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jueves, 22 de febrero de 2024

Mentiras con final feliz

 Andoni siempre ha sido un chaval bastante hablador. Cuando éramos pequeños cada fin de semana se inventaría una de sus historias nuevas. Un día nos trataría de convencer de que su primo era superman, cosa que incluso a los ocho años éramos capaces de descartar como mentira. Otro día nos explicaría que tenía once ferraris aparcados en su garaje, y cuando le preguntamos por qué nunca los habíamos visto a pesar de haber estado en su casa en multitud de ocasiones, resultaba que justo en esas ocasiones se habían mandado a  arreglar los once a la vez. Incluso nos dijo que había sido seleccionado por el Athletic Club para ser titular del primer equipo, que para entonces, ya conociéndole, supimos que se trataba de otra de sus mentiras. Esta tendencia de mentir sigue formando parte de la personalidad de Andoni incluso hasta hoy en día con diecisiete años, que a pesar de no ser tan radical en sus mentiras, seguía dejando caer alguna patraña. 


Hace unos días tras haber salido del colegio, iba andando con Andoni como era lo habitual, sin embargo notaba un considerable nerviosismo por su parte. Tras habernos alejado del instituto, Andoni comenzó a escanear su alrededor, procurando asegurar la ausencia de personas conocidas. Hecho esto, se acercó a mí y me dijo que me tenía que contar un secreto. Conociéndole, automáticamente supuse que sería otra de sus mentiras, por lo que cuando me dijo que se iba a escapar a Valencia, pensé que me estaría vacilando. No fue hasta que me enseñó su billete de autobús y me explicó la mala situación que estaba viviendo en su hogar que verdaderamente lo creí. Le dije que estaba loco, que no podía hacer eso siendo menor de edad y sin familiares esperándolo en Valencia, sin embargo no estaba dispuesto a escuchar mis consejos, sino que tan solo quería mi apoyo. Empecé a considerar mis opciones. Estaba claro que no podía dejarle ir solo a Valencia por lo que se me tenía que ocurrir un remedio.


Inicialmente pensé en contárselo a algunos de la cuadrilla, pero poco caso me hicieron al saber que era Andoni de quien se trataba el caso. Estaba claro que nadie del grupo de amigos le creería por lo que recurrí al profesorado del instituto. Los familiares de Andoni no eran una opción viable, ya que en el caso de que fuera verdad lo que me había contado, no sería buena idea molestar a sus padres. Acudí a la sala de profesores a hablar con el profesor de historia ya que era este el que más cercano había sido con nosotros en los últimos años. En el momento de mencionar el nombre de Andoni, inmediatamente lo descartó como mentira diciendo que no habría problema. Con las opciones exhaustas, me desesperé ante la situación que había caído en mis manos. Ya era tarde, y Andoni me estaba diciendo que le viniera a despedir en la intermodal. Me dijo que quedaríamos en el San Mamés para andar hasta la intermodal juntos, pero al llegar, noté que iba sin maletas ni equipaje. Fue en ese momento que me dijo Andoni que me diera la vuelta, sin embargo lo que ví al girarme me dejó completamente boquiabierto. Mostrado en la pantalla se podía observar en letra grande “Nuevo fichaje, Andoni Pérez”. Cómo no, otra de las mentiras de Andoni.


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