Etiquetas

domingo, 24 de marzo de 2024

El dinero en una amistad

 La semana pasada le presté 30 euros a mi mejor amigo ya que los necesitaba para pagarle a un amigo que le había prestado ese dinero. Yo se los di sin problema ya que él era mi mejor amigo y haría lo que fuera por él. El problema es que ahora soy yo el que necesita ese dinero y no sé qué hacer. No me gusta pedirle dinero a nadie y menos si es alguien como mi amigo que está pasando por una mala situación económica.

Entonces me quedé un rato pensando en qué hacer. Lo necesitaba urgentemente y decidí pedírselos a mi amigo. Él me los dio sin ningún problema y me sorprendió bastante ya que estaba pasando por una mala situación y le pregunté por ella. Su respuesta me sorprendió y me hizo pensar bastante. Me dijo que su situación no era la mejor pero que era mucho más importante nuestra amistad. Después de escuchar esto me quedé mucho tiempo pensando y le di las gracias. 


Es cierto que muchas veces le damos demasiado valor a él dinero y nos olvidamos de las cosas que son más importantes. Creo que no deberíamos pelearnos con el dinero y mucho menos con los amigos. Al igual que a nosotros nos gustaría que nuestros amigos nos apoyaran económicamente en los momentos malos, nosotros también deberíamos de hacerlo. Si realmente te importa una persona no vas a pelearte con ella por dinero. Si los dos os respetáis y sois amigos no va a haber ningún problema ya que un día puedes pagar algo tú y al siguiente lo hará tu amigo.


En caso de que algún amigo que no esté en una mala situación económica no quiera devolverte el dinero, te tendrías que replantear si es tu amigo de verdad. Por ejemplo, mi mejor amigo me ha devuelto el dinero porque lo necesitaba. Entonces yo ahora voy a intentar ayudarle a pagar lo que necesite porque sé que él haría exactamente lo mismo por mí. En una buena amistad no debería de haber problemas con el dinero, ya que no es lo más importante. Además hay que tener empatía, pensar en la situación de la otra persona y ayudarle con cualquier cosa no solo económicamente.

Pero pregúntale


 Seguramente todos hayamos dejado dinero a un amigo que lo necesite alguna vez en la vida, lo que es normal. Al igual que es de esperar que este mismo te lo devuelva. Parece lo lógico  y correcto de hacer, ¿no?. Pero, ¿qué pasa si alguien no sigue esta “norma” que se ha establecido socialmente y no te devuelve el dinero? Para mi amigo (que le acaba de pasar) que se crea una situación muy incómoda en la amistad.


Yo, como buena amiga, le llamé. Decidida a ayudarle con este problema y conseguir que mi amigo dejara de sufrir por esta situación. Y de esta manera, empecé a exponerle mis razones.  


La primera y más importante, es averiguar por qué no lo ha pagado. Algunas personas caen en el error de asumir que son tacaños y egoístas, y que simplemente no quieren dar ni un duro. Pero hay que informarse más, porque así uno se daría cuenta que puede ser por otras mil razones más. Como por ejemplo, que es una persona despistada y se le ha olvidado. Para resolver esta duda, lo primero es pedirlo. 


De esta manera, en base a su reacción ya podrías juzgar su carácter. Me explico, lo habitual sería que sin ningún problema te devolviese el dinero. En el raro caso de que no lo hiciera, o se enfadase; el problema ya no sería el dinero, sino que pasaría a ser la persona.


Es cierto que este segundo caso es más difícil de manejar. Sin embargo, no creo que eso sea lo que le esté pasando a mi amigo. Por esta misma razón, le estoy insistiendo tanto para que se anime a preguntarle. Como ya he dicho, estoy muy segura de que su compañero no se lo tomará a mal y que pronto le devolverá el dinero. 


Para el final de la llamada ya le tenía totalmente convencido. Me dijo que mañana mismo se lo preguntara y me llamaría con lo que sea. ¡No puedo esperar a que me cuente como le fue!


Hay que acabar con las sanguijuelas

Hay pocas veces que, mientras estoy viendo videos en redes sociales, me llamen la atención y no decida pasar al siguiente al de 2 segundos de verlo. No sé porque, pero eso justo me pasó con tu video. De hecho, podría decir que es el único que vi entero en todo el día. 

Una de las razones por las que pienso que me enganchó tanto es porque me sentí muy identificado. Soy una persona muy tímida y muchas veces esto me trae una mala pasada. Y como me resultaba tan familiar la situación por la que estás pasando, al final decidí escribirte para darte algunos consejos desde mi experiencia.


Seguramente le estés dando más vueltas de las que deberías darle. Sé que, por mucho que sean tus amigos, muchas veces pedirle algo a otras personas cuesta. Y es mucho más difícil cuando se trata de dinero. Pero al igual que tú estás dispuesto siempre a ayudar a tus amigos en lo que necesiten, tú tienes que saber que ellos también lo van a estar siempre. Pedirle dinero a un amigo no es la situación más cómoda del mundo, pero al final al cabo ese dinero te pertenece.


Y no hay persona que más odie que aquella que siempre pide y nunca da. Todas esas sanguijuelas que siempre te están chupando sin que recibas nada a cambio. Si tu amigo no está dispuesto a devolverte el dinero que te debe porque estás pasando por una mala situación, creo que deberías replantearte si quieres seguir teniendo un amigo así. 


Espero que por lo menos con mi ayuda te plantees la posibilidad de pedirle a tu amigo el dinero y que te haya dado el valor suficiente para hacerlo. No dudo de volver a ver un video tuyo por las redes con la segunda parte de lo ocurrido.

Money

 Siempre igual. Cada vez que hablamos de dinero acabamos en una guerra civil en el grupo, y ya se está haciendo pesado. El otro día Paco me pidió 30€ para pagar deudas con otro amigo suyo, y todavía no me lo ha devuelto. Lo peor es que ahora yo necesito esos 30€, pero al pedirselos hemos empezado otra vez con la tontería de siempre. De verdad, ¿tan difícil es?


En la familia también. Mientras cenábamos en navidad la escena era impactante. Mis tíos peleando por un terreno que lleva pululando entre miembros de la familia toda la vida, mis primos luchando por un billete de 10€ que les ha dado la abuela y mi hermano haciendo lo que sea por un euro. Parece que hemos olvidado quien de verdad importa.


Los países están constantemente en guerras que asesinan a miles de personas para ganar un poco más de dinero, otros haciéndose ricos de ellas. Las empresas tienen esclavizados a sus trabajadores por ahorrarse un poco. La política gira en torno al dinero, habiendo corrupciones, asesinatos, mentiras y sobornos en vez de preocuparse de lo importante.


Parece que el problema con Paco no es ningún problema, pero todo empieza desde abajo y con cosas más pequeñas. Ojalá dejáramos de darle tanta importancia al dinero y empezáramos a darnos cuenta de que si todos trabajáramos juntos, estos problemas desaparecerían, así como el egoísmo y la avaricia.

El apuestas

 


Tengo un amigo un poco curioso, Pepe. A Pepe le encanta la comida fancy, restaurantes caros, ir al cine, comprar ropa nueva, ir a conciertos; en general le encanta gastar dinero. Por lo general a principios de mes y ya se queda sin su mesada (increible). El otro día nos contó cómo se moría de ganas de ir este magnífico concierto que según él era una oportunidad que ocurría una vez en la vida, pero por supuesto no tenía ni un duro en el bolsillo así que tras 45 largos minutos de manipulación me convenció para que le dejara 30 eurillos, como dice el, para que se pagara la entrada.



Yo normalmente suelo ser bastante ahorrativa; cada mes ahorro el 10 por ciento de lo que consigo, ya sean 10 euros o 50; lo importante para mi es ahorrar; sin embargo, el otro día tuve un incidente bastante inesperado. Practicando para sacarme el carnet con mi padre, choqué a un coche y le hice una avería bastante interesante. En resumen el dueño del coche me está haciendo pagar el coste de los daños causados (lo cual se aproxima a unos dos mil euros), mi padre me ha dicho que el cubriría la mitad pero que yo tenía que hacerme responsable de la otra mitad. En total tengo unos 1950 euros ahorrados pero me sigue faltando para cubrir toda mi parte. En el intento de buscar una solución para conseguir 50 euros rápidamente, me acordé como hacía un par de semanas había prestado a Pepe, mi amigo, dinero para una maravillosa entrada, y pensé que quizás él podría dejarme el dinero para cubrir lo que me faltaba. No obstante, no tenía ni idea de como decírselo,me daba “corte” , sin embargo en una situación como está no me quedaba de otra, así que decidí aproximarse a él e intentarlo.


Cuando me acerqué a él, le conté sobre mi situación, cómo me había metido en un buen lío y necesitaba que mi buen amigo me echara una mano; él me entendió completamente y me dijo que haría lo mejor que pudiera para conseguir el dinero. Al día siguiente apareció con 200 euros en mano y me dijo,; “toma, para ti. No necesito que me lo devuelvas, que para eso estamos los amigos”. Nunca supe de dónde sacó el dinero, me imagino que de sus arriesgadas apuestas.  


En conclusión,  he aprendido que si realmente necesito que me echen un cable ya sea económicamente, o de cualquier otra manera, siempre está bien comunicarse con tus amigos a ver si te pueden ayudar de cualquier manera; al fin y al cabo no se pierde mucho, pero se puede ganar mucho.


Ruptura de amistad

En mi cuadrilla somos cuatro: yo, Xavier, Ruben y Alejandro. Nos conocemos desde primaria y siempre vamos juntos a todos los sitios. Sin embargo, la relación entre los amigos del grupo ha cambiado drásticamente, tras aquella deuda monetaria, y ahora estoy en una situación muy incómoda.

La situación es esta: hace dos semanas, Ruben le pidió 30 euros a Xavier para saldar una deuda que tenía con Alejandro, que le había prestado el dinero para pagar las entradas de un concierto. Ahora es a Xavier quien le hace falta el dinero, pero el chaval es algo tímido y no se atreve a pedirlo de vuelta. Está muy preocupado por cómo recuperar ese dinero, ya que tiene miedo de que lo tomen como un egoísta y tampoco quería enfadar a Xavier. Y por eso, me pidió algún consejo.

Yo, como buen amigo, le dije: 

—No te deberías preocuparte de eso, porque es él quien te debe dinero y pedirlo de vuelta es algo justo. Además, si piensa que eres un egoísta, es él quien está equivocado, ya que si fueses realmente egoísta, no le hubieses prestado el dinero en un principio. Osea que no puede ser tan sinvergüenza de no devolverlo.

Después de decirle esto, Xavier, con algo más de confianza, fue adonde Ruben y le dijo:

—Eh… Ruben…, ¿me podrías devolver los 30 euros que te presté para el concierto?

—¿Qué dinero? —respondió Ruben— Ah, ese dinero. Pues es que últimamente me estoy quedando sin dinero. Todavía no te lo podría devolver.

—Pero… si te acabas de comprar un reloj nuevo…

—Bueno, no quería decírtelo así. Éste dinero no te lo voy a devolver, porque lo he conseguido por mí mismo y no tienes ninguna prueba de que me lo has prestado.

A partir de ese momento, la relación entre el grupo está un poco tensa y yo estoy en medio sin saber qué hacer. 

¿Me aconsejáis cómo actuar?

Una amiga falsa

 Un domingo aburrido, estaba tumbado en el sofá mirando el móvil y, de repente, me llamó la atención una publicación sobre cómo conseguir que una amiga me devolviera el dinero. Una niña llamada Adriana describió que tenía tres buenas amigas, Emma, Martina y María, y la relación entre ellas era muy buena. Hasta que un día Emma le envió un mensaje a Adriana diciéndole que le había pedido prestados 30 euros a Martina hace unos meses y ahora necesita devolverlos, pero ahora que no tenía dinero y quería pedirle prestados 30 euros a Adriana, para saldar la deuda. Para no destruir la relación entre sus amigas, Adriana accedió a la petición de Emma. Pero ahora Adriana necesita dinero, quiere pedirle a Emma que le devuelva 30 euros, pero le preocupa que Emma se enfade y no sabe qué hacer.

Cada vez que veo una publicación interesante me gusta hacer comentarios, así que le di algunos consejos a Adriana: cualquiera que pide dinero prestado debe devolverlo, incluso si es su mejor amiga. Puedes hablar con esta amiga de manera amistosa y decirle que necesitas dinero ahora y esperar que te devuelva los 30 euros. Si ella está enfadada, significa que esta amiga no es una buena amiga, es una idiota. En este momento, puedes contarles a las otras dos amigas lo que pasó. Seguramente que las otras dos amigas te ayudarán.

Unos días más tarde, recibí respuesta de Adriana, que me agradeció mi consejo y contándome que al final ella, Martina y María le dieron un puñetazo a Emma y le pidieron que le devolviera los 30 euros.

El jeta de Getafe

Pablo González 2.A


 El otro día un buen amigo mío de Getafe, me mandó un mensaje pidiéndome ayuda. Él le prestó cierta cantidad de dinero a un muy buen amigo suyo, la cosa es que han ido pasando los días y su amigo no se lo devolvía. Mi amigo necesita el dinero y me ha pedido algún consejo sobre cómo actuar en esta situación, a lo que yo le respondí:


Primero de todo, entiendo que la situación pueda llegar a ser incómoda, pero si se trata de un muy buen amigo tuyo, con el que ya tienes mucha confianza, yo se lo diría directamente. 


Las deudas entre amigos se tienen que pagar. Podrías hablar con él de una manera amigable diciéndole que necesitas el dinero que le prestaste. Si se lo toma a mal, eso significa que no es buen amigo, aparte de un jeta.


Mientras se lo pidas, intenta quitarle hierro al asunto, pero que no se lo tome a risa lógicamente. Si se lo recuerdas, estate por seguro que en muy poco tiempo te lo devolverá.


sábado, 23 de marzo de 2024

Consejos del demonio

 Hace un par de días, aburrido en mi casa, explorando por internet, tuve la gran suerte de encontrarme con una App bastante peculiar. Se llamaba Advice Finder y rápidamente llamó mi atención. No tenía ni idea de qué trataba y decidí leer la descripción. Esta decía que Advice Finder era una red social perfecta para pedir consejo sobre diferentes temas a completos desconocidos. Obviamente, cualquier otro día habría pasado de largo. Sin embargo, estaba extremadamente aburrido y pensé que podría ser una buena opción para pasar la tarde.

Empecé creando una cuenta, aunque es cierto que para ello me pedían la dirección de mi casa, los datos de mi cuenta bancaria y las contraseñas de todas mis cuentas de correo, pero bueno, no me pareció muy sospechoso, no le di mucha importancia y le di a crear cuenta. De esta forma, al entrar en la red me llegó mi primera solicitud de consejo. 

Esta era de una chica la cual decía tener un gran problema. Un amigo suyo le había pedido dinero prestado hace un par de días y ahora ella era la que necesitaba el dinero. Sin embargo, ella no sabía cómo pedirle el dinero de vuelta, pues suponía que iba a enfadarse.

De esta forma, me puse manos a la obra. Era mi primera vez en esta página web y quería hacerlo bien. No obstante, no paraba de pensar que la situación de esta chica era totalmente ridícula. ¡¿En qué cabeza cabe que alguien se pueda enfadar por pedirle el dinero que debe?! No entendía nada. Entonces, sin pensar mucho en las consecuencias decidí transmitirle mi opinión. Le escribí diciendo que la situación no tenía ningún sentido y que ella debía exigirle el dinero. Le comenté que la primera vez que viese a ese “amigo” lo mejor que podía hacer era obligarle a devolver el dinero y que no dudará en usar la violencia si era necesario. ¡Al fin y al cabo era su dinero!

Verdaderamente no sé si ese fue el mejor consejo que podía haber dado. Sin embargo, parece ser que a ella no le gustó absolutamente nada y acabó denunciando mi cuenta de Advice Finder. De esta forma, me han vetado la entrada para los próximos 15 años y me han comprado un multa de 1000€ (razón por la que no debería haber puesto mi cuenta bancaria al registrarme en la web).

He decidido que no voy a volver a dar un consejo nunca más.



miércoles, 20 de marzo de 2024

¿Conocemos realmente a nuestros amigos?

La semana pasada me pidieron un consejo de una situación que no me esperaba que fuera a pasar en la vida. Por eso estoy contándoos esto, para que no hagáis lo mismo. 

En mi grupo de amigos somos cuatro personas y siempre hacemos muchos planes. Tenemos mucha confianza entre nosotros o eso creía yo.


Hace un par de semanas uno de la cuadrilla, pongamos que se llama Pedro, le pidió dinero a otro, digamos que es José, para pagar su deuda con otro, llamémoslo León . Sin ningún problema León le dio a Pedro el dinero que necesitaba. 30€ era lo que debía, a saber por qué. Entonces, Pedro le debía a León ese dinero, pero León era un chico muy tímido.


León sin saber que hacer para recuperar su dinero me pidió ayuda. No sabía cómo pedirle el dinero sin que se ofendiera, ya que últimamente Pedro había estado muy seco y distante. Yo le dije que fuera directo con él, pero sin faltar el respeto en ningún momento. Al fin y al cabo todos éramos amigos.


León siguió mi consejo y habló con Pedro. Pedro al principio se cerró en banda y se enfadó. Pero tras estar mucho tiempo hablando con él nos confesó algo que no nos esperábamos. Nos contó que todo lo que conocíamos sobre él no existía. 


Pedro toda la vida había presumido de su increíble mansión con piscina, pero nunca habíamos tenido la posibilidad de ir. Él ese día nos confesó que todo eso era mentira. Su familia tenía muy poco dinero y no llegaban a fin de mes, por lo que él tenía que trabajar cada día. Los 30€ que debía a León los había usado para pagar el alquiler porque le habían echado del trabajo.


Todos nos quedamos asombrados, pero sobre todo tristes. No por la situación que estaba viviendo Pedro, que también, sino que por no conocerle realmente. Creíamos que le conocíamos y nos dimos cuenta que no era así. Desde entonces me he dado cuenta que no debo asumir que conozco a las personas, ni a los que conozco de siempre. Debemos interesarnos día a día por las personas que queremos.


Así que querido lector que está leyendo mi blog, espero que aprendas de esta historia que tuvimos que vivir y que no cometas los mismos errores que nosotros.



domingo, 17 de marzo de 2024

Tema semanal del blog (11 al 17 de marzo)

Querida familia:

Es difícil encontrar las palabras adecuadas para describir mi nueva vida. Las condiciones son extremadamente duras y la rutina cada vez se hace más pesada. A medida que los franquistas ocupan nuevos territorios, las prisiones se van llenando progresivamente de más y más gente.  Además, las cárceles se caen a trozos y ya no hay hueco para los nuevos presos. Pronto empezarán a habilitar nuevos escenarios como campos de fútbol y plazas de toros para todos los que van llegando.


La mala situación por la que está pasando el país hace que haya una mayor escasez de alimentos y somos nosotros los que más lo sufrimos. Muchos días tenemos que pasarlos sin comer. Apenas tenemos 2 pesetas para poder desayunar, comer y cenar. Los oficiales se lucran a nuestra voluntad subiendo los precios. Gracias a los alimentos que voy consiguiendo puedo ir tirando poco a poco para adelante. Pero, por desgracia, hay muchos de mis compañeros que van cayendo poco a poco. Una gran parte de ellos no pueden más y acaban muriendo de hambre. Muchos otros mueren de tifus o de malaria. La vida se ha convertido en un infierno.


Aun así, no hay nada que me duela más que no poder ser libre. Todos los días nos llaman para que salgamos al patio mientras nos golpean con sus varas. Solo con verles acercarse con estas, ya me entra el miedo. Al final del día mueren entre 10 y 15 personas, y a todos los que se resisten, los llevan a unas celdas minúsculas, aisladas de los demás presos en los que pasan un mes incomunicados de los demás. Estar encerrado las 24 horas del día entre cuatro muros es mucho peor que cualquier castigo. Salvo los que están en estas pequeñas celdas, los demás prisioneros estamos apelotonados en patios enormes en los que dormimos tumbados en el suelo. Además, entre nosotros no tenemos permitido hablar. Si nos pillan hablando con alguien nos empiezan a dar latigazos.  Dentro de aquí no somos nadie, parecemos animales.


No se cuando llegará el día en el que podamos volver a vernos, pero es lo único que me da fuerzas para levantarme todas las mañanas.


Carta a mi amiga presa

 Hola Matilda,


Espero que estés bien dentro de lo que cabe. Son tiempos difíciles para nosotros, pero quiero que sepas que no estás sola. 


Te escribo esto mientras me encuentro rumbo a Venezuela. Pude escapar del pueblo antes de que los franquistas entrasen, pero ha habido muchos que no lo han conseguido.


En estos momentos de injusticia y odio que estamos viviendo en el país lo importante es mantenernos fuertes y aguantar. Aunque nuestras vidas se hayan visto separadas por la crueldad del enemigo, quiero que sepas que sigo pensando en tí.


Te pido que intentes no deprimirte, piensa en todos aquellos que luchan cada día por tí y porque se haga justicia, cada día que pasa estamos más cerca de la libertad y dignidad.


Que sepas que yo sigo aquí esperándote, algún día volveremos a dar paseos por la orilla del mar, volveremos a ser felices. Hasta entonces te mando todo mi cariño y amistad. Salud y República.


Con todo mi apoyo y solidaridad, espero tu respuesta


Diego

Correspondencia de Jokin, un preso ejemplar

 


Durante la Guerra Civil, la represión a todo aquel que no apoyara los principios falangistas, se convertía en un enemigo del franquismo. Por esta razón, muchas personas con ideas nacionalistas, republicanas, socialistas… fueron encarceladas durante este tiempo. Además, a pesar de ser la correspondencia el único modo en el que los presos se podían comunicar con sus familias, esta estaba muy controlada y la censura en las cartas era muy común. Es por esto por lo que muchos presos optaron por sustituir términos por otros que no pudieran ser reconocidos por los censores, pero sí por sus familias. En el caso de Jokin, un hombre de 39 años, viudo y con dos hijos, cuando supo que podría ser encarcelado, y siendo él muy sabio y previsor, decidió explicar a sus hijos la censura que probablemente viviría en la cárcel. De este modo, sus hijos sabrían que no pensaba de verdad la mayoría de cosas sobre las que escribía, sino todo lo contrario. Esta es una de las tantas cartas que escribió Jokin para su hijo Koldo y su hija Amaia. 

                                                                            06.08.1936

Queridísimos hijos, Koldo y Amaia:

Siento no haberos podido contestar antes (me enviasteis la carta hace más de un mes, pero yo la recibí ayer), y tampoco sé cuanto tardará en llegaros esta de mi parte, ni si os llegarán todas mis palabras. Espero que este escrito os sea de consuelo en estos tiempos tan difíciles, después del fallecimiento de vuestra madre. Espero que la tía Karmele y el tío Mikel os estén tratando bien. ¿Cómo va la comunicación con ellos? Ya sabéis que aquí no puedo comunicarme como lo hacía con vosotros, por eso os escribo de este modo. 

Aquí en la cárcel todos los guardianes son muy amables. Nos hacen rezar a nuestro querido Dios todos los días varias veces, cosa que agradezco, pues así no me siento tan sólo. La comida aquí es escasa, como en todo el resto del país, pero intentas alimentarlos y darnos de beber algo más de lo suficiente para poder subsistir. 

Hace poco pidieron voluntarios para construir una catedral, y me presté voluntario. La catedral será construida en el pueblo de veraneo de vuestros abuelos. Espero que cuando salga de aquí podamos ir a verla juntos, y podáis decir que ha sido vuestro padre quién la ha erigido con sus propias manos. El trabajo que haremos los otros presos y yo no se nos pagará, pero nos vendrá muy bien para hacer ejercicio, y construiremos algo muy bonito. 

Guardad bien esta carta, y acordaros siempre de todo lo que os he escrito. Espero que nos podamos ver bien pronto. Tampoco olvidéis nunca todas esas cosas en las que creemos, y recordad que pase lo que pase yo siempre estaré ahí con vosotros. 

Mis queridos niños, como ya he dicho, no pierdo la esperanza de volver a veros dentro de poco. 

Os quiero mucho. 

Jokin


Después de haber sometido esta carta y otras muchas a un análisis muy preciso, hemos llegado a la conclusión de que cuando Jokin hacía referencia a la comunicación quería referirse a su lengua materna, el euskera. Cuando halaga a Dios y todo lo que le ayuda, cuando hace referencia a los guardias y a lo bien que les alimentan y cuando habla de la construcción de la catedral, está hablando con ironía. Podemos intuir también que en esta carta les está comenzando a dejar pistas a sus hijos de que tratará de escapar; como más tarde se pudo ver que hizo, con éxito. 

Unos tiempos muy duros

Desde hace unos cuantos meses, casi al principio de curso, decidí que los martes al tener dos horas para comer iba a ir a la casa de mis aitites y así aprovechaba y pasaba tiempo con ellos. La verdad es que esto me vino de maravilla para poder hacer este blog. 

Como excusa de que “viene la nieta a comer” mi aitite aprovecha y hace su especialidad, tortilla de patata. Mientras la comíamos, que por cierto estaba impresionante porque estaba recién hecha, les conté la situación de clase. Es decir, les expliqué que estábamos dando la guerra civil en historia y las caras de mis aitites cambiaron por completo. Y no en el buen sentido. 


Al principio nada más contarlo reinó el silencio por unos minutos, hasta que mi amama soltó el tenedor y decidió contarme algunas cosas. Lo primero que me dijo fue: “Tu abuelo y yo por suerte no vivimos aquello, pero con el paso del tiempo y al ser más mayores fuimos conscientes de lo que había pasado. Y la verdad es que aunque preguntasemos en casa nadie trataba el tema. Lo único que sé que le pasó a un tío mío, es que por esconderse y no querer entregarse a la policía, quemaron su casa con el vivo dentro.” Me quedé completamente en shock, porque simplemente el hecho de pensar que hoy en día se hiciera algo asi, se me hace más que imposible. 


Después de contar mi amama eso, mi aitite tomó aire y se dispuso a hablar, y dijo: “Tu abuela tiene razón, ella y yo tuvimos suerte de no vivirlo. Pero mi padre, que en paz descanse, no lo pasó nada bien. Cuando era joven formaba parte del ejército de aquí, y al entrar los franquistas tuvo que huir a Valencia, donde durante unos días estuvo retenido hasta conseguir escaparse. Tras escaparse él y unos compañeros volvieron al pueblo andando. Al volver y después de haber estado unos días, por culpa de la situación se hizo del otro bando y estuvo trabajando en una cárcel vigilando a sus propios compañeros. Y al poco tiempo se casó con mi madre, y ella se puso en estado. Pero el tuvo que huir, porque le pillaron que seguia siendo nacionalista. Y se escondió en el monte en Santander con unos compañeros más, pero tuvo que volver cuando yo nací para inscribirse en el registro, porque antes eso lo hacían los hombres.” 


Al terminar mi aitite de hablar, le comenzaron a caer lágrimas por el recuerdo de su padre y por la vida tan dura que tuvo. Yo me quedé completamente paralizada, porque aunque si sabia algunas cosas, muchas otras eran nuevas para mi y no pensaba que aquellos tiempos habían sido tan duros.


Infante valiente

Mi querido abuelo, Eugenio, nació el 19 de junio de 1930 en Madrid. Como la gran mayoría de España, nació en una familia pobre. Su padre, desempleado, se negaba a buscar trabajo. Tres hermanos y cinco bocas que alimentar. La pobreza rodeó los recuerdos de la infancia de mi abuelo junto con mucha dureza y dolor. A sus 6 añitos estalló la guerra civil; él cuenta cómo las bellas y altísimas rusas le ayudaron. A los niños pequeños los sacaron de Madrid, incluyendo a mi abuelo. A sus seis años fue separado de su familia, de sus hermanos y de sus padres. 

Las rusas montaron a mi abuelo en un tren directo a valencia, donde un grupo de tres jóvenes socialistas liberales le acogieron. El tiempo que estuvo con aquellos 3 valientes duró poco, pues su ideología no era compatible con la de Franco y un día los encontró asesinados. Mi abuelo tuvo que regresar a Madrid donde vivió durante 2 años. 

A sus 8 años, en 1938, con la esperanza de tener una vida mejor, mi abuelo se mudo a Extremadura con un tío suyo, en el pueblo donde vivía no se usaba casi el dinero, todo se conseguía por trueques. Su tío era cazador, así que mi abuelo aprendió a cazar y durante un tiempo vivió en paz, no había mucho pero había. Tenía pan, que intercambiaba con la panadera a cambio de conejo, y guisos que cocinaba su tía. 

A los 12 años en 1942, en estado fatídico, mi abuelo fue enviado de vuelta a Madrid, pensando que aquellos serían sus últimos días, el pobre había contraído la tuberculosis; sin embargo, a pesar de llevar todas las de perder sobrevivió y empezó a trabajar para ayudar a alimentar a sus dos hermanos. 

A los 17 años, se escapó de su casa por segunda vez (fracasó en el primer intento), se exilió con grandes dificultades, allí consiguió trabajar como obrero durante un tiempo hasta que consiguió trabajo como electricista en la marina; estuvo en múltiples sitios de Europa, entre ellos Francia y Bélgica, donde tuvo algún encuentro con Nazis. 

Más adelante en 1958, a sus 28 años tuvo la estabilidad suficiente para exiliarse de España a Venezuela, donde vivió unos 30 años. Finalmente volvió a España en 1988 y se reunió con toda su familia. Ni la guerra ni la posguerra fueron agradables para mi abuelo, joven de familia pobre y prácticamente huérfano; sin embargo, con todas las de perder, salió adelante consiguiendo así tener una vida estable con una familia feliz; y eso para mi es de admirar hasta no poder más.


Historias no contadas


Historias no contadas

Como todos conocemos, hace aproximadamente 88 años que  aquí, en España, ocurrió  uno de los episodios más sangrientos y violentos, la Guerra Civil Española. Esta terrible guerra acabó con la vida de medio millón de personas y el encarcelamiento de otras 50.000.  Pero estos son datos ya muy comentados y comúnmente conocidos. Por eso, a mí me gustaría llevarlo más allá de lo que son cifras e indagar en el impacto que tuvo la guerra en las personas: las dificultades que tuvieron que afrontar, sus experiencias… En definitiva, sacar a la luz las historias encerradas detrás de esos números. 

Por eso, os voy a contar la historia de una joven pareja vasca a la que le tocó vivir estos tiempos tan difíciles. Vivían felizmente casados y con dos preciosos niños. Tristemente,  pronto todo cambiaría para ellos y para otras tantas familias, concretamente el 17 de julio de 1936, tras estallar la guerra. 


El marido había estado trabajando en el Primer Gobierno Vasco como funcionario. Por ello, cuando estalló la guerra, quedarse en España para él no era una opción, pues sería detenido junto con su familia. Su escapatoria era Venezuela, de hecho los billetes ya los tenían comprados. ¿El problema? que las mujeres y los hombres viajaban por separado. Dividirse para ellos no era una opción. 


Pensar que en el momento no  existían los móviles y comunicarse no era tan sencillo como hoy en día. Entonces, ¿cuáles podrían ser las posibilidades de encontrarse de nuevo? Ya os lo digo yo, muy muy pocas. Por ello, muy a pesar de las consecuencias que esa decisión les supondría, decidieron quedarse. 

 

Como era de esperar, ambos fueron detenidos. Ambos fueron mandados a la cárcel. Pero cada uno a una diferente. La madre y los dos hijos no estuvieron demasiado tiempo allí, y pronto fueron liberados. Desgraciadamente, el marido no contó con la misma “suerte”, pues tras su estancia en la cárcel, le esperaría otra aún más larga en un campo de concentración. 


Mientras el hombre seguía recluido, la esposa tenía que ingeniárselas para sacar adelante a dos hijos por su cuenta. Se mire por donde se mire, el día a día de las personas del  bando perdedor se resume más en sobrevivir, que en vivir.


Sin lugar a dudas, fueron tiempos difíciles y duros. Por ese mismo motivo, creo que es de gran importancia que seamos conscientes de todo lo sucedido para poder aprender de ello. Y así,  no permitir que se vuelvan a cometer los mismos errores que en el pasado. 




La vida de una presa en la cárcel

 Buenos días Carolina, 

Te sorprenderá la llegada de una carta cuyo remitente no conoces. Por eso, me presento. Soy Clara Jiménez, escritora del periódico "El Correo", un periódico que acaba de fundarse. y que seguramente desconozcas de su existencia. Hablé con un guardia de la cárcel en la que te encuentras para poder entrevistar y conocer más a fondo la situación de alguna de las presas, él sin dudarlo, me dio tu nombre. 

El único objetivo de esta carta es dar a conocer al mundo la realidad de la cárcel y mostrarte como está la situación actualmente en el exterior de esas paredes. Espero que quieras y puedas responder a esta carta, pero si por el contrario prefieres no responder, házselo saber al guardia para que os retransmita el mensaje, por favor. 

Primero de todo, quería mostrarte todo mi apoyo, no debe ser una situación fácil, ya que, según lo que me contó el guardia entraste hace 8 meses en prisión, supongo que el tiempo allí se hará más largo por los pocos entretenimientos que tenéis. 

Desde que entraste, han sido muchas las personas que han ido entrando, unas por ir en contra del gobierno, otras por delitos en las calles, otras por acusaciones, en caso de mi compañero, por acusaciones de sus vecinos,... Por ello, me gustaría que me contarás las razones por las que terminaste bajo rejas. 

Como última pregunta me encantaría que pensases y me contases si ahora después de mucho tiempo pensando en ello y sabiendo las consecuencias que ha tenido, si volverías a hacer lo que hiciste (en caso de haber hecho algo para estar allí dentro) o qué harías para evitar entrar en prisión sin ningún motivo aparente.

Para finalizar, te estaría muy agradecida si me respondieras a esta carta. Personalmente, te recomiendo hacerlo, para que tú situación sea conocida y podamos evitar este tipo de situaciones en el futuro. 

Me quedo a la espera de tu respuesta.

Muchas gracias por tu comprensión.

Clara Jiménez 

Carta

 Kaixo aita,


Hace mucho que no te escribía, pero era porque ama decía que podía ser peligroso para todos por si leían lo que escribíamos. ¿Qué tal estás? Nosotras ahora mismo no estamos muy bien, pero por lo menos últimamente tenemos algo que comer, que ya es algo. La situación es pésima. No se puede confiar en nadie, ni siquiera en tus vecinos y amigos. De hecho, el otro día vinieron a por Anne Goicoechea, la amiga de ama, y creo que se la llevaron a la cárcel, porque su vecina le dijo a las autoridades que era una republicana. Fuese verdad o no, si alguien se chiva de algo así te vas a la cárcel directamente, o incluso peor, al cielo. Igual hasta se la han llevado al mismo sitio que a ti. Si la ves por allí dime, para que se lo diga a su hija que está muy preocupada.


Pero bueno, volviendo a nuestra situación, June te echa mucho de menos. Es muy difícil explicarle a una niña de 5 años que su aita está en la cárcel, y además por no haber hecho nada malo. Ella cree que estás de viaje y que vas a volver, pero no sé cuánto durará esta farsa. Por lo menos ahora que hemos empezado a ir al cole, y no a la ikastola, está un poco más distraída. Por cierto, ahora que no estás no tengo nadie con quien hablar en euskera, porque en la calle y en el cole está prohibido. Creo que se me está olvidando y eso me da pena porque me da miedo que lo próximo que se me olvide sea tu voz o tu cara.


Aita sé que nunca renunciarías a tu ideología y a tus pensamientos, pero por favor, por favor, si ocultándolo y fingiendo que piensas como los nacionales puedes llegar a salir de la cárcel pues hazlo. Ama y June te necesitan. Yo te necesito. Si la situación sigue así mucho tiempo, ama me ha dicho que vamos a intentar huir al sur de Francia, donde vive su prima. Dice que allí podremos volver a la normalidad y estaremos más seguras. Pero mi normalidad solo va a volver sí es contigo. Aún así, quiero que sepas que si sales de la cárcel y no estamos en casa, es porque te estamos esperando al otro lado de la frontera con Francia.


No sé cuándo recibirás esta carta o si llegarás a leerla, pero espero que estés bien y nunca pienses que estás solo, porque nosotras siempre velaremos por ti. Respóndeme cuanto antes para que sepa que estás sano.


Maite zaitut, 


Garazi

Formentera, la Isla infernal

Pablo González 2.A 

Es Campament, Formentera

16/06/1941

Hola hija,

¿Cómo estás? Te escribo esto para qué estés al corriente de mi situación. Os echo mucho de menos cariño, tanto a ti cómo a Álvaro. Sé que es difícil de ocultar esta situación, pero intentar entre tú y mamá hacer lo posible para que Álvaro no se entere, es muy pequeño para que sepa la verdad.

No os quiero pintar esto como si fuese un campamento de verano, creo que sabéis de sobra el infierno por el que estoy pasando. Apenas comemos, nos dan un vaso de arroz blanco a las mañanas con un trozo de pan y a la noche un cuenco con sopa. Por lo menos tenemos la suerte de disponer de agua durante todo el día. 

Apenas duermo, no puedo parar de pensar en vosotros y en sí voy a poder salir de aquí algún día. Han matado a 5 ya, 3 de ellos fusilados y los otros dos prefiero no recordarlo. Os prometo que algún día saldré de aquí y volveremos a estar juntos cómo antes. 

Se que os comerá la rabia por dentro sabiendo que en este país te encierran por pensar diferente, pero desgraciadamente no podéis hacer nada. Tengo suerte de que por lo menos a mi todavía no me han pegado los funcionarios. 

Quiero pensar lo contrario, pero cabe la posibilidad de que no nos volvamos a ver jamás y desgraciadamente no puedo enviar más cartas. Si eso pasa, solo quiero deciros que sois lo mejor que me ha pasado nunca, y que por mucho que me quiten la vida, nunca faltaré entre vosotros, os lo prometo.

Maite zaitut.


sábado, 16 de marzo de 2024

Carta

San Antón, La Coruña

23/06/1937

Kaixo aita, ama:

Estoy escribiendo esta carta para informaros sobre mi situación actual. Llevamos mucho tiempo sin vernos por lo ocurrido, intentando huir por la defensa de mi bando, ya que este gobierno que tenemos limita nuestras creencias. Afortunadamente, sigo vivo aunque, desgraciadamente, mis condiciones de vida ahora son pésimas.

Desde que me encarcelaron, han pasado ya cinco días, cinco días de puro sufrimiento. Aquí dentro no se respira, la atmósfera está llena de tristeza y desesperación. Las celdas son muy pequeñas, con una ventilación inexistente y una cama dura sin almohada. La comida tampoco es que sea lo mejor, apenas podemos comer y encima solo nos dan un trozo de pan duro con bacon, y con un poco de suerte, las sobras de las lentejas. La higiene de aquí es todavía peor, las pocas duchas que se nos permite tener son muy básicas y además no tenemos nada de privacidad. Esto causa que la gente tenga problemas de salud, teniendo en cuenta que tampoco hay muchos médicos aquí. 

Algo que me está dando mucho miedo es que la última noche he escuchado unos gritos de mis compañeros, parecían estar sufriendo y eran maltratados por las autoridades enemigas. Aparte de todo esto, estamos obligados a trabajar como esclavos en la limpieza de la prisión, la fabricación de uniformes, armamento… 

Bueno, ¿cómo estáis vosotros? Espero que vuestra situación sea algo mejor, seguid luchando por nuestra libertad y justicia, no os rindais en ningún caso. Deseo que esto acabe ya y pueda reunirme con vosotros, os echo mucho de menos.

Un abrazo fuerte,

Pedro

miércoles, 13 de marzo de 2024

Una última esperanza

 Bilbao, 12 de enero de 1936


Buenos días general Urruztimendi,


Me presento, soy el cadete Goitia del grupo 23-f de los gudaris del norte de Vizcaya. Hace unos pocos días llegó a nuestro oídos que usted, uno de los generales más importantes del frente oeste, fue arrestado y encarcelado tras el avance de las tropas nacionales hasta el río Deva. De esta forma, el general goienetxea hace unas pocas horas me ordenó que redactase urgentemente una carta con destino la cárcel provincial de San Sebastián con el objetivo de mantenerlo informado. 


Si no me equivoco, usted fue encarcelado el 13 de septiembre como consecuencia de la caída de San Sebastián. Desde ese momento, el gobierno provisional de Vizcaya vio el gran peligro inminente y decidió establecer un plan con medidas que iban más allá del estatuto para así frenar el avance nacional. De esta forma, hace unos dos meses se comenzó la construcción de un conjunto de nidos de ametralladoras y trincheras alrededor de Bilbao, conocido como el cinturón de hierro. No obstante, a pesar de la iniciativa, un sucio, infame y pérfido ingeniero del proyecto decidió pasarse al otro bando con todos los planos. No recuerdo cómo se llamaba ese cruel canalla, un tal Alejandro aseguran por ahí. Verdaderamente no merece ni un hueco en mi memoria.


Bueno prosigamos. Tras percatarnos de la llegada inminente de los nacionales, decidimos distraer la atención del bando nacional mediante la batalla de Villarreal para recuperar Vitoria. Ahí íbamos, 15.000 gudaris sediento de sangre nacional, dispuesto a entregar nuestro último aliento a favor del bando nacionalista. 

No obstante, los planes no salieron como estaba previsto. Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Hacía un tiempo terrible, no se veía a más de 5 palmos de distancia y por desgracia hubo muchas discrepancias a la hora de tomar decisiones. En el fondo siempre he sabido que los republicanos tampoco son de fiar, debieron habernos dejado tomar las riendas del asunto y todo esto no habría ocurrido. Además, por si fuera poco, los nacionales son más listos de lo que creíamos, pues supieron reaccionar de una forma rápida e infalible.


Por lo tanto, todo esto nos lleva a usted. Estos últimos días hemos interceptado telegramas encriptados en los cuales se anuncia una posible ofensiva nacional sobre Vizcaya en las próximas semanas y usted, general, es el único capaz de buscar la forma de frenar esta despiadada ofensiva. Por consiguiente, estos próximos días, un guardia nacionalista infiltrado en la prisión de la cárcel contactará con usted. Este sujeto le dejará a solas en una habitación protegida con una hoja y una pluma durante 15 minutos, el tiempo que tarda en ocurrir el cambio de turno. Usted tendrá ese valioso tiempo para redactar cómo deberíamos llevar a cabo la defensa para frenar a los franquistas. Verdaderamente necesitamos sus consejos. Esperamos con ansias su respuesta y esperamos que esto pueda suponer un vuelco en la balanza.


Hasta pronto y GORA EUSKADI.    

                                                                                                         Cadete Unai Goitia

                                        

martes, 12 de marzo de 2024

Ramón Acebal Idígoras

 RAMÓN ACEBAL IDÍGORAS


Gran parte de mi familia tuvo relación con la política en la guerra civil, pero en este caso he decidido hablar del hermano de mi bisabuelo, Ramón, cuyos padres emigraron a Argentina antes de que ellos nacieran. 


Ramón Acebal Idigoras nació en Argentina. A los 6 años de edad volvió junto con sus 5 hermanos y padres a España y estuvieron viviendo a caballo entre Castro y Bilbao, hasta que finalmente se instalaron en Bilbao cuando su padre abrió una ferretería. Ramon se afilió a la Juventud Libertaria y su principal idea era el puritanismo, que consistía en transformar la sociedad transformando al individuo. Un poco más tarde pasó a formar parte de la C.N.T. , una organización anarcosindicalista que convino el pago con un diario llamado “El noticiero de Bilbao”. Además de este diario, la C.N.T publicó una revista llamada “Horizonte”, nombre propuesto por Ramón y aceptado por todos. 


Durante la guerra, Ramón estuvo en la retaguardia y no fueron pocas las veces que estuvo encarcelado. Hubo un cambio en la vestimenta, se abandonó el traje porque se quería parecer a la clase obrera y pasar desapercibido, pero Ramón no hizo caso y fue detenido dos veces. Enseguida fue puesto en libertad al ser identificado por el sindicato.


En cuanto al periódico que publicó la C.N.T. cuando se retiró del gobierno, Ramón quedó como administrador y Arturo, su hermano pintor, colaboró con alguna caricatura política.


Cuando Bilbao fue asediada, Ramón se marchó a Santander. Más tarde pasó a Asturias. Él definía la guerra como la negación de una sociedad basada en el mutuo acuerdo y la solidaridad. Cuando intentó llegar a Gijón en barco, ya en el mar, fue detenido por un barco francés y trasladado a un colegio en Santoña, donde fue aislado por no tener delitos de sangre. En poco tiempo, fue trasladado a la cárcel de Santoña, donde estuvo varias semanas y conoció el hambre. De allí fue trasladado al colegio de los Escolapios en Bilbao, que era una prisión preventiva y estaba saturada.


Ramón fue juzgado y sentenciado a 12 años de cárcel, pero fue trasladado a la cárcel de Larrinaga en Bilbao, donde estuvo dos o tres meses. De allí fue trasladado al fuerte de San Cristóbal, un lugar de difícil acceso. Trabajó de lavadero y luego jabonando barbas. Estuvo allí otros tres o cuatro meses hasta que lo volvieron a trasladar. Esta vez al colegio de Orduña, que había sido religiosa como tantos otros y fue transformado en presión. Era un lugar de gran hacinamiento, donde además comían verduras en mal estado que les producía diarrea.


Mientras tanto, varios hermanos, Fernando, Arturo y Fito, decidieron marcharse a Argentina de vuelta, por miedo a represalias. A los hermanos que se quedaron aquí junto a sus padres, les desvalijaron la ferretería y los dejaron sin nada. Para ayudar con la economía familiar, Eugenio, mi bisabuelo, estuvo en el frente de Madrid como acemilero.


Cuando Ramón salió de la cárcel, fue en busca de sus compañeros que trataban de organizarse en clandestinidad con una labor de orientación, pues en sus viajes servía de enlace con otros compañeros. Seguidos por la policía y delatados por sus compañeros, fueron encarcelados y enviados a la cárcel de Larrinaga. A las pocas semanas, Ramón fue puesto en libertad pero con la condición de ser repatriado a Argentina. 


Cuando llegó a Argentina fue llevado al departamento central de policía para que se acogiese a una amnistía reciente. Sus hermanos Fernando y Fito fueron a recibirle. Arturo no pudo porque estaba pintando en Jujuy, quien más tarde regresó a España para continuar con su carrera artística; hoy en día podemos encontrar en Bilbao una calle con su nombre en su honor.


Ramón, al igual que su hermano Arturo, estudió dibujo y pintura cuando estuvo en Castro. A pesar de eso, le tocó  trabajar en Argentina como contable en varias empresas hasta que terminó sus estudios de filosofía y letras, mientras acudía a tertulias anarquistas. Ramón, Fernando y Fito nunca más regresaron a España ni volvieron a ver al resto de sus hermanos ni padres.


Esta información la he obtenido gracias a un diario que Ramón ha hecho llegar a sus hijos y estos a sus primos, entre ellos mi abuela. 

Carta a ama


Penal el Dueso, Santoña
17 de Julio, 1937


Querida ama: 

Llevo tres días encerrado en la misma celda, tres días observando las mismas cuatro paredes húmedas y mugrientas. No me dejan salir ni para comer y la comida que traen es deplorable. Suelen traer avena hecha con agua, otras veces alubias, y si hay suerte nos pueden llegar a dar un poco de fruta, una manzana o un plátano. Igualmente, nada se compara con la comida que haces tú. Ni me dejan dormir. Durante las noches, pasan rutinariamente a cada hora por mi celda, y me apuntan con sus linternas a los ojos. De hecho, creo que me estoy empezando a enfermar al no haber podido descansar bien en más de dos semanas. Las palizas son frecuentes, cada día se escuchan gritos de las demás celdas. Por suerte no ha llegado aún mi turno, pero tan solo es cuestión de tiempo. He oído que dejan entrar a familiares de las víctimas del bando nacional y que les dejan meternos palizas además de los guardias, pero no sé en qué medida es eso cierto. El otro día se llevaron a Iñigo. No sé ni a donde se lo han llevado ni el motivo pero temo que será la última vez que lo vea, con vida por lo menos.


¿Cómo van las cosas afuera? Me imagino que ya no quedarán fuerzas de nuestro bando. Lo dimos todo por defender nuestra causa, nuestra integridad y nuestra cultura pero las fuerzas opositoras han ejercido sus fuerzas sin piedad y a estas alturas, dudo que vayan a dejar mucho de lo que representa nuestra sociedad. Espero que no estén siendo muy duros con la población civil y que sigáis con vuestra salud. Espero también que esta carta llegué correctamente. Uno de los otros presos me ha dicho que conseguiría que lo enviaran a cambio de un favor, pero no sé hasta qué punto me está contando la verdad.


¿Cómo está aita? Os echo mucho de menos. Tan pronto como me dejen salir de este lugar volveré a casa y os daré un fuerte abrazo. Cada día rezo para poder veros la cara de nuevo. Lamento que esto se me haya ido tanto de las manos. No medí las circunstancias correctamente al apuntarme de voluntario, pero cuando llegué a darme cuenta ya era tarde. Saluda a la familia de mi parte, hazles saber que sigo con vida y que volveré. Estaré atento a la llegada de cualquier carta aunque dudo mucho que se puedan recibir desde aquí.


Nos vemos pronto,


Javier.


Elorriaga vs Urresola

Mi familia tiene una historia muy curiosa relacionada con la Guerra Civil. Por un lado, estaban los abuelos de mi madre, que eran rojos hasta la médula. Por otro lado, por parte de mi abuela paterna, eran requetés a más no poder y los de mi abuelo paterno eran nacionalistas y gudaris. Cuando apresaron a mi bisabuelo republicano en la cárcel de Sevilla, mi bisabuela Mercedes le escribía cartas y probablemente la más impactante para mi bisabuelo fue la del 17 de junio de 1937:

Querido Alberto, 

No sé si esta carta te llegará o serán en vano todos mis esfuerzos por encontrarte. Rezo todos los días por que estés a salvo y le pido a Dios que te devuelva a mis brazos para que conozcas a tu hijo. Ya tiene tres meses y es un niño sano y fuerte como su padre, así que le he llamado como tú, Alberto. Llevo días intentando localizarte y por fin he sabido que te encuentras preso en la cárcel de los nacionales de Sevilla. Sé que no muchos los presos que sobreviven, y menos si son tan abiertamente republicanos y anticatólicos como tú, pero yo sigo teniendo esperanza. Hasta que no me entreguen tu cadáver removeré cielo y tierra para encontrarte, te lo aseguro. Le he pedido a Luis, tu amigo del colegio, que intente sacarte de allí porque como se ha pasado al bando fascista le han destinado justo a la cárcel donde te encuentras tú. Tengo fe en que vuestra amistad será más fuerte que cualquier bando y que te sacará de allí.

La situación aquí en Miravalles se ha vuelto insoportable. Todos saben quienes somos los del bando republicano y temo por nuestras vidas constantemente. Desde que te fuiste a luchar las cosas han empeorado y los “paseos” han aumentado. Ya no atacan solamente a los gudaris, también nos están atacando a los civiles. Tengo mucho miedo, por mi y por Albertín, así que he decidido que no voy a esperar a que un fascista venga a mi casa y nos asesine, por lo que mañana marcharé a Santander con el niño en brazos. Una prima mía me ha asegurado que nos acogerá.  Me apena terriblemente dejar mi pueblo, pero ya no creo que tengamos nada que hacer. La guerra está perdida aquí. Incluso se rumorea que un tal Elorriaga entregará la rendición de Bilbao algún día de estos. Malditos nacionalistas, nos han vendido como unos auténticos cobardes para intentar salvar el pellejo, espero que vayan al infierno. Ojalá nunca se mezcle nuestra sangre con esa calaña. 

Por favor, cuídate, porque yo estaré esperándote. Te tengo presente en mis oraciones y en mis plegarias. 

Siempre tuya, 

Mercedes

Años después, en el Bilbao de los años 80, se descubrieron todos los archivos y estrategias del gobierno de vasco de la Guerra Civil en los bajos del Carlton. Una familia, la familia Elorriaga de la época, estaba viendo el reportaje en la tele cuando de pronto mi bisabuelo soltó con toda la parsimonia del mundo:

-¿Hombre, por fin han encontrado eso? Pues sí que han pasado años, si parece que fue ayer cuando me tocó sellar los bajos.

Toda la familia se quedó perpleja. Sabían que mi bisabuelo había sido comandante gudari, pero no tenían ni idea de lo que realmente hizo porque nunca contaba nada. Entonces, mi bisabuelo comenzó a explicarle a mi abuelo que ocurrió realmente:

- Corría el año 37 cuando los altos cargos de aquel gobierno provisional nos enlosó el marrón. Todos habían huido al exilio porque habían dado por perdida la guerra. Además, intentaron salvaguardar al País Vasco con el pacto de Santoña, pero no consiguieron nada. A los comandantes gudaris nos encomendaron la tarea de escoger quién sería el que entregase la rendición de Bilbao. Éramos unos 10 hombres candidatos  y por desgracia me tocó a mi, el resto se marchó a Irlanda. Así que entre los gudaris que se quedaron y yo tapiamos todos los bajos del Carlton y entregamos la rendición de Bilbao. Luego estuve preso en El Dueso, aunque fortuitamente salí de allí con vida. Aunque, también te digo, que a ti no te vino nada mal que nos quedáramos, porque si no no habrías conocido a esa hija de requetés y no te habrías casado con ella. 

Hoy en día, mi familia me sigue sorprendiendo con historias fascinantes sobre la guerra y sobre los papeles que desempeñaron. Tengo antepasados completamente republicanos por parte de ama y por parte de aita tengo por un lado a los carlistas y por el otro a los nacionalistas gudaris. Verdaderamente es un lio de ideologías que  sorprendentemente se entrelazaron unas con otras por algo más fuerte que cualquier ideología política, por el amor. Probablemente mis bisabuelos estarían todos horrorizados si pudiesen ver que su biznieta es una mezcla de los que fueron sus enemigos en batalla, pero para mi es solo una prueba de que en el fondo somos todos humanos y que es más fuerte lo que nos une que lo que nos separa.






Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...