrás de un balón, pero para más de 270.000.000 de personas en el mundo es mucho más que un deporte. Para todos aquellos que, como yo, se han enamorado del fútbol desde que son muy pequeños, este fabuloso deporte posee un valor que muchos nunca podrán entender. El fútbol es una forma de desahogarse de todos tus problemas y de pasar un momento con aquellos que más amas, de poder hacer deporte de una manera en la que se te pasa volando cada segundo que estás en el campo. 

A pesar de haber formado parte en pocos clubes de fútbol, cabe recalcar que en el que me encuentro ahora es claramente el mejor en el que puedo estar. Llevo ya tres años formando parte del grupo y puedo corroborar que cuando voy al campo y entreno con ellos, es como estar tu casa y estar rodeado de compañeros que no se pueden reemplazar por nada. Y ya no es solo el hecho de que desarrolle nuevos lazos con personas, pero que además este deporte y este club me han ayudado a crecer como persona. 


Por otro lado, todos los chavales sueñan con debutar en el conjunto que llevan apoyando desde que son enanos, el cual, pese a no estar pasando por un buen momento, nunca van a dejar de defender. A esto se le llama lealtad, y yo creo que es uno de los rasgos más fundamentales con los que florece el fútbol. Además, este deporte es una gran manera de enseñar valores a los más pequeños. Muchas veces, la gente busca métodos para que los más jóvenes maduren y crezcan como buenas personas, por ejemplo, a través de charlas y chapas, pero no se dan cuenta de que el ensayo de un deporte puede llevarles a esa meta y a mucho más. 


Lipograma sin la I

‒ Tal vez no fue nuestro mejor momento. Nos encontrábamos en el aeropuerto, observando cómo nuestra aeronave se marchaba, la que nos tuvo que estar llevando a casa en ese momento. Naturalmente, estando en Japón, los encargados nos hablaban en su lengua materna, y como en esa época no todos eran capaces de hablar en otras lenguas, no nos logramos entender con ellos. Tras un largo rato de no llegar a nada, nos cansamos de tratar de resolver el problema, por lo tanto optamos por regresar cada uno de nosotros a su hotel. En el trayecto al hotel, me quedé pensando en la mala suerte que tuve. “De no haberme quedado en la cama hasta tarde, seguro que llegábamos” pensé. Tras un rato en coche, llegué hasta el hotel. Tras pagar lo justo para quedarme una noche más, entré al cuarto y me quedé pensando en qué hacer tumbado sobre la cama observando el techo, cuando de pronto me sonó el teléfono. Era un compañero escolar japonés muy cercano preguntándome a ver dónde estaba, y cuando llegaba a casa. Le comenté lo que nos pasó hace un rato en el aeropuerto y que por esa razón, estaba aún en el hotel. Para aprovechar el hecho de que me quedaba en Japón, aunque solo fuera unas horas más hasta que encontrara otro vuelo a España, opté por quedar con él y sus compañeros en el bar. Me duché, me puse ropa nueva y me preparé para el encuentro con ellos, aunque no estaba muy seguro de lo que me esperaba en el bar, ya que nunca pude encontrar un momento para quedar con ellos antes. Al llegar al bar en donde se encontraban, me aseguré de tener el pelo arreglado correctamente y crucé la puerta. No tardé en verles. Me señalaron para que me acercara a ellos y fue en ese momento que de repente me encontré a punto de desmayarme. Junto al compañero con el que hablé por teléfono, estaba la muchacha más bella del mundo entero. Ese fue el día que a tu abuela conoc-


‒ Que encuentro más encantador abuelo.


‒ ¡Pero déjame acabar la frase!

Lipograma sin la u



Si me pidieran hablar de los mejores viajes de mi vida, hablaría del Camino de Santiago. Tal vez no parezca el mejor destino de vacaciones, pero es el mío por varias razones. Antes de explicar las razones, daré algo de contexto.


Realicé el camino como salida de fin de año del colegio. No hicimos el camino al completo, sino tan solo la parte del final. Ahora bien, no era corto el trayecto recorrido, de hecho recorrimos 100 kilómetros en menos de cinco días. De ahí, no sorprenderá comentar como, además del mejor, también se trató del viaje más agotador.


Empezamos desde Sarria, aldea de poco tamaño cerca del Gorbeia. A partir de ahí, dividimos el camino por partes, y cada día intentábamos completar ciertos kilómetros. Podría decir sin vacilar cómo el trecho más complicado lo comenzamos en Palas de Rei, realizando casi 30 kilómetros en menos de 24 horas. Varios días nos vimos obligados a comenzar a andar antes del amanecer, llegando por fin al hostal con las energías completamente agotadas. 


A pesar de estas condiciones, o tal vez gracias a ellas, se dió la ocasión de conocernos mejor entre nosotros. Vivir experiencias en compañía, sobre todo las trabajosas y difíciles, jamás fallan en fortalecer las amistades. Además, conocimos a gente de todas partes del globo, al fin y al cabo, el Camino de Santiago es destino para varios viajeros.


De las mejores partes del viaje era la posibilidad de reconectar con el medio ambiente, y de apreciar el paisaje y las vistas. Si bien llevábamos el móvil encima, apenas lo encendíamos, preferíamos aprovechar el momento sin las distracciones de las redes sociales.


En definitiva, el Camino de Santiago es el viaje ideal para viajeros con ganas de andar, desconectar del día a día y de conocer otras personas y hacer amistades.


¿Qué pasó realmente? (Sin la I)

Elena se levantó y después de prepararse, dejó su casa y fue a la calle. Todo era normal, nada raro pasaba. Estaba concentrada en sus cosas cuando de repente se chocó con una persona. Éste enfadado le reprochó lo que pasó, ya que derramó su café. Ella tras rogarle y ver que él no deseaba ceder se fue. No dejaba de pensar en lo que acababa de suceder, cómo una persona era tan malhumorada? 


Tras un par de semanas, un cartero tocó la puerta de Elena con una carta en su mano. Elena estaba extrañada, pero deseando leer lo que se encontraba dentro del sobre. Empezó a leerlo. La carta era una amenaza. Elena creyó que era una broma de alguna compañera suya, pero no. No pensó en la amenaza y avanzó con paz la semana. Pero eso no se quedó en esa carta.


Elena tuvo que recoger cartas de amenazas cada semana. Era una tortura para ella, pero no se preocupaba. Era una ganadora estatal de karate, por lo que pensó que el que le amenazaba no era capaz de vencerla. Después de muchas semanas cayó que el que la amenazaba era el hombre con el que se chocó un mes atrás. ¿Cómo obtuvo el lugar donde descansaba cada noche? Elena cansada se fue a la cama porque era de noche.


Al amanecer se fue a andar por la calle y de pronto se chocó con el hombre con el que se chocó unas semanas atrás. Los dos se quedaron perplejos, el azar les juntó de nuevo. Fue esta vez cuando Elena le plantó cara. Le preguntó por las cartas. El hombre desconcertado negó todo lo que ella le estaba reprochando. Elena no le creyó y le expuso lo que pasó. Que ella era karateka y que no le ganará en una lucha. El hombre descompuesto se fue.


Al alba, en las redes, El Correos contó la muerte de un hombre, el hombre con el que Elena se chocó dos veces. No lo creyó, todo lo que ella pensó en hacerle a ese hombre, le pasó. Como por arte de brujo. Elena hoy por hoy no comprende nada, pero trata de no pensar en eso.

Una cálida noche (Sin la U)

 Pablo González 2.A

Amanecí en la playa, repleto de arena intentando recordar lo pasado ayer.

Entre bolsas de plástico y en calzoncillos me despierto sin saber el motivo por mi presencia allí. Sin saber a dónde iba, me levanté y caminé. Apenas pensaba, no era nada. Solo estaba yo, mis calzoncillos y mi barriga llena desamparados por el camino con destino desconocido. Recordé las palabras dichas por mi madre al salir de casa, “no vengas más tarde de las 4”, gracias a mis nociones avanzadas de astronomía, vi el sol salir y afirmé, ya son más de las 4. 


El inmenso dolor de cabeza se apoderaba de mí. Me metí en el mar, sin pensarlo dos veces. Estaba congelado, apenas podía mover los pies de lo . Me despejó bastante meterme en el mar, salí perfecto.


Ahora sí, me dirijo a casa, pasando el magnífico rato restante hasta abrir la entrada a mi casa, dónde mi maravillosa madre me esperaría con cariño, y sobre todo, infinito amor al llegar 5 horas más tarde de lo acordado y sin dar señales de vida.


Abrí la cancela de mi casa, simplemente la abrí, lo demás es historia.


miércoles, 24 de enero de 2024

Lipograma sin la U


                                      La meritocracia, la mentira mejor conservada



Jamás me he fiado de la meritocracia. Las personas tienden a considerar el trabajo y el empeño como las mejores vías para conseguir esas merecidas recompensas, como si de la noche a la mañana todas esas horas sacrificadas dieran esa gran recompensa de la forma más inesperada e inimaginable posible. Parece algo honrado y decente, ¿verdad? Sin embargo, con el paso del tiempo te vas percatando de la falsedad de este pensamiento. 


Hoy en día, estamos en una sociedad donde se valoran tremendamente más otros aspectos en vez de darle ese valor e importancia tan merecida al trabajo y al sacrificio. Como dice el famoso dicho, los contactos valen más en comparación con mil horas de basto trabajo. Es triste, pero es real y no importa como de ilícito nos parezca, es así. Si no, ¿cómo es posible explicar el éxito de millones de personas mediocres ante el fracaso de personas talentosas y extremadamente trabajadoras?


Nadie va a regalarte nada por haberlo intentado si terminas fracasando. De hecho, desgraciadamente, gran parte de las veces, el azar llega a ser más importante en comparación con el trabajo y el sacrificio. Es triste, pero mayoritariamente los factores externos son los mayores promotores de las desdichas o las victorias de cada persona.


No obstante, no estamos preparados para aceptar esto. Preferimos pensar en cómo, tras la labor, vendrá la compensación y, sin embargo, acabamos dándonos el golpe contra la pared en el momento del fracaso. 


Eso sí, el fracaso no nos debe desmoralizar, es parte de la vida, si bien excesivas veces nos han enseñado cómo debe ser evitado y escondido. Por lo tanto, solo nos podemos aferrar a esa derrota y abrazarla, mas solo eso nos va a permitir retomar el camino y a lo mejor salir victoriosos en otro momento.

Lipograma (sin la U)

 Hace no demasiados meses, a finales de mayo, mi familia y yo decidimos viajar al destino más exótico donde he viajado en mi vida: el país de los koalas y boomerangs. Me pasé todo el año esperando este gran viaje, siempre había sido mi destino más deseado y por fin iba a ir. Desde el momento de bajar del avión, no podía parar de mirar hacia todos lados y sacarle fotos a cada detalle, y gracias a eso nos salvamos de lo sobrevenido días más tarde. 

Tras coger el tren con el peor apestor jamás imaginado y andar varios kilómetros, nos dirigimos a la casa de viejos amigos de mis padres, donde todo acontecería. Ellos pertenecían al clan koori y vivían con otras varias familias de la aldea. Nosotros debíamos respetar esas tradiciones, por eso nos mezclamos por diez días con ellos. Todo era bastante raro pero como era algo extranjero no lo pensé demasiado hasta el momento de la desaparición de mi hermana. 

Nos pasamos toda la mañana rastreando por cada rincón de la aldea, pero no había ni rastro de ella. Nos explicaron la normalidad de estos casos, y a pesar del ansia de llamar a la policía, nos convencieron para esperar al final del día. Yo indignada, recordé la cantidad de fotos dentro de mi cámara y empecé a indagar hasta dar con la indicada: aparecía ella a hombros del misterioso aborigen. Tras hacer zoom en la cara de él, le reconocí perfectamente. Era Ben, el líder tribal, hombre de fiar por lo tanto no me alarmé, pero no dije nada a mis padres hasta pasado el día para no fastidiar el tramado plan. 

Esa misma noche, tocaba la exhibición más esperada del mes y teníamos el placer de asistir a ella, mas yo no paraba de pensar donde estaría mi hermana. Para la sorpresa de todos, ella era la protagonista del show. ¡Mis padres no se lo podían creer! Desgraciadamente el próximo día debíamos regresar a España, pero esta experiencia jamás se me olvidará.

belleza efímera


BELLEZA EFÍMERA

VOCAL A OMITIR: U


Mi vida ha estado llena de cambios; a mis 17 años he vivido en 3 países, 6 casas, 4 familias, 3 colegios y cientos de amigos. En todo este tiempo me he percatado de algo, la momentaneidad de las cosas; la mayoría al enterarse de esto se entristece; sin embargo, yo al entenderlo solamente sonreí, esto es por la belleza de la brevedad, donde esta la belleza de la vida.


En esta sociedad todos deseamos tenerlo todo ya y ahora; por ello hemos diseñado cierta base social, permitiéndonos satisfacer todas las necesidades y no necesidades al momento. Si me apetecen galletas, no es cosa de más de ⅕ de hora; bajo al mercado, las compro y aprovecho para cojer algo más. Si me apetecen dispositivos más modernos, los compro; ¿Más teles? Adelante. Vivimos en la Sociedad devoradora, nos caracterizamos por pensar en el yo de ahora, el yo de mañana y el yo de ayer; sin embargo, nos olvidamos de algo realmente importante; ¿y el prójimo? 


Evidentemente, no nos hemos capacitado como colectivo para dejar de mirarnos a nosotros mismos y pensar en los posibles efectos de las acciones realizadas por nosotros. Al comprarme teles, tiro otras; al comprarme galletas, me olvido de otros alimentos de la nevera o de la despensa. Esto nos lleva a la inferencia del malgasto y el egoísmo. miles de personas darían por tener la comida tirada por nosotros (todo lo tirado por nosotros en general).  La magia de estas cosas deseadas, desaparece nada más al obtenerlas en el momento de imaginarlas en nos tetes. 


Por todo ello, prefiero vivir en el cosmos efímero; si bien things don’t last forever como, dirían los americanos, definitivamente tienen más magia y por ende, más vida. 

Daniela Sánchez



La Villa (sin la U)


LA VILLA

Hablemos de la preciosidad de la villa, donde casi todos nosotros residimos. Estamos ante, para mi, la mayor belleza, no solo de la Vía Láctea sino de todo lo imaginable. Podeis opinar, libremente, sobre mi creencia y podéis pensar en la gran exageración realizada por mi persona. Pero probablemente en el fondo de las cabezas pensantes presentes en esta clase, la gran mayoría sabéis la gran verdad de mi opinión. He de comentar la posibilidad presente en el ambiente, y esta a lo mejor, sino estoy desacertada, de pensar en el gran tiro, dicho de forma grosera; padecido por mi persona. 


Volviendo al principio, la villa donde tenemos la maravillosa carambola de vivir, es poco reconocida como tal entre la sociedad. Esto es así por la omisión y la poca apreciación por parte de los habitantes. Gran parte de este desprecio va hacia el tiempo, pero no el tiempo del reloj sino el meteorológico. Como habitantes del norte deberíamos de enterarnos por fin del significado del norte, acerca del tiempo meteorológico. Es decir, vivir en el norte es similar a decir gran cantidad de precipitación. A esto le podemos añadir el hecho de la necesidad del acontecimiento llamado eclipse solar, dicho de forma exagerada; para la aparición del sol a lo largo de todo el verano. 


Con todo esto hago referencia, para mi, el simple detalle, como el el tiempo meteorológico, para hacer de esta villa el sitio más maravilloso de todo lo imaginable y más.


martes, 23 de enero de 2024

El próximo... nada. (SIN LA U)

A lo largo de las recientes décadas, hemos podido observar como las jóvenes promesas del balompié salen de academias tales como La Masía o la academia de alto rendimiento de Inglaterra. Grandes talentos se han forjado en este tipo de academias, lo que se trata de hacer en estos centros es enseñar las bases del deporte de la redonda de manera tal que aprendan a emplear los conocimientos adquiridos para practicar lo que se llama base football. 


Esta manera de comportarse en el campo mezcla simpleza y efectividad, a los jóvenes de hoy en día se les enseña a practicar el balompié que no destaca por la belleza que contiene, que es lo que a todos y todas nos enganchó y atrajo a probar este maravilloso deporte. Deportistas como Ronaldinho, Neymar, Saint-Maximin, Okocha, Quaresma, Taarabt... Estrellas catalogadas como genios, magos o malabaristas no tienen herederos, mas las academias no enseñan el balompié creativo, el balompié sin inventar, el balompié que necesita de deportistas hábiles e imaginativos, capaces de inventar cosas tan maravillosas como perspicaces. 


Estas capacidades solo te las entrega la academia de la calle, todos los deportistas anteriormente nombrados, empezaron a practicar en canchas tradicionales, canchas en las que no había reglas, canchas en las que el mayor reto era vencer a la gente mas mayor que tú, canchas en las que el balón ya había perdido todo el pellejo, canchas en las que premiaba la imaginación y la creatividad, y finalmente, canchas de las cuales salieron talentos irrepetibles.


Es cosa del deporte moderno el hecho de que se estén perdiendo este tipo de joyas. En el balompié de hoy en día es excesivamente difícil ver este tipo de talentos. Pero en el momento en  el que aparecen destellos de talentos parecidos, la presión de los apasionados, con ganas de ver deporte entretenido y apasionante, los corrompe poniendoles motes del estilo: el proximo.... 

domingo, 21 de enero de 2024

El espectáculo escolar

El encantador electricista encendió el eslogan elevado en el extremo. Erizos, egipcios, elefantes, ermitaños…estábamos esperando en el enorme escenario enérgicos, excitados, entusiasmados. El económico espectáculo escolar estaba empezando. Era especial, el ex director era el esperado espectador. Este estaba emocionado entre el eterno estruendo.

Tautograma



Luna, llama, lluvia

la luna lloraba lamentándose,

la llama lentamente, languidecia 

la lluvia ligera limpiaba las lágrimas


Lucha, liderazgo, llegada

la locura liviana logró latir libremente.


Librada la lucha, laureada

la luna luce luminosa  

la llama longeva, locuaz

la lluvia ladra leal

la locura liviana lograba latir libremente.



Tautograma

 Eduardo empezó en enero entrenando. En esos exhaustivos entrenamientos encontró el embustero enano extraterrestre. Estupefacto, Eduardo encaró el extraordinario extraterrestre enemigo, expresándole enfado en él. Estos enanos engañan, envenenan, estafan… Eduardo era escritor, ermitaño, ecologista, erudito, educado...; escribió “Estamos entre estrellas”. Él era el elegido especial. Este es el ‘end’.

Tautograma

Entre efímeras emociones encuentro el entendimiento;

¿Es el enamoramiento erróneo en efecto?;

Estos elementos entran en enfrentamiento;

El entender, el estimar, erosionan en el encuentro;


Efectivamente entristece exponer estas evidencias;

Él estimador estima entregándose en esencia;

Entonces en efecto es esclavo en existencia;

Esclavo en emociones enfrentadas en experiencia;



Tautograma con e

Empezó en el edificio embrujado. En él exclamaba exaltado Evaristo el enfermero: Estoy esperando. Esperando encontró entre estanterías el engaño. Estaba en embajada ecuatoriana, no en el estadio. Enterado de el engaño enfureció. El error era evidente, entonces entendió todo. Era Emilio el engañador, entonces exclamó enrabietado: ¡Emilio experimentarlas estremecimiento! 

Tautograma

 El educador estaba en escolapios enseñando, explicando. Era exigente, estricto. Estaba en el escritorio. En él estaba escondido el examen, era extremadamente esencial en esa evaluación. Esteban, el estudiante ejemplar, estaba estudiando entusiasmado, escribiendo extensos esquemas. Entonces escuchó el estruendo. El emisor era el educador, estaba enfadado.

Tautograma con la letra E


Elefante eres entusiasta, estabas en el encierro en ese establo. 

Exprimes esa emoción explotándola en energía. Eres ejemplo, en este escenario. 

Encuentras esperanza en ese estado. Empatía en el equivocado.

Esperas en ese establo el escapar. Espera, espera eso encontras.

Susana, su sorprendente situación

 Susana se sentó sobre su sofá, sorprendentemente sobrevoló su salón. Sentada sobre su silla, seguía sintiéndose sorprendida. Susana sabía sobre situaciones similares, sus suegros sufrieron similar. Según supo solucionar su situación, se sintió segura. 

Al águila astuto

    Alejandro almorzaba al atardecer, alabando alegremente al águila asombroso. Alba asomaba amenazante, aborrecía a Alejandro. Ante absurda actitud, asesinar a Alejandro ansiaba, agregando ácido al agua. Alejandro admiró al águila atacando a Alba, amparando al amigo astutamente. Agradecido, Alejandro al águila almuerzo aportó.


Tautograma letra E

Emilio, especializado en encontrar enigmas, encabezaba el equipo. Esperando encontrar el enigma, empezaron examinando el establo. Era entretenido explorar esos escenarios en equipo. Enseguida, encontraron escrituras en el estercolero. Entonces, Emilio eligió examinar él esos escritos. Emilio, entusiasmado, exclamó: "¡Encontré el enigma!".

viernes, 19 de enero de 2024

El experimento

 Pablo González 2.A


Esplendido experimento emitió enorme energia elastica en el espacio. El experimentador estaba emocionado, emotivo, entusiasmado... Él, estableció esperanza en el espacio. Es exactamente extraordinario. 

Tautograma

 Tras tontear tan tontamente, tampoco tenías tanto tiempo, Tomás Toledo. Tenías trabajo. Tal tautograma te traía taradillo. Tomabas tequila tras tequila, tanteando. Testarudo, trataste tranquilamente tu tema, tarareando. Teresa trasteaba, tramaba tendente tal trampa… Todo tu tormento, ¡tirado! Te traicionaría tramposamente. Trataba terminar tercera. Tú trinabas. 

jueves, 18 de enero de 2024

Adorables animales

Alegres animales andan alrededor. Adorable Ardilla aspiraba a avanzar al alto árbol, andaba ágilmente, animales apoyan a Ardilla. Ambicioso Águila abre alas, alimenta al aguilucho. Astuta Araña abusa animales adorables. Ángel ayuda a animales asustados. Avestruces aventureros andan a Asia. Aventuras asombrosas adornan al atardecer.

Tautograma

 Estaban en Egipto. Estudiaron, escondidos, envejecidos egipcios envueltos en esteras. Equivocados en envolventes enigmas encontrabanse. El error era exuberante. En Europa entraron, el engaño era embriagador. Enriquecidos, evadieron el enjambre en extrañezas.

Tautograma

 DECENTES


Domingos de dolor,

débil dudando de Dios.

Días deshaciéndome de dulzor;

décadas durando dos.


Diciembres demasiado dolorosos,

debatiendo dichos dudosos.

Decentes danzando defectuosos;

dibujos dejándonos deseosos.



Tautograma con la E ¨15-21 de enero¨


 En esta estación, el estiloso e engreído equipo encargado en electricidad está encontrando expertos emprendedores. Ellos encienden el elegante elevador eléctrico entusiasmadamente en el encuentro económico estadounidense en el edificio empresarial estatal ,empero, en enero el equipo eludirá educadamente empresarios estresados.

miércoles, 17 de enero de 2024

Ahora ardilla

Anda ardilla atrevida. Anda a algún árbol. Allí algún águila astuta acabará atrapándote. 

Avanza ardilla ambiciosa. Avanza al amanecer, al alba. Allí acabarás agotada.

Acepta ardilla ansiosa. Acepta aburrirte, acepta abandonar. 

Ama ardilla agradecida. Ama al abejorro, al asno, al ave. 

Abatida, ansiosa, aburrida, agotada. Así, ahora, ardilla. 

Tautograma

En el espacio exterior existen estrellas espectaculares eclipsadas eternamente. En ellas encontramos extraterrestres ebrios, enojados eliminando enemigos enjaulados. Estos entes extendieron epidemias en España, exterminando el ecosistema en Europa. Enviamos el ejército espacial en el épico enfrentamiento entre ellos, explotando el éter.

El coche de juguete

Era principios de enero, una tarde de sábado, después de todo el día estudiando para los exámenes de la siguiente semana, decidí despejarme un rato y dar una vuelta por el barrio. Me puse unas playeras, una sudadera y bajé al barrio. Había mucha gente por las calles, por eso, opté por dirigirme hacia el paseo junto a la ría. Pasé por delante de una tienda que me llamó la atención, la tienda tenía un tono rústico. La curiosidad me mataba, así que decidí entrar.

Vaya grata sorpresa cuando pasando por un pasillo de juguetes de madera, me encontré con un coche pequeño, rojo, detallado, algo estropeado, pero precioso. Al verlo, pensé en mi aita, me acordé cuando me mostró la colección de automóviles que hizo cuando era pequeño. Sin pensármelo dos veces, cogí el coche y me acerqué al mostrador. La chica que me atendió se sorprendió al verme. Me dijo: "No es habitual ver a alguien tan joven por esta tienda, ¡qué ilusión!. Me envolvió el coche en papel de periódico y me lo llevé a casa.

Ese mismo día, me dirigí a casa de mi amama. Había pensado en arreglarlo con ella y regalarle el coche a mi aita. Sabía que le haría muchísima ilusión que su hija, junto a su madre le regalasen un coche como el que a él le gustan.

Después de varios días de capas de pintura, arreglos, barniz,... Finalmente, el coche estaba en perfecto estado. Lo metimos en una caja, lo protegimos para que no se golpeará y lo envolvimos. 

Al recibirlo, mi padre se quedó estupefacto, no sabía qué decir, le hizo tanta ilusión que me pareció ver caer una lágrima por su mejilla (y eso que casi nunca le he visto llorar). En ese momento mereció la pena todas las horas dedicadas a arreglar el coche, solo por ver a mi aita así y por todo el tiempo que pasé con mi amama.


Celso con caballos

 Celso con Carlos cabalgando caballos cojos cuidadosamente comiendo  comida China, comentando curiosidades como Cristóbal Colón cuando conquistaba continentes. Celso convulsionó con certeza, cayó contra caca cubierto con cloro. Claramente concluyó caminando cabreado.

Cien cometas cautivan capitanes

Cada cual con cierto complejo

 como cierzo cataliza con consecuencias

 cien combates cuales cabo contra capitán

 confirman ciertamente, 

cabo  cuyo corazón cien combates cede,

 cabo cuyo corazón cien colores cautiva 

convirtiéndose caparazón  

Caminante, 

cierto camino conecta con celestiales cometas,

 cuyos cometidos cumplen contigo como centro,

 cien cometas cambian crónicas

 cuyos cabos cautivarán capitanes.






 Veis vaciar vuestras viviendas violentamente. Veis volatilizar vuestras verdades vacilantemente. Veis vetar vuestros valores vulgarmente. Vosotros, víctimas vulnerables, volveros vencedores. Volveros valientes, verdaderamente vale. Veréis variar vuestras vergonzosas vivencias velozmente.

Un hogar inesperado

             Hace unos años, mientras intentaba estudiar historia para un examen que tenía la siguiente semana, quise desestresarme y fui a comprar a mi tienda de confianza algo con lo que distraerme un rato. Desde pequeño mis padres me habían prohibido usar cualquier cosa que tuviera una pantalla, por lo que tuve que arreglármelas para no aburrirme. Vivíamos en una casa grande en un pueblo, por lo que todo mi tiempo lo pasaba fuera de casa jugando y trasteando con cosas. Así nació mi afición por arreglar cosas, la cual me llevó a reparar desde un reloj hasta mesas de madera. 


Mi tienda favorita era una de segunda mano en la que había miles de cosas increíbles, por lo que me dirigí ahí a ver que había nuevo. Mientras iba paseando por los ya conocidos pasillos, mi mirada se dirigió hacía una casita de madera que descansaba sobre una de las estanterías más altas. Tenía las ventanas sucias y las paredes un poco desgastadas, pero no le di importancia.


Fui a pagar y le pedí al cajero que lo envolviera en papel de periódico para evitar más desperfectos. Volví a casa muy contento por la compra que había hecho. Nada más llegar, aparté los cuadernos, la saqué y la puse en mi mesa lista para renovarla. Empecé pintando el techo y las paredes, arreglé las puertas y decoré el exterior con unas plantas a su alrededor. 


Para acabar, cogí un paño húmedo para quitar el polvo de las ventanas. Al limpiar la primera ventana, pude ver como el interior de esa habitación se parecía mucho a la cocina de mi casa. Pensando que era una coincidencia, me puse a limpiar el resto. Todas las habitaciones eran iguales a mi casa. Aterrorizado, observé como solo quedaba la ventana de mi habitación por limpiar.


Al limpiarla, pude ver una copia idéntica de mi habitación, solo que a lo lejos parecía haber alguien. Me acerqué para poder verlo mejor, y cuando menos me lo esperaba se dio la vuelta y me miró fijamente. Era un señor mayor, con aspecto cansado. No me quitaba la mirada de encima, cuando todo se volvió negro.


Me desperté de mi escritorio, pensando que todo había sido un sueño. Sin embargo, la casa había desaparecido. No me preocupé y bajé preparado para ir a clase. Cuando iba a salir, la puerta estaba cerrada y no se podía abrir. Al mirar por la ventana, me mareé. 


Llevo 5 años encerrado en la casa de juguete, y mientras veía como todos mis familiares  y amigos me buscaban, yo no podía hacer nada. Me encuentro ahora mismo en una tienda de segunda mano, listo para que alguien me saque de aquí.


martes, 16 de enero de 2024

Pa' Polinesia por Palencia

 Pa' Polinesia por Palencia:

Por Palencia pastaban potros pícaros pastoreados por Paquito, presionado por Paquita para poder pillar pitis porque padecía pesadillas por perforar profundos pozos petrolíferos, para propulsar por Polinesia preciosos prototipos pensados para personas profundamente pedantes.

lunes, 15 de enero de 2024

Engaño eterno

Engaño eterno

Ella elegante, él extrovertido.

 Ella escuchaba encantada,

 encontrábase enamorada.

 estupefactos estaban.

 Ella exigía, el escondiase,

 ergo efímero enamoramiento. 

Él enfadado, escabulliase en éxtasis.

El escapó, en Estocolmo encontrábase, 

ella enloqueció; entonces escuchar elocuencias eternamente evitó. 

domingo, 14 de enero de 2024

Fortuna en París

Caminaba por las ruidosas calles de París un 13 de noviembre. No había sido un día especial, de hecho, hasta el "incidente" todo había sido muy normal, quizá hasta demasiado normal para lo que era mi vida en París desde que me mudé. De esas que estaba mirando las turbias aguas del Senna cuando noté un extraño remolino entre las aguas. De pronto, unos chillidos viniendo de ese mismo punto me sobresaltaron y llamaron mi atención. Con mi pasado trabajando de socorrista, no dudé en saltar al agua para socorrer a esa persona.

A partir de ese momento no me acuerdo de nada de lo que pasó. Mi primer recuerdo era en un luminoso y cálido cuarto, con un olor a canela molida difícil de olvidar. Resultó que había rescatado al abuelo de un vendedor local y al sacarle del agua me había tenido que rescatar a mí, pues casi me ahogo. Tener un título no te libra de poder ahogarte. En esa habitación se encontraba toda su familia, la cual, se alegro mucho que yo me despertase. El único que habló conmigo al despertarme fue el hijo del hombre que rescaté, Jerome. Como agradecimiento a mi valentía Jerome me regalaría lo que quisiera de su humilde tienda.

En un principio rechacé su oferta ya que no creía necesario más regalos, a parte del hecho de haberme salvado la vida. Pero, tras insistir, tuve que aceptar su oferta. Era una tienda pequeña, sin demasiadas cosas. Tras trastear un rato e investigar la tienda, descubrí una habitación que se escondía detrás de una cortina. Pregunté si era parte de la tienda y al recibir una respuesta afirmativa, descubrí el cuarto más impresionante de todo París, y lo digo sin fliparme. 

Como si me hubiese teletransportado a una película fantástica o a un libro de Julio Verne, experimente una sensación parecida a la que podrías sentir al ver al amor de tu vida por primera vez. Y es que lo que contenía esa enana habitación dentro de aquella enana tienda en unas de las ciudades más colosales creadas por el ser humano, habría emocionado hasta al peor de los peores villanos de la más cruel historia.

En una descuidada esquina de aquella habitación sin aparente importancia había un atrapa sueños hecho polvo. Y os preguntareis que que tenía de especial un simple viejo atrapa sueños. Durante toda mi vida me estuve documentando por todo el mundo de estos objetos. Había escuchado muchas leyendas de viejos sabios, y en todas ellas se hablaba de un atrapa sueños especial, uno fabricado con madera azul de un árbol africano extinto y cuerda hecha a partir de telarañas de arañas come hombres. La reconocí al instante, tal y como me la habían descrito, con polvo de más, frente a mí se encontraba mi sueño hecho realidad.

Se la compré al señor, el cual se extraño por la ilusión que desprendían mis ojos, pero no me hizo ninguna pregunta. Nos despedimos y me fui a casa a observar mi nueva adquisición tranquilamente en casa.

Tras años de lo ocurrido puedo decir que ninguna de las leyendas que me contaron las he llegado a experimentar, pero eso no le quita lo mágico que tiene este objeto para mí. Me prometí a mí mismo que transmitiría las leyendas y el atrapa sueños a mis futuras generaciones y así lo haré. 

El objeto misterioso

 Era 5 de enero, decidí dar un paseo y una tienda llamó mi atención. Era pequeña y estaba un poco apartada del resto pero tenía una decoración muy llamativa. Al entrar vi objetos de todo tipo y a simple vista estaban en muy buen estado. Yo me fijé en uno en concreto. Estaba al final de la tienda medio escondido como si el objeto tuviera algo especial. Entonces le pedí que me lo envolviera en periódico y me lo llevé a casa. No sé porque lo hice pero sabía que tenía que hacerlo.

Nada más llegar a casa lo saqué y me quedé un rato delante pensando. Era una máquina de escribir y todavía no entiendo porque la había comprado si nunca me ha gustado escribir, pero a la vez sentía que había hecho lo correcto. Ya que la tenía ahí y quedaba poco para el día de Los Reyes Magos, se me ocurrió escribir la carta. Hacía muchos años que no la hacía pero era una buena excusa para poder probarla.


Mientras la escribía tenía la esperanza de que algo pasara pero no ocurrió nada y al terminarla me fui decepcionado a mi cuarto. Sin embargo, al cabo de unas horas tocan el timbre de la puerta. Estaba yo solo en casa por lo que me tocó abrir la puerta. Era un paquete que estaba a mi nombre y me resultó extraño porque yo no había pedido nada. Lo abrí con mucho entusiasmo pensando que podría haber sido cosa de la máquina de escribir, pero no, solo era un paquete para mi hermano que se había confundido al poner el nombre.


Ya había perdido casi todas mis esperanzas de que esa máquina tuviera algo especial, así que decidí volver a mi habitación y me quedé jugando a videojuegos. Después a la hora de cenar nos juntamos toda la familia y al terminar cada uno se fue a su casa.


Al día siguiente al despertarnos vimos un montón de regalos junto al árbol y mis dos hermanos y yo los abrimos muy ilusionados. Le dejamos primero al pequeño ya que le hacía más ilusión y luego fuimos nosotros. Abrimos todos y ellos y estaban todos los que yo había puesto en aquella carta el día anterior. No sé si la máquina tuvo algo que ver o fueron los Reyes Magos, pero cualquiera de las dos opciones eran buenas. A partir de ese día empecé a utilizar más la máquina escribo en ella todos mis deseos y sueños.

La botella maldita

El 13 de enero de 2024 a las 16:30 de la tarde decidí salir a pasear un rato por Bilbao, aun sabiendo que hacía frío. Empecé a caminar sin ningún destino en concreto, hasta que en medio de mi caminata encontré una tienda de segunda mano un tanto peculiar y como la curiosidad me ganó decidí entrar.


Estaba todo patas arriba, cuadros arañados, peluches decapitados e incluso una cáscara de plátano que se vendía a 100 euros. No entendía porque existía una tienda así, pero aun sabiendo como estaba todo seguí adentrándome más. Y ahí fue donde encontré una botella que tenía algún que otro golpe y un poco de polvo por fuera, pero todavía estaba en condiciones de volver a usarse y era bastante barata así que no dudé en comprarlo. Cuando lo agarré me empezó a picar la mano y perdí la visión del ojo izquierdo. Lo solté rápidamente y los efectos desaparecieron.


Cuando lo cogí nuevamente volvieron los efectos, entonces no tuve la mejor idea que comprar la botella para experimentar un poco con ella. Le pedí al tendero que me lo envolviera en papel de periódico y cuando lo agarre no estaba sintiendo nada ya que ninguna parte de mi cuerpo hacía contacto con la botella gracias a la capa de papel de periódico. Regrese a casa, salude a mi hermano que desgraciadamente perdió la vista del ojo izquierdo y del tacto y me dirigí a mi habitación a pensar qué haré con la botella. Tras horas y horas de pensar me entraron unas ganas inmensas de ir al baño, cuando volví vi a mi hermano con la botella en la mano y llorando descontroladamente. Ipso facto le quite la botella y le pregunte como se encontraba. Me dijo que había recuperado el tacto y la visión del ojo izquierdo, ahí fue cuando descubrí el verdadero uso de la botella.


Más que una historia

 


Apoyé el paquete en la mesa del comedor y saqué su contenido. Se trataba de un proyector, viejo y roto, pero con el encanto que las cosas antiguas a menudo tienen. Lo había visto en una tienda de segunda mano, y con la intención de darme un capricho tras un largo día de estudio, decidí comprarlo. 


Como ya he dicho no estaba en sus mejores condiciones, pero yo confiaba en que era capaz de arreglarlo y darle un uso de nuevo.  Además, no me pasó desapercibida la cinta que contenía. Y sentía una gran curiosidad por conocer la historia que encerraba.


Así que sin pensarlo ni un minuto más, me puse manos a la obra. ¿Qué podría ser? ¿Tal vez una película? ¿Y en ese caso, qué tipo de película? 


Las preguntas no paraban de rondar por mi cabeza hasta que por fin terminé con mi trabajo. El proyector estaba arreglado. Con gran emoción coloqué el proyector y lo encendí. 


Al principio, no pasaba nada, ni se veía ni se escuchaba nada. Empecé a temer que después de todo no había conseguido repararlo. Suspiré, desanimado, cuando de repente escuché el llanto de un bebé. Me giré y lo primero que vi fue una sala de hospital. Y ahí tumbada en la camilla se encontraba una madre sonriendo a su bebe recién nacido. 


Casi antes de que pudiera procesar la escena, ya había cambiado. Ahora, ví a un niño aprendiendo a montar en bici, con su padre corriendo tras él gritando ánimos. Sentada en un banco del parque, observando con una sonrisa, estaba la misma mujer de la escena anterior, y comprendí que aquel niño debía ser el bebé.


La escena volvió a cambiar, una y otra vez, tan rápido que tenía que esforzarme por seguir la historia; y con cada cambio, veía al niño crecer. Ví cómo aprendía a leer y a escribir, cómo lloraba y cómo reía, hasta que por fin llegó a la universidad. 


Ví cómo el niño, ahora ya un adulto, se enamoraba de una compañera, una chica de rostro amable y sonrisa fácil. También observe como al cabo de unos años, se casaba con esta misma chica y formaban su propia familia.


La grabación continuaba, y la familia crecía. Observe cómo los hijos se hacían mayores, y cómo el paso del tiempo se hacía obvio en la pareja. 


Llegué a una escena que duró más que las demás. En ella, la pareja, ya envejecida, avanzaba paseando junto al río. Entonces es cuando me di cuenta de que había visto toda una vida en tan sólo unos minutos. Aquel bebé del principio, con toda una vida por vivir, la había vivido ya y era ahora un anciano. Mientras reflexionaba, la escena cambió una última vez. Era el mismo paseo, pero esta vez, el anciano estaba sólo, contemplando el río. Su reflejo oscilaba con las ondas del agua, y observándolo, por un breve momento, me ví a mí mismo.


¿Magia o destino? Parte 1

Como cada viernes cualquiera en mi vida, me encontraba paseando por el casco viejo, cuando me quedé embobada mirando un escaparate. No podía quitar mis ojos de una chaqueta de cuero negra. Sin dudarlo entré a la tienda, que era de segunda mano, y pregunté por esa maravilla. El recepcionista se asombró, ya que la tenía desde hacía 3 años. Ilusionado me hizo una rebaja porque se quería desprender de ella. Yo feliz acepté y me fui con la chaqueta envuelta en papel de periódico.

La noche siguiente había quedado con unos amigos y quise estrenar la chaqueta, estaba entusiasmada. Pero algo inesperado ocurrió. Cuando metí las manos en los bolsillos había un papel. Intrigada lo cogí y miré su contenido. Era una foto de un chico en la Torre Eiffel, parecía francés. Estaba tan interesada que seguí mirando la foto para encontrar más información sobre él y la encontré. Al voltear la foto hallé un nombre y una fecha, Bastian 18 de Julio de 2024. En ese momento se me abrieron los ojos como platos, no me lo creía. Esa fecha iba a ser en una semana y curiosamente yo me iba a ir a París esa semana entera a visitar la ciudad del amor. Sentí que todo eso no era una coincidencia y que el destino me quería decir algo. Por lo que decidí volver a la tienda de segunda mano a conseguir más datos de este chico.


Cuando llegué a la ubicación donde se encontraba la tienda, esta ya no estaba. No entendía nada, tenía claro que tenía que estar ahí, era como si se hubiera esfumado, como si nunca hubiera existido. Pregunté en los locales de al lado y nadie sabía de lo que hablaba. Algo estaba ocurriendo, pero no sabía el qué. Lo que tenía claro era que iba a averiguarlo, así que fui a París como tenía previsto, aunque los planes habían cambiado. Quería encontrar a ese chico, en ese momento me daba igual Paris.


Una semana después, allí estaba, en territorio francés, yo sola con una misión, encontrar a Bastian. Mi plan era ir a la Torre Eiffel el 18 de julio y verle. En mi cabeza tenía sentido, por qué sino iba a poner esa fecha en la foto?


Llegó el día y a las 8 de la mañana ya estaba enfrente de esa maravillosa estructura de hierro. Estaba muy nerviosa. Me pasé todo el día esperando ver a Bastian, comiéndome la cabeza. Al fin y al cabo yo sabía quién era él, pero él no tenía ni pajolera idea de quién era yo. Las horas pasaban y pasaban, y no aparecía. Era ya de noche y decidí esperar una hora más, hasta las 10, sino se presentaba me iría al hotel decepcionada. 


Dieron las 10 de la noche y empecé a caminar en dirección a donde me hospedaba, cabizbaja. Sin haber dado más de 10 pasos, me choqué con alguien y justo en ese momento empezaron a sonar todas las campanas de París. Me pegué un susto tremendo y cuando levanté la cabeza le vi, era él, era Bastian. Mi expresión facial cambió en una milésima y la suya también. Sin decir ni una sola palabra, emocionada le enseñé la foto que encontré en la chaqueta y mientras, él hacía lo mismo con una foto mía. Los dos pegamos un bote. No podíamos entender nada. Empezamos a hacer tantas preguntas que no nos podíamos ni entender. Decidimos sentarnos en un banco y tranquilizarnos.


Cuando nos tranquilizamos nos dimos cuenta que teníamos que contarnos muchas cosas y era demasiado tarde. Nos fuimos cada uno a su hotel y quedamos en vernos en ese mismo banco al día siguiente al mediodía.


Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...