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domingo, 17 de marzo de 2024

Correspondencia de Jokin, un preso ejemplar

 


Durante la Guerra Civil, la represión a todo aquel que no apoyara los principios falangistas, se convertía en un enemigo del franquismo. Por esta razón, muchas personas con ideas nacionalistas, republicanas, socialistas… fueron encarceladas durante este tiempo. Además, a pesar de ser la correspondencia el único modo en el que los presos se podían comunicar con sus familias, esta estaba muy controlada y la censura en las cartas era muy común. Es por esto por lo que muchos presos optaron por sustituir términos por otros que no pudieran ser reconocidos por los censores, pero sí por sus familias. En el caso de Jokin, un hombre de 39 años, viudo y con dos hijos, cuando supo que podría ser encarcelado, y siendo él muy sabio y previsor, decidió explicar a sus hijos la censura que probablemente viviría en la cárcel. De este modo, sus hijos sabrían que no pensaba de verdad la mayoría de cosas sobre las que escribía, sino todo lo contrario. Esta es una de las tantas cartas que escribió Jokin para su hijo Koldo y su hija Amaia. 

                                                                            06.08.1936

Queridísimos hijos, Koldo y Amaia:

Siento no haberos podido contestar antes (me enviasteis la carta hace más de un mes, pero yo la recibí ayer), y tampoco sé cuanto tardará en llegaros esta de mi parte, ni si os llegarán todas mis palabras. Espero que este escrito os sea de consuelo en estos tiempos tan difíciles, después del fallecimiento de vuestra madre. Espero que la tía Karmele y el tío Mikel os estén tratando bien. ¿Cómo va la comunicación con ellos? Ya sabéis que aquí no puedo comunicarme como lo hacía con vosotros, por eso os escribo de este modo. 

Aquí en la cárcel todos los guardianes son muy amables. Nos hacen rezar a nuestro querido Dios todos los días varias veces, cosa que agradezco, pues así no me siento tan sólo. La comida aquí es escasa, como en todo el resto del país, pero intentas alimentarlos y darnos de beber algo más de lo suficiente para poder subsistir. 

Hace poco pidieron voluntarios para construir una catedral, y me presté voluntario. La catedral será construida en el pueblo de veraneo de vuestros abuelos. Espero que cuando salga de aquí podamos ir a verla juntos, y podáis decir que ha sido vuestro padre quién la ha erigido con sus propias manos. El trabajo que haremos los otros presos y yo no se nos pagará, pero nos vendrá muy bien para hacer ejercicio, y construiremos algo muy bonito. 

Guardad bien esta carta, y acordaros siempre de todo lo que os he escrito. Espero que nos podamos ver bien pronto. Tampoco olvidéis nunca todas esas cosas en las que creemos, y recordad que pase lo que pase yo siempre estaré ahí con vosotros. 

Mis queridos niños, como ya he dicho, no pierdo la esperanza de volver a veros dentro de poco. 

Os quiero mucho. 

Jokin


Después de haber sometido esta carta y otras muchas a un análisis muy preciso, hemos llegado a la conclusión de que cuando Jokin hacía referencia a la comunicación quería referirse a su lengua materna, el euskera. Cuando halaga a Dios y todo lo que le ayuda, cuando hace referencia a los guardias y a lo bien que les alimentan y cuando habla de la construcción de la catedral, está hablando con ironía. Podemos intuir también que en esta carta les está comenzando a dejar pistas a sus hijos de que tratará de escapar; como más tarde se pudo ver que hizo, con éxito. 

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