Navidades y el covid

22 de diciembre, mi hermana Aroa da positivo en covid, navidades ya diferentes para todos nosotros. En cuanto conocimos el resultado de mi hermana, nos hicimos mi familia y yo test de antígenos, obviamente no habían pasado tres días desde el supuesto contacto por lo que los cuatro integrantes de la familia dimos negativo. Aun no siendo contacto estrecho ya que había llegado el día anterior a Bilbao y no estuviéramos apenas con ella, decidimos “medio confinarnos”, quedándonos en casa y sin juntarnos con el resto de la familia.

Cuatro días más tarde, nos volvimos a hacer otro test de antígenos para ver si habíamos cogido el “maldito” bicho. Los cuatro, otra vez, negativos. ¿Eso significaba que ya podíamos quedar con la gente? En cierto modo, podía quedar con mis amigas siempre y cuando en todo momento tuviera la mascarilla puesta. De hecho, pude quedar con ellas un ratito, un ratito que fue más que suficiente para despejarme del ambiente tan triste que estaban suponiendo las Navidades.

Al día siguiente, lunes, mi aita se encontraba un poco mal por lo que decidió antes de ir a trabajar hacerse “otro” test de antígenos para confirmar que era negativo. Muy a su pesar, da positivo, ni idea como lo llegó a coger, pero lo cogió. A las 8 de la mañana, me despertó mi hermano con esta increíble noticia. No nos quedó otra, más que ir a hacernos una pcr a un laboratorio cercano a casa para confirmar nuestro contagio ya que esta vez sí que habíamos estado en contacto estrecho con mi aita. 

Sin embargo, tanto mi hermano como mi ama como yo misma volvimos a dar negativo en la pcr. Eso qué significaba ¿qué podía quedar con mis amigas y familiares? o ¿igual estaba incubando el virus y era mejor no acercarme a nadie? Se suponía que la pcr era fiable por lo que podía hacer vida normal. En cualquier caso, me planteaba miles de preguntas que no tenían una clara respuesta, por lo que decidí tomar la decisión de ser un poco responsable y no juntarme con nadie en los siguientes días.

Unos días después del positivo de mi aita, me hice otro test de antígenos porque a la noche había tenido más tos y mocos de lo habitual. Negativo otra vez. No entendía cómo podía dar negativo habiendo estado en contacto con mi aita, supongo que nadie entiende a este virus. 

Al cabo de dos días mi ama y mi hermano también resultaron positivos y yo continuaba siendo negativo. En los siguientes días no pude hacer vida social ya que había estado en contacto con positivos y cinco días después del último contacto me hice el último test de antígenos. El resultado, negativo, por lo que finalmente el 5 de enero fui libre completamente. Con todo esto quiero llegar a la conclusión de que pasé unas navidades muy diferentes y aburridas, además de que pienso que soy inmune a este virus.

Flurona

 Ya llevamos casi dos años sufriendo las consecuencias del covid, y aunque parezca mentira, cada día se siguen batiendo nuevos récords y las cifras no paran de subir. En el fondo todos estamos bastante cansados de escuchar lo mismo día tras día, da igual si enciendes la tele, quedas con tus amigos o vas a ver un partido de fútbol que al final vas a acabar oyendo esa dichosa palabra.  

A día de hoy, muchos sucesos que se han ido dando durante estos años de pandemia siguen siendo un misterio sin resolver, incluída la aparición de este virus. Sin embargo, gracias a la ciencia hemos podido descubrir diferentes aspectos y características del SARS-CoV-2, entre ellas su composición, a qué receptor se une, cómo se contagia, cómo contrarrestarlo y qué síntomas puede causar.

Aparte de esto, también hemos oído hablar de él con nombres diferentes. Las llamadas cepas o variantes del COVID-19  son mutaciones que se han producido en el virus a partir del “tipo salvaje” conocido como el original. Las más conocidas hasta el momento han sido Alfa, Beta, Gamma, Delta y la actual Ómicron, y siempre han venido asociadas a los diferentes países donde se han originado, algo que ha generado tremendas oleadas de racismo a lo largo de estos años.  El caso es que ahora la noticia es la Flurona,  lo que se conoce como una doble infección de COVID-19 y gripe en una misma persona. 

Esta nueva amenaza ha sido expuesta por el ministerio de sanidad de Israel y se ha hecho viral rápidamente. El problema es que a pesar de que la idea de una combinación entre ambos virus suena terrible, no se producen síntomas fuera de lo normal y su letalidad no alcanza cifras estratosféricas. De hecho, en España ya se habían descubierto casos de esta doble afección y se había descartado como exponencialmente peligrosa. Teniendo en cuenta que hoy en día cualquier cosa queda justificada con decir que los científicos lo han demostrado, la población se deja engañar por las llamativas noticias que van apareciendo y nadie se digna a limitar algo tan dañino, así que mañana quién sabe que será noticia.

 

 

 

 

Mis perros

 Desde el momento en el que llegaron mis perros Elmo y Leo a casa en febrero del 2021, me dije a mi misma que iba a querer a los dos por igual, que no iba a tener un favorito o uno en concreto que fuese más “mío”. De hecho, al ser dos perros iguales y tener una melliza, las veces que me habrán preguntado si es uno para cada una son incontables.

Lo cierto es que, no sé por qué razón exactamente, a día de hoy, si que podría decir que tengo un feeling un tanto diferente y especial hacia Leo. Doy gracias a que a mi hermana le pasa lo mismo con Elmo porque si nos tuviéramos que pelear hasta por que perro es de quién… ni me lo quiero imaginar. A lo que voy es que, como habéis podido comprobar, no he cumplido con mi palabra, y sí, tengo un favorito. 

Debe de ser cierto eso que dicen de que los polos opuestos se atraen porque, curiosamente, desde que empezamos a conocer y fijarnos en el comportamiento de cada uno, vimos como Elmo es muy parecido a mi y Leo tiene algo más de parecido a Mireia. Entre ellos son completamente diferentes y claramente no me refiero al físico, sino a su forma de ser. 

El carácter de Elmo es mucho más pasota, poco cariñoso y parece que le da igual todo, y sí, no son de las mejores cualidades que uno puede tener pero he de decir que esos son los aspectos en los que nos parecemos. También, un rasgo en el que somos iguales es que en la calle el perro socializa con todo lo que se le cruza y en cambio en casa no hace ni caso a nadie. Por otro lado, el de Leo es al contrario, le encanta pasar tiempo con sus dueños pero a la hora de saludar a personas ajenas se echa para atrás. Esto es algo que me da rabia porque a todo el que no es miembro de mi familia les cae peor Leo por el hecho de que le da miedo interactuar con extraños, pero, si le llegarais a conocer de verdad, y no se lo digáis a Mireia, os aseguro que le preferiríais a él.

El género de la ropa

Hace un tiempo, junto con unas amigas, fui a mirar ropa a las diversas tiendas que se pueden encontrar en la Gran Vía. Nunca pensé que ese día iba a hacerme ver una realidad latente en nuestra sociedad. Como cualquier otra persona me dispuse a ver la gran cantidad de prendas que podemos encontrar a día de hoy en las tiendas. Sin darme cuenta acabé entrando en la sección de “chicas”. Todo iba bien, yo continué buscando ropa de mi gusto. De pronto uno de los trabajadores se me acercó diciéndome que estaba en la sección de chicas y que la de chicos estaba en otra dirección, dando a entender que si quería algo para mí, ese no era el sitio. Esto me dio que pensar.

Lo primero de todo, y esto sí lo tengo claro, la ropa no tiene género. Son meros trozos de tela unidos con ciertos patrones para formar una bonita prenda. Nada más. Clasificamos en categorías todo lo que vemos para sentir que lo conocemos y que está bajo control, y la ropa no es excepción. Nos empeñamos en dictar lo que las personas deben llevar, basándonos en su aparato reproductor. Y digo aparato reproductor y no género porque, quienes somos nosotros para presuponer la identidad de género de nadie.

Unido a la idea anterior, que una persona se sienta obligada a llevar cierto tipo de ropa debido a la presión de la opinión pública es algo triste. Si estuviese normalizado que los hombres llevaran falda o que las mujeres utilizaran ropa en la que expongan más su piel, entre otros muchos casos, estas barreras que se han construido en la moda durante tanto tiempo caerían una tras otra como piezas de dominó, dejando por fin como resultado libertad para que cada uno se exprese como quiera.

En conclusión, al clasificar la ropa por géneros automáticamente damos por hecho que las mujeres visten de cierto modo, los hombres de otro y, por supuesto con comentarios como el que me hizo el trabajador a mí, la identidad de género de alguien. Al final del día todos somos personas. Da igual nuestro género o sexualidad, nuestra raza o cultura. Son estas diferencias que marcamos entre nosotros las que cada vez más nos separan. Sueño con el día en que me ponga una falda y unos tacones sabiendo que no me juzgarán por ello.

Agur Calasanz

El otro día me paré a pensar en que este iba a ser mi último "Calasanz" ¿Qué tontería no? Pues lo cierto es que me da mucha pena no este día en sí, sino cerrar esta etapa de mi vida, la escolar. La verdad es que he sido muy feliz o al menos así recuerdo mis días en este cole y saber que tendré que despedirme de él en menos de un año y empezar una etapa nueva, es algo que me da cierto miedo.

Por un lado, sé que me quedan muchas cosas bonitas por vivir. Dentro de poco empezaré la universidad: un lugar donde poder conocer gente nueva y muy diferente a mí, tener menos horas de clase… Por otro lado, el ser más mayor te brinda cierta libertad e independencia. Es verdad que seguiré oyendo la famosa frase “bajo mi techo harás lo que yo te diga”, pero a partir de ahora, tú decides si asistir a clase, organizas tu tiempo como tú quieras y por supuesto podré volver a casa más tarde los findes… Imaginaos poder volver a casa de fiesta y ¡que te manden tus aitas pasar por el Bertiz a comprar el desayuno!

Sin embargo, no todo lo nuevo es tan apetecible. Cuando creces es innegable que todo se complica. Nuestra burbuja de papá-mamá se rompe y de repente te encuentras en un mundo nuevo. Sé que no es algo malo, pero por una parte, siento cierto miedo e incertidumbre. ¿Voy a ser capaz de encontrar mi camino? ¿Encontraré qué es lo que me gusta? ¿Mis amigas de ahora lo seguirán siendo?...

En definitiva, está claro que no podemos detener el tiempo y que todo llegará… así que, por el momento, me quedaré con la sensación de haber disfrutado enormemente esta etapa, que será la primera de muchas de mi vida.

El Rock

Un miércoles, al igual que prácticamente todos los miércoles desde que comenzó el curso, estaba sentada en el mismo asiento de siempre cuando estoy en orquesta. La verdad, ese día la clase se convirtió en un completo aburrimiento y ya no sabía ni a donde mirar mientras a la primera voz no nos tocaba participar. El caso es que comencé a curiosear con la mirada unas estanterías repletas de libros (de música cómo no) y fue entonces cuando me topé con una llamativa colección de libros que hablaba sobre el rock y su origen. 

Cuando llegué a casa me di cuenta de que es un género musical que nunca ha sido impartido en ese conservatorio, a pesar de que siempre me habría gustado aprender sobre ese tipo de música. Enseguida me picó la curiosidad y no tardé en buscar información sobre este género musical y su origen. Sabía que su origen se remontaba más o menos a los años 50 en Estados Unidos y que con el tiempo se fue extendiendo por otros países. Sin embargo, me sorprendieron todos los subgéneros que tenía el rock y me interesé por algunos grupos.

Llegué a la conclusión de que la música da tanto juego que se pueden crear muchas variantes de un género musical, por lo que muchas veces es muy difícil clasificar a un solo grupo en un único género musical. Por ejemplo, como ocurre con el hard rock, que es una variante del rock de la que además surgió el heavy metal. Así ocurre con muchos otros géneros nacidos de la mano de innovadores músicos. 

Después de haber estado curioseando, me dí cuenta de que a pesar de que me gusta lo que aprendo en el conservatorio (que no es todo “música clásica”), también me gustaría moverme por otras ramas y géneros como los que he mencionado anteriormente. Claro está que el violín no me da tanto juego para esta música, por lo que ya va siendo hora de darle uso a otros instrumentos que tengo por casa.

Al final, esa interminable clase de orquesta de aquel día resultó ser un incentivo para encontrar una nueva afición y despertar mi interés por algo nuevo.

 

空手 (Karate)

Hace poco vi una serie de Netflix llamada Cobra Kai. Esta, es la continuación de Karate Kid cuando los personajes ya son adultos y me pareció muy curiosa porque nunca me había visto Karate kid.

Me llamó bastante la atención el deporte que practicaban y quise investigar más acerca de este. Nunca he visto el karate u otras artes marciales como algo bonito ya que yo soy antiviolencia y este tipo de deportes requieren contacto. No entendía el sentido de este deporte por ello, en vez de dejarme llevar por el camino de la ignorancia me puse en contacto con un karateka japonés con el fin de que él me explicara el significado del Karate.

No fue hasta ese momento que me di cuenta de lo que de verdad significaba el Karate. No va de dar puñetazos y de demostrar la fuerza bruta, sino de defensa personal y de encontrar un equilibrio. 

No tengo ni idea de Karate pero creo que muchas lecciones de vida se pueden aprender a través de este. Al principio yo también pensaba que solo la gente fuerte podía practicarlo pero sin embargo este señor me corrigió explicándole que eso es un mito que se ha popularizado, sobre todo en América, donde se ha distorsionado la idea del Karate.

Este señor con el que estuve hablando practicó karate desde los seis años y actualmente es profesor de Japonés, él apenas hablaba inglés asique nos comunicabamos en japonés, no voy a mentir, la mayoría de veces no entendía lo que decía ya que mi japonés es muy malo, pero sin embargo creo que pude entender lo suficiente para cambiar mi opinión acerca de este deporte.

Se me queda grabada una frase que dijo este señor “Con el Karate no solo tu cuerpo se vuelve fuerte pero también tu corazón”

Esto prueba que si no comprendemos algo lo mejor que podemos hacer es informarnos porque podemos llegar a cambiar de opinión. 

“空手と体だけではなく心強くなります”

La alarma del móvil

La alarma del móvil. Esa herramienta que una gran cantidad de la sociedad utiliza para despertarse a una hora en concreto y así atender sus obligaciones y tareas diarias. Puede parecer un simple mecanismo, pero es algo que tiene un trasfondo bastante importante e influyente en la vida de una persona.

Para empezar, dependiendo de la marca de tu móvil tendrás unos u otros “soniditos” a escoger, pero los más típicos y sobre los que muchas veces habréis visto u oído bromas tienen que ver con el sonido predeterminado de la alarma del Iphone y la de un dispositivo Android cualquiera. Y para los que no sepáis de qué va el meme, viene a ser la diferencia entre una alarma y otra. Mientras una persona con un teléfono Android en el que tiene puesta la alarma por defecto despierta con una melodía que parece venida del mismísimo cielo, la persona con un Iphone despierta con lo que parece ser el aviso de que un ataque nuclear está en camino.

Aunque esta última pueda ser infernal para la mayoría de población, siempre se puede cambiar por otra de las que el propio dispositivo te ofrece, o también existe la posibilidad de descargarte un sonido y añadirlo como despertador. Pues bueno, con esto quiero llegar a que yo me identifico con el minúsculo porcentaje de personas que se despierta con la alarma predeterminada del Iphone todas las mañanas para ir al colegio, y creo que he desarrollado una especie de trauma con ella.

Cada vez que suena la alarma me despierto de un salto y la apago corriendo. Pues bien, esto no solo me pasa por las mañanas al despertarme, sino que, por ejemplo, si mi hermana se ha puesto una alarma a las 17:30 para ponerse a hacer deberes, cuando suena su alarma y la escucho, instantáneamente se me activa una especie de sexto sentido que me hace dar un mini bote y me hace ponerme alerta, y es algo un tanto extraño.

Y diréis; ¿qué hace este chico contándome semejante tontería? Pues no lo tengo del todo claro. Igual es porque estoy buscando que después de que alguien lea esta entrada me diga que le pasa algo parecido y así sentirme acompañado en esta sensación tan extraña que me ocurre al escuchar esa armoniosa melodía.

Perder el tiempo

 Este año mientras estudiaba siempre me distraía y lo que podía ser un trabajo de 1 hora lo alargaba a 3 horas. Simplemente, me dedicaba a perder el tiempo. En algunos momentos cuando estudiaba algo que no me gustaba nada, me preguntaba “¿Porque estudio esto, si no me gusta, ni me interesa?”  Ya se que mucha gente piensa que todo lo que sea aprender no es una pérdida de tiempo, pero yo muchas veces sentía que algunas cosas de las que estudiaba eran inútiles y solo me hacían perder el tiempo. 

Creo que tenemos un concepto erróneo del tiempo cuando lo dividimos en libre, productivo y perdido. ¿El tiempo que no es libre, es tiempo esclavo? El tiempo solo es eso, tiempo, da igual en que lo invirtamos. Es una línea que tiene principio y final. No es más libre por emplearlo en hacer cosas que te gustan, ni menos libre por emplearlo en cosas que no te gustan, va a seguir pasando igualmente.

Nos hacen creer que estamos perdiendo el tiempo si no tenemos un tipo de vida y todo lo que se salga de ahí está mal visto. Si no estudias hasta los 25 , si no encuentras trabajo, te independizas y formas una familia … estas perdiendo el tiempo. Cada uno siente que aprovecha el tiempo de una forma diferente, puede que una persona estudiando 10 años sienta que está aprovechando el tiempo, mientras que otra persona puede que sienta que aprovecha su tiempo y vida en una oficina. También hay gente, por desgracia mucha, que siente que pierde el tiempo mientras trabaja o estudia, que le quita tiempo libre. Llamamos tiempo libre al que tenemos después de estudiar o trabajar, pero no debería ser así. 

Nuestro tiempo siempre debería ser libre, porque deberíamos trabajar y estudiar algo que nos gusta y no considerarlo una obligación. Deberíamos apreciar el tiempo como lo que es, algo que pasa, efímero y respecto a eso tomar decisiones. Decidir en qué lo queremos invertir para no considerar que estamos perdiendo el tiempo. 

El dinero

Vamos a imaginarnos que estamos en agosto y que en menos de un mes nos tenemos que ir de casa. Ya se está acabando el verano y te han cogido en la universidad de Valencia, por lo que tienes que irte tú sola con tus compañeros de pisos (que todavía no conoces) a una casa desconocida. Llega septiembre, te instalas allí y cuando tienes que pagar los gastos del primer mes, te das cuenta que no tienes ni idea de hacerlo. 

Por esta situación de desconocimiento van a tener que pasar algunos estudiantes en unos meses. Nunca nos han enseñado el valor del dinero ni la gestión que supone, y esto nos lleva a no saber manejarnos por nosotros mismos.

Con todo esto me refiero a que, somos jóvenes que están cada vez más cerca de empezar a vivir esa vida adulta y, sin embargo, no tenemos ni idea de cómo hacerlo. Esto puede ser debido a varias razones. Primero, en casa (o por lo menos en la mía) no es un tema que se hable mucho y menos cuando nos referimos a los gastos del WIFI, el agua, la luz… Es un tema que a mi madre nunca le ha gustado hablar y eso nos ha acabado “afectando” a mi hermano y a mí. Además, esto también tiene relación con la segunda razón. Los adultos tienden a ocultarnos el valor de las cosas dejándonos así en un completo desconocimiento. Sé que puede ser un tema tabú (aunque tampoco entiendo por qué), pero también sé que son conversaciones verdaderamente necesarias.

Imaginaos otra vez la situación del principio. Me voy a un sitio nuevo y no puedo saber si lo que estoy comprando es caro o no, si me están timando o no, si merece la pena gastar el dinero o no… porque nunca me he tenido que preocupar por ello; hasta ahora. Es decir, hay una infinidad de situaciones en las que no sabría manejar el dinero por el simple hecho de que nunca me han enseñado a cómo hacerlo. 

Por tanto, creo que es importante hablar abiertamente sobre los gastos, la importancia del dinero,  cómo evitar que te timen… para estar lo más preparados posible para que, cuando salgamos al mundo real fuera de la fortaleza de nuestra casa, no nos gastemos todo en un mes.

El Pueblo

 ¿Nunca habéis llegado a un lugar, habéis pasado allí 3 o 4 días y al tener que volver a casa habéis sentido un profundo rechazo a volver? Pues esto me pasa a mí con mi pueblo.

Su nombre es Tresabuela y es un pueblo extremadamente pequeño. No viven más de 10 personas durante todo el año. En verano su población aumenta, pero a no más de 40 personas. Como es de esperar, con tan pocos residentes, no tiene ni bar ni tiendas, tan solo hay casas. Está a 1050 m de altitud y es el último de un valle de 12 pueblos. Objetivamente, así planteado no parece que tenga ningún encanto ni que sea muy comprensible que a alguien le pueda gustar estar ahí,  sin embargo, tiene otros encantos algo más ocultos. 

En primer lugar destacaría la naturaleza que le rodea. Al ser el último pueblo y muy pequeño -literalmente son unas pocas casas en medio del monte-  en un momento te plantas en inmensos bosques y extensas praderas llenas de vida. Es un verdadero placer llegar a una campa y simplemente ver qué ocurre, pueden aparecer una manada de ciervos por el contorno de la montaña, un águila que se lanza a por su presa o un zorro que simplemente juguetea en una campa.

Por otro lado, me maravilla la simplicidad de la vida de allí y sus gentes. En pueblos como este, la prisa y el agobio de la ciudad desaparecen. Generalmente no tienes ningún plan aparente pero siempre surge alguno y de lo más variopintos. Puede ser desde ir a buscar unas cabras que se han ido por el monte a otro pueblo, hasta pasar la tarde arreglando las tejas de un tejado. Además, yo, como amante de los planes imprevistos soy de lo más feliz cuando me surge cualquiera de estos.

Los pueblos tienen una magia que aunque te la cuenten no eres capaz de comprender hasta que no lo vives en tus propias carnes. Por ello os invito a pasar un finde en algún pueblito así y a que os empapéis de su esencia, estoy seguro de que no os arrepentiréis.

4 meses fuera

Hace dos años fui cuatro meses a Irlanda para aprender inglés. Fue una experiencia que me ayudó a madurar y que jamás olvidaré, pero que a la vez me hizo darme cuenta de  las cosas que tengo aquí, en Bilbao y me hizo valorarlas mucho más de lo que lo solía hacer. 

A finales de agosto de 2019 empezó mi viaje. Volamos desde el aeropuerto de Bilbao hasta llegar a Irlanda. El viaje se me hizo eterno, fueron las dos horas más largas en mucho tiempo, los nervios me invadían todo el cuerpo, al fin y al cabo iba a dejar por cuatro meses toda mi vida de Bilbao y empezar una nueva en un sitio nuevo. En aquel momento, no llegaba a ser consciente del gran cambio que se iba a producir en mi vida.

Aterrizamos en Dublín y nos llevaron a cada estudiante en coche hasta el pueblo en el que íbamos a vivir durante los siguientes meses. Por suerte, me tocó en el mismo pueblo que Leire Gallego con la que tenía una buena amistad por lo que eso me tranquilizó bastante. El nombre del pueblo era “Kells” lugar donde me tenía que recoger mi “nueva familia”. 

Conocí a la madre, al padre y a sus dos hijos y me llevaron a su casa. La casa era bastante grande y la familia era muy agradable por lo que no tenía que tener queja alguna. No obstante, en cuanto me quedé sola en la habitación me entraron unas ganas inmensas de llorar, estaba sola, en otro país, con una familia desconocida y con un idioma que no dominaba. 

Los primeros días en el colegio fueron horribles, las irlandesas no nos hacían nada de caso, por lo que los días se hacían duros y largos. Con el paso del tiempo, las irlandesas se abrieron más y conseguimos hacer alguna amiga. 

Tuve la gran suerte de ser correspondida por la familia que me acogió.  Me trataban como una más y me intentaban hacer sentir como si estuviera en mi casa. Considero que tener una buena familia en Irlanda facilita mucho las cosas, si no llega a ser por ellos mi estancia y experiencia en Irlanda no hubiese sido tan bonita.

La vida en Irlanda, con la edad con la que fui, es muy aburrida. Las irlandesas no quedan habitualmente con sus amigas sino que quedan de vez en cuando para hacer un plan concreto como ir al cine o ir a una cafetería. Es una vida muy de quedarse en casa con la familia y no salir. Para mi fue una diferencia significativa en relación con nuestros hábitos de ocio de aquí. 

Con todo lo anterior llego a la conclusión de que la vida que tenemos aquí en Bilbao es un privilegio y que solo hace falta irse cuatro meses fuera para darte cuenta de todas las cosas positivas que hay aquí y que no las cambiaría por nada en el mundo.

Juegos de mesa

 Llevo toda la vida yendo a comer cada domingo a casa de mis aitites con toda mi familia por parte de mi aita. Todos los domingos a las tres tenemos que estar en Deusto, donde nos juntamos a hablar y a comer. 

Desde que somos pequeños, después de que mi amama nos hubiese hecho comer hasta reventar, tanto mi tía, mi hermana, como yo, reuníamos a mis primos pequeños y convencíamos a mi hermano para jugar a cualquier juego de mesa. Han sido muchos años los que hemos pasado probando nuevos juegos y peleándonos por quien hacia trampa o por quien era el ganador. Es un poco extraño, porque hemos jugado durante tantos años que la mitad de los juegos en vez de tener el dinero en euros están en pesetas.

Es algo que me da pena que esté cambiando, puesto que ahora, mis primos pequeños en vez de seguir jugando a juegos de mesa prefieren jugar en sus teléfonos móviles. Sería una hipócrita si dijese que yo no he tenido juegos en el móvil y no me parece para nada mal que los tengan y los jueguen, la cosa es que veo que su infancia está siendo más afectada por la tecnología de lo que igual debería.

El año pasado por ejemplo estuve dándole clases a mi primo de euskera y mate y me quedé alucinada con el sistema tan poco efectivo y desastroso que tenían en su colegio. Mi primo en sexto de primaria en vez de utilizar libros utilizaba un ordenador. Dentro de ese ordenador, había una serie de libros electrónicos y un sistema tipo classroom para mandarles los deberes. Ese sistema, el problema que tenía era que cada vez que hacías un fallo te descontaba un montón de puntos y por cada acierto te sumaba uno, dos, o directamente no te sumaba. La teoría no podía abrirse en el momento de hacer los ejercicios (lo que me parece absurdo teniendo en cuenta que están aprendiendo y todavía no saben hacerlo) y lo que peor me parece es que no te da la oportunidad de conseguir más puntos haciendo más ejercicios.

Literalmente lo que están haciendo es que los niños se vean obligados a hacer los deberes con sus padres para que la nota de los hijos no se vea afectada. Si tiene que haber alguien que te tenga que corregir tu trabajo en todo momento es que algo están haciendo mal. Mis tíos por ejemplo no saben el suficiente euskera para hacer los ejercicios con mi primo y ese no debería ser un factor que afectase a su nota.

Por suerte a día de hoy el sistema que tiene a cambiado y ya no necesita que alguien le supervise, pero estudiar sigue estudiando desde un ordenador y es algo que nunca entenderé que tiene de beneficioso. 

Educación

El otro día, en clase de religión hablando de las cosas que nos ha aportado el colegio, nos plantearon la siguiente pregunta: ¿creéis que estáis bien educados? La verdad es que nunca me había parado a pensar sobre cómo ha sido mi educación, y menos en si había sido la correcta o no. 

En ese momento solo me hicieron falta unos segundos para que se me pasasen por la cabeza las personas, bastante desagradables y sin ningún tipo de respeto, con las que alguna vez he tenido que tratar, para darme cuenta que soy muy afortunada por la educación que he recibido. 

Cada vez son más los niños y niñas que no obedecen y hacen lo que les da la gana. En mi opinión los niños y niñas de ahora están perdiendo el respeto hacia las personas mayores, padres y madres, maestros, responsables… Todo esto solo tiene una solución y es la educación basada en el respeto, en la austeridad, en el esfuerzo, que no den nada por hecho, que trabajen para conseguir sus objetivos.

Esta educación de la que hablo tiene que ser una cosa de todos, que se de en casa, en el colegio, en cualquier tipo de actividad extraescolar. Todo empieza en las personas que son más mayores que esos niños, porque nos ven como ejemplos a seguir y cualquier cosa que mostremos tanto buena como mala la van a interiorizar (a esas edades son como esponjas que absorben todo lo que ven a su alrededor), por lo que hay que tener mucho cuidado con cómo nos comportamos delante de ellos. 

En conclusión, el futuro de nuestra sociedad empieza por la educación que les damos a los más pequeños, así que vamos a dejar de restar importancia al asunto y a darle la que tiene.

Viajar a diario

Muchos de vosotros viviréis a 5 minutos del colegio andando, o incluso menos. Otros muchos vendréis al colegio en algún transporte público que os traiga en 10/15 minutos máximo. Pero ¿Y la gente que viaja más de 20 kilómetros diariamente para ir a estudiar?

Pues bueno, yo soy una de estas personas que viene desde muy lejos. Pero no os confundais, no es todo los días. Mis padre están divorciados y paso 2 semanas con cada uno alternamente y es cuando estoy con mi aita cuando me toca venir desde un pueblo situado a 50 kilómetros de aquí. 

Vengo a clase en un Bizkaibus que tarda aproximadamente 1h y 10 minutos en llegar a Bilbao, por lo cual os imaginareis el madrugón que supone. Me levanto a las 6:00 y aunque pueda asustar, no es tan malo como parece. Lo único que echo de menos es salir de casa con luz diurna en algún momento del año, pero por lo demás, como todo en la vida, te acostumbras. 

Por otro lado, no todo es malo. En un transporte público en el que al cabo del año pasas tanto tiempo, te da la oportunidad de observar cantidad de personas, comportamientos y situaciones cuanto menos normales que, si sabes apreciar, vas a disfrutar de lo lindo. Además, por la hora del día en la que coincide, durante gran parte del año puedo disfrutar de amaneceres completos que son una forma perfecta de comenzar el día. 

Otra oportunidad que 1h y 10 de bus te brinda es la de dar ese último repaso a la materia del examen de ese día. Eso sí, mientras vayas por la autopista, porque como lo hagas en zona de curvas, olvídate. Acabas pasando un mal rato de mareo además de desaprovechar el tiempo.

Y muchos os preguntareis ¿Para qué me está contando esto?. Pues bien, me he dado cuenta de que el año que viene a muchos de nosotros nos tocará recorrer distancias medianamente largas para ir a la universidad. En un principio parece un mundo y es totalmente comprensible, sin embargo, a mi me hubiese ayudado que alguien me contase lo que yo os acabo de contar.

Cuidado con las redes sociales

 La llegada de Internet ha supuesto, sin duda alguna, un gran avance para la sociedad y ha traído infinidad de ventajas a los usuarios del mundo entero. En la actualidad, el área más popular de internet son las redes sociales. Se han hecho un hueco en nuestra sociedad, sobre todo entre la juventud, y ahora forman parte del día a día de todos los jóvenes. 

Sin embargo, aunque pueda parecer que todo son ventajas, hay varios aspectos de ellas que pueden suponer un peligro para los usuarios. Entre ellos, la privacidad. El hacho de que las redes sociales estén presentes en el día a día de los jóvenes, hace que estos plasmen en ellas todo lo que hacen. Podemos creer que tenemos el control sobre el contenido que subimos, pero en realidad lo estamos perdiendo a partir del momento que lo subimos. Sin ser del todo conscientes, abrimos las puertas de nuestra privacidad a cualquiera que tenga la capacidad de conectarse a una red.

Las consecuencias que acarrea este problema son cada vez más visibles y más comunes. Las tonterías y gamberradas que se hacen durante la adolescencia y que son colgadas en las redes sociales quedan para siempre al alcance de cualquiera. Esto, a la larga, es lo que provoca los problemas. 

En primer lugar, la vergüenza ajena que puede provocarte ese contenido en unos años. A todos nos ha pasado ver lo que subíamos hace 2-3 años y decir: "¿Porqué subí yo esto?". En segundo lugar, se puede crear una reputación negativa que ni siquiera es reflejo de la realidad. En el afán por encajar en lo que se esperan otras personas, muchos jóvenes suben contenido que no refleja en absoluto su personalidad. Esto puede generar una reputación que te siga por mucho tiempo.

Claro está, hay muchas maneras de evitar que esto ocurra. La que para mí es la más efectiva, depende completamente de cada uno: si estás en duda sobre si subir algo o no por lo que puede pasar en el futuro, mejor no subir nada. Hay que ser crítico y no dejarse influenciar por  el entorno, no subir nada para aparentar algo. Las redes sociales son un gran entretenimiento, pero si no tenemos cuidado se pueden convertir en nuestro mayor enemigo. 

Fotografías

Desde pequeña soy una persona muy curiosa. Siempre me ha gustado ir mirando, bien a lo que la gente iba haciendo por la calle, o bien el paisaje que en aquel momento me rodeaba. 

A las mañanas vengo al cole andando y tengo la oportunidad de poder ver el amanecer. De hecho, mis amigas, Marta y Alejandra, siempre me recuerdan que tengo mucha suerte por poder disfrutar de momentos como este. Esto se debe a que ellas lo único que ven por las mañanas antes de entrar al cole, es el cielo un poco rosa entre edificios. Hasta que ellas no me lo dijeron, no me había dado cuenta de que tengo mucha suerte por poder disfrutar de momentos como este. Aún así, hay veces que me los pierdo porque en vez de observarlos y disfrutarlos, me centro más en sacarles una foto para el recuerdo. 

Creo que muchos de nosotros (aunque igual me equivoco y solo estoy hablando por mí) tendemos a capturar los momentos que, sin móvil, quedarían en nuestros “verdaderos recuerdos”. Sin embargo, capturándolos podemos llegar a hacer que esos momentos pierdan su esencia. Es por ello, que últimamente me he propuesto volver a ser “curiosa activamente” e intentar no utilizar el móvil para no perderme estos momentos.  

En conclusión, debemos disfrutar de los placeres de la vida con nuestros sentidos y no intentando inmortalizarlos.

Tanta rutina, tanto ruido en la ciudad, 

tantas sirenas sonando en la oscuridad.

Unos recuerdos vienen,

otros, por desgracia, se van.

Dejamos la vida pasar, 

por unos recuerdos que creemos que hay que fotografiar.

Pero, ¿quién nos lo va a contar

si la clave está en con los ojos mirar?

Pobres recuerdos llegan 

y grandes momentos se van.

Rage Against The Machine

Resulta que las historias que se les había contado sobre el sueño americano y la autosuperación no sirven de nada. La juventud de los noventa se sentía engañada y no compartía las ideas tradicionales americanas. Es en este momento en el que cuatro jóvenes californianos deciden formar Rage Against The Machine para además de hacer música transmitir sus ideas y convertirse en cierta forma en los portavoces de la generación frustrada de los noventa.

Se metían con todo el mundo, tienen canciones con letras muy explícitas en contra de la globalización, el capitalismo, el abuso policial, el racismo, la guerra, el presidente, el materialismo y un largo etcétera. Cuando empezaron a tener repercusión mediática el gobierno los tomó como una amenaza ¿Cómo podría alguien decir tales barbaridades del gobierno de los estados unidos sin sufrir consecuencias? Como no podía ser de otra manera fueron censurados en varias radios y se les prohibió asistir a los conciertos más importantes del país.

Les han llegado a imputar cargos por "alentamiento del antipatriotismo" o "apología al terrorismo". Hasta tal punto llegó todo esto que desde algunas televisiones fueron acusados de haber provocado indirectamente los ataques del 11s. Durante las protestas del BLM su canción más famosa "Killing In The Name" volvió a las listas de éxitos 28 años después.

Su música es una mezcla entre metal, hip hop y funk con guitarras. La letras de sus canciones reflejan las ideas anarquistas y comunistas de los integrantes del grupo, sin embargo recomiendo enormemente a todos escuchar sus canciones más famosas por curiosidad. Su música tiene ya 30 años pero los temas que tratan son ahora más actuales que nunca.

¿El octavo arte?

 La arquitectura, la pintura, la escultura, la música, la danza, la literatura y el cine son las 7 bellas artes del mundo. No obstante, desde ya hace un tiempo, se empieza a hablar de incluir a los videojuegos como el octavo arte pero, ¿los videojuegos son merecedores de este puesto?

El gran avance que ha tenido la tecnología en los últimos años ha facilitado que los videojuegos hayan sufrido un gran desarrollo, permitiéndoles así, competir con otros artes. La mejora de los gráficos, la introducción de bandas sonoras o la narración de historias son algunos de los aspectos que defienden aquellos que consideran que los videojuegos deben ser un arte.

En cuanto a lo económico, los videojuegos han conseguido batir al cine, cada año, las compañías de videojuegos ingresan entorno a 147 mil millones de euros mientras que el séptimo arte, el cine, no logró superar los 500 millones en 2021. Una diferencia abrumadora si pensamos que la industria del videojuego todavía está en ciernes. 

En mi opinión, hay muchos títulos que son merecedores de dicho título. No obstante, al ser una industria muy variada y todavía en crecimiento, puedo que haya juegos que no cumplan las características para considerarse arte. Pese a todo esto, en los próximos años veremos como este tema llena los telediarios y al final los videojuegos, espero, sean considerados el 8º arte de la Humanidad. 

Burgos.

Burgos es la ciudad en la que hubiese vivido si no hubiese nacido en Bilbao. Siempre ha sido mi segunda ciudad, la ciudad en la que pienso cuando me dicen qué donde me iría a vivir si no pudiese elegir Bilbao. 

Todo esto tiene una clara razón y es que mis padres al conocerse en mi pueblo y ser uno de Burgos y uno de Bilbao, no se decantaban entre qué lugar escoger para forjar su vida. Entonces, decidieron hacerlo a sorteo y tocó Bilbao. No obstante, no se olvidaron de Burgos y desde pequeños nos han llevado gran cantidad de findes allí y en fechas importantes como nochebuena (nochevieja la pasamos en Bilbao) o el cumpleaños de algún familiar. 

También es verdad que cuando me han planteado la idea de ir a la universidad de Burgos, he dicho que quizás prefería quedarme en el país vasco. Esto creo que es porque al yo ya tener mi vida hecha aquí y estar acostumbrada a ir allí de vez en cuando, se me hace rara la idea de vivir allí junto a todos mis familiares pero sin mi hermano y mi padre. Además, creo que si viviese allí cambiaría mi idea sobre esa ciudad y el cariño que le tengo, porque la idea que tengo acerca de ella está construida en base a las veces que he ido desde que soy pequeña y no a tener una rutina allí. 

Por otra parte, allí no tendría tiempo de aburrirme con la cantidad de rutas que me harían mis familiares y las visitas que les haría. Vería la ciudad desde una perspectiva diferente, la del día a día. Tampoco estaría sola ya que gran cantidad de mis amigos del pueblo viven en esta ciudad y serían un gran apoyo junto a mi familia en mi periodo de adaptación.

Magic

¿Que es magic?. Magic es un juego de cartas que tiene diferentes formas de jugarlo,están conocido a nivel internacional que hay torneos por varias partes del mundo. Además hay cinco colores diferentes que son :azul, blanco, rojo, verde y negro, tú puedes elegir un solo color de los cinco o hacer una combinación entre los cinco colores, por ejemplo: rojo y verde, azul y negro o incluso de tres colores cómo, azul , verde y rojo . 

Uno de los varios formatos puede ser comander, él cual consiste en tener un mazo de cien cartas con un comandante, él cual tendrá una combinación de cinco colores o solo tener un único color y este decide el color de tu mazo, por ejemplo si un comandante tiene tres colores, tú mazo solo se puede componer de esos colores. Hay cinco diferentes cartas que son: criaturas estas pueden ser legendarias o una criatura sin más, siguiendo la linea están las tierras, las cuales te dan mana para poder invocar tus criaturas, por otro lado conjuros, encantamientos, artefactos, instantáneas y algunos mazos de este formato puede tener un compañero, el cual es la carta 101.

Este formato y todos sino me equivoco puede ser de más de dos jugadores y creo que no tiene limite. Otro dato importante es que existe aproximadamente veinte tres mil cartas diferentes, además hay cartas que pueden llegar fácilmente al valor de cincuenta mil euros, obviamente hay cartas que valen solamente cinco céntimos e incluso un céntimo, con las que juego yo el juego de magic.

No quiero que penséis que me gasto mucho dinero en comprar una carta porque no es así. Pero aquí os dejo una foto de la carta mas cara del mundo de magic, su valor en la última subasta fue de 250 mil euros. Dicha carta es el loto negro.

Cabezota

 Mi ama siempre ha sido muy cabezota y yo como hija suya no iba a ser menos. No creo que sea cosa solo de mi familia o haya gente “cabezota”. Creo que en parte todos somos cabezotas, lo llevamos dentro, forma parte de nuestra naturaleza.  

¿Cuántas veces os han dicho “no hagas esto, no hagas lo otro, que te vas a hacer daño”, y habéis hecho caso omiso y lo habéis intentado igualmente? Seguro que un montón de veces. Yo desoigo las advertencias porque soy tan inconsciente como curiosa. Pero sobre todo, porque yo al igual que vosotros, creo que soy diferente al resto. Creo que soy diferente a quién me ha advertido y que lo que a esa persona le salió mal, a mí me va a salir bien. Y no. La verdad es que no es así. 

La situación se repite una y otra vez pero con diferentes experiencias. La mayoría de las veces que me he caído y no me han salido las cosas, ya me había advertido alguien que por lo general era mayor que yo. Sí, ellos ya han cometido el error y les ha salido mal, pero para mí, cometen el error de querer ahorrarte el disgusto. Tampoco digo que hagamos lo contrario a lo nos están diciendo. Obviamente, todo depende de la situación, algunas advertencias son necesarias pero muchas de ellas no. A veces es mejor darte el golpe porque algunos son necesarios. Aprendemos a base de ensayo y error, y aunque no lo pensemos, estamos limitados. 

Para mí la clave está en conocer nuestros límites, ver hasta dónde podemos llegar. Una vez conozcamos nuestros límites el número de caídas irá disminuyendo. Sin embargo, hasta que llegue ese momento habrá una serie de caídas necesarias que nadie nos podrá evitar. Estoy segura que todavía me quedan unas cuantas por delante. 

Universidad

 A día de hoy, 1 de enero de 2022, no tengo ni la más remota idea de que voy a estudiar durante los próximos 4,5 ó 6 años. A pesar de que llevo mucho tiempo buscando información, preguntando a universitarios y acudiendo a diferentes charlas orientativas, no soy capaz de decidirme por nada, y sinceramente, es un poco estresante. Siento como si tuviera una cuenta atrás encima de la cabeza la cual disminuye día tras día, hasta que un día llegue a cero y me vea obligado a decidir tirando una moneda al aire.

Normalmente, después de estar un rato pensándolo y no llegar a ninguna conclusión suelo acabar bastante frustrado, y prefiero seguir otro día. El problema es que siempre vuelve a pasarme lo mismo y cada vez se van acercando más los plazos para las matrículas. Teniendo en cuenta que aún no he sido capaz de decidir si va a ser una carrera de la rama de ciencias o de letras, tampoco sé si voy a necesitar mucha nota o hacer una selectividad buenísima, así que solo queda hacerlo lo mejor posible este curso.

El año sabático se suele presentar como una alternativa muy tentadora. Creo que un año sabático con 18 años es un arma de doble filo, ya que puede convertirse en uno de los mejores años de tu vida, o por el contrario, en un auténtico desperdicio de tu tiempo. Se pueden encontrar en la red algunos ejemplos de jóvenes que han decidido recorrer el mundo nada más acabar el colegio, con la intención de aprender idiomas, conocer mundo y vivir nuevas experiencias. Este estilo de vida me parece apasionante y tengo claro que en caso  de hacer un año sabático no me voy a quedar aquí, pero también pienso que igual es mejor hacerlo más adelante una vez licenciado.

Admiro y envidio a las personas que tienen claro a qué se quieren dedicar en un futuro desde tan temprana edad. Tener que tomar una decisión tan importante siendo tan jóvenes por un lado me parece algo lógico, ya que se acelera todo el proceso y podemos empezar a trabajar pronto, pero por el otro considero que es muy difícil acertar con lo que de verdad no vas a hacer felices.

Un viaje para recordar (4/4).- Final de trayecto

Formamos un grupo medianamente grande, los cuales quedábamos todas las tardes para hacer cualquier chorrada por un pueblo que ninguno conocía. Sin duda fue una de las cosas que más me gustaron de estar allí, el poder conocer a mucha gente nueva y visitar lugares que nunca imaginaría que llegaría a ver.

Además de todas las quedadas que hacíamos entre nosotros, también visitamos muchos  otros lugares con el grupo que habíamos formado en las clases, a pesar de que cada uno ya tenía su cuadrilla formada. Hicimos un par de viajes a Dublín. Sin embargo, el que más me gustó fue el primero. Este viaje lo hicimos para visitar la ciudad, ya que todos los años se hace un viaje a la capital para ver diversos lugares allí. De todos los lugares a los que fuimos, el sitio que más me llamó la atención fue la fábrica de la cerveza Guinness. 

Cuando nos dijeron que íbamos a ir allí, me imaginé un sitio abarrotado de trabajadores, con un montón de botellas y latas de cerveza de un lado para otro… No obstante, era todo lo contrario. Era un lugar con un montón de imágenes, carteles y dibujos que te contaban la historia de la fábrica y de la cerveza, además de numerosas actividades para hacer y disfrutar un poco del “tour”. Después de la visita, nos dejaron 3 horas para hacer lo que quisiéramos por la ciudad (dentro de unos límites, claro). Al oír eso, nos reunimos un grupo de 15-20 personas y nos fuimos a recorrer toda la calle comercial de Dublín, yendo tienda por tienda para ver que podíamos llevar de recuerdo para nuestras familias, comprar ropa, comida, etc. Sin duda fue uno de los días que más disfruté, ya que sentí que durante un tiempo tuve una gran libertad de poder ver lo que quisiera sin tener la presión de alguien que no nos lo permitiera.

En definitiva, la conclusión que saco de esta experiencia es que, a pesar de que en un principio viajar solo a un lugar que no conoces te pueda parecer una de las peores cosas del mundo, al llegar allí conoces a un montón de gente en la misma situación que tú y que, aunque solo sea por unos días, resultan ser una especie de salvavidas ante aquella situación. Por ello siempre voy a guardar un muy buen recuerdo de toda la gente que conocí allí, y espero algún día poder reencontrarme con alguno de ellos y rememorar todos los momentos que vivimos juntos.

Skerries, Irlanda

Inseguridades

 “Dios, qué orejas más grandes tienes” “A ver si nos depilamos eee”… Comentarios absurdos que acaban convirtiéndose en inseguridades colosales. Pues quién no se ha sentido alguna vez avergonzado de alguna parte de su cuerpo, en ocasiones hasta el punto de mirarse al espejo y simplemente sentir que no vales. Estas son conductas que, por desgracia, son más frecuentes ahora que antaño.

En cuanto a este tema, las redes sociales se pueden considerar un arma de doble filo. Por un lado, gracias a apps como Instagram o TikTok, se puede dar una mayor visibilidad a diferentes tipos de cuerpos y PERSONAS. Hago énfasis en esta palabra ya que no siempre la inseguridad es física. En algunos casos esta puede ser algo más abstracto, como la feminidad o masculinidad. Por otro lado, suele ser común que las redes te recomienden gente que entra dentro de los estándares de belleza establecidos. De esta forma, lo único que consiguen es hacerte ver como si tu cuerpo fuera menos válido, ya que no encuentras a nadie con el que te sientas identificado. De todas formas, este problema no es tanto de los creadores de contenido, sino más bien de la propia app y su configuración.

Ya va siendo hora de normalizar todo tipo de cuerpos y formas de ser, para así poder poner fin a esta lluvia de inseguridades de una vez por todas. El ser mujer no implica depilarse, al igual que el ser hombre no implica estar “mazado”. Para conseguir eso que se conoce como “peso ideal”, si es que existe tal cosa, lo único que hace falta es quererse. Los dígitos que luego aparecen en la báscula son secundarios. Tenemos que dejar de martirizarnos por no poder llegar a unos estándares de belleza imposibles. Si bien me he machacado años por cosas estúpidas, puedo decir con orgullo que he aprendido la lección y que por fin estoy libre de tantas cadenas, a pesar de que me quede alguna por romper.

Fotografías

Siempre voy a estar maravillada por esa fantástica oportunidad que tenemos de guardar cualquier recuerdo en la galería de nuestros móviles. La verdad, no me había parado a pensarlo antes, pero hoy mismo mirando fotos del año pasado he agradecido tener esta posibilidad. Es cierto que es algo a lo que no le damos importancia y simplemente damos por hecho que está ahí, pero es curioso cómo casi de forma “mágica” podemos obtener una imagen detallada de un determinado momento. 

No es mi intención explicar detalladamente cómo ocurre el proceso de la recepción de los rayos de luz y su posterior transformación en una imagen para poder obtener una fotografía de lo que queramos. Sin embargo, me interesa más expresar la importancia que tiene realmente el hecho de poder tomar y almacenar cientos de imágenes en cualquier momento. 

Resulta increíble haber tomado fotos de algo que quedó en el pasado hace mucho tiempo y aún así, seguir teniendo la oportunidad de ver ese momento una y otra vez en el presente. En su momento, aquella foto que tomamos puede resultar insignificante, pero al volver a verla meses después, se nos vienen a la mente innumerables recuerdos de algo que ocurrió. Podemos volver a sentir esa felicidad, nostalgia, ira… en el presente mediante esos recuerdos recientemente potenciados por una imagen. 

Sin ir más lejos, yo misma he sentido lo anteriormente mencionado cuando hoy por la mañana he disfrutado de un breve paseo por mi galería de fotos, en el que he podido encontrar imágenes relacionadas a cientos de momentos. Sin embargo, a veces me arrepiento de no haber tomado fotos de más ocasiones, aunque al mismo tiempo, creo que si estoy preocupándome todo el rato por esto, no voy a vivir el momento de la misma forma.

 

CAMBIAR DE ENFOQUE

Siempre he sido una persona bastante optimista, sin embargo, últimamente, mantenerme positiva era algo que me estaba costando más. Vivimos en una sociedad que se pasa el día sumida en sus propios pensamientos y en sí mismos. Estamos constantemente creando problemas donde no los hay y comparándolos con los demás, a ver quién es el más pobrecito, cómo si de una competición se tratase. Esto a lo único que nos lleva es a centrarnos en lo negativo y en vez de tratar de encontrar la parte positiva o el aprendizaje de la situación, nos hacemos creer que somos unos desgraciados y perdemos las ganas y la ilusión en todo. 

En la cuarentena, muchas personas, al hacerse conscientes de esta situación, decidieron llevar a cabo una práctica con la gratitud como base. Esta práctica, que para muchos posteriormente supondría un estilo de vida, consiste en valorar más los pequeños detalles de cada día. Es decir, se trata de estar más presente a la hora de hacer actividades ‘habituales’ que acostumbramos a hacer de manera monótona. Además de vivir de manera consciente, y por lo tanto estar más atento y apreciar más las situaciones y el entorno que te rodea, estás en un estado de gratitud constante. Debido a este cambio de enfoque, vivimos con mayor paz mental, y al liberarnos de los pensamientos negativos, que en la mayoría de los casos nos limitan, estamos más abiertos a cambios que nos ayudan a crecer y a conocernos. 

Es cierto, que en un primer momento el pasar a fijarte en todo lo bueno de todas las circunstancias, puede ser muy complicado, e incluso puede llegar a ser bastante frustrante. No obstante, hay varios métodos que pueden ser útiles para crear el hábito. Uno de ellos, el más recomendado es escribir tres cosas por las que estás agradecido todos los días, incluso en los peores, de esta forma te obligas a fijarte en los detalles positivos de tu día. 

Por consiguiente, cambiar de enfoque es algo que recomiendo a todo el mundo intentar, ya que cuando se convierte en hábito es muy gratificante. Al fin y al cabo, no somos nada, nuestra vida se deba a una serie de infinitas coincidencias, por lo que qué menos que vivirla, sin estar lamentándonos constantemente y construir nuestro propio camino en base a lo que nos motiva e ilusiona.

Costumbres y tradiciones

Las personas se pueden dividir de muchas maneras, se pueden clasificar según infinitos criterios. Ricos, pobres; viejos, jóvenes; mujeres, hombres; de derechas, de izquierdas; vascos, españoles; delgados, gordos; zurdos, diestros...

Por supuesto, se pueden mezclar los criterios, porque cada persona le da más importancia a un criterio que a otro. El riesgo viene cuando una división de esa lista es siempre la más importante. Muchas veces hay personas que se dedican constantemente a clasificar las personas de la misma manera. Esto puede ser algo injusto, ya que omitimos otros criterios que pueden ser más importantes

Además, una cosa es dónde se sitúa cada uno a sí mismo y dónde nos sitúan el otro el resto. La cosa es que nuestro cerebro nos empuja a clasificar a las personas. Por eso nos colocamos siempre en el mismo lado de las divisiones, e inconscientemente preferimos estar con gente que coincida con nosotros.

Por eso nos aferramos a lo que nos es familiar. Es lo que en la mayoría de los casos se llama costumbre y, en algunos casos, tradición. Eso sí, a la hora de cambiar las costumbres no todos tenemos la misma dificultad ni la misma facilidad, ni a cualquier edad. Normalmente, a mayor edad, más seguimos las costumbres. Normalmente, pero no siempre.

Todos vivimos buscando un cierto equilibrio, entre costumbre e innovación, y cada uno elige qué camino quiere seguir más. A mí, por lo menos, me resulta triste oír que alguien piensa en la edad adulta o en la vejez parecido a lo que pensaba en su juventud. Le preguntaría qué ha hecho durante su vida, si no ha aprendido nada nuevo, si no ha cambiado en nada.