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domingo, 24 de marzo de 2024

El apuestas

 


Tengo un amigo un poco curioso, Pepe. A Pepe le encanta la comida fancy, restaurantes caros, ir al cine, comprar ropa nueva, ir a conciertos; en general le encanta gastar dinero. Por lo general a principios de mes y ya se queda sin su mesada (increible). El otro día nos contó cómo se moría de ganas de ir este magnífico concierto que según él era una oportunidad que ocurría una vez en la vida, pero por supuesto no tenía ni un duro en el bolsillo así que tras 45 largos minutos de manipulación me convenció para que le dejara 30 eurillos, como dice el, para que se pagara la entrada.



Yo normalmente suelo ser bastante ahorrativa; cada mes ahorro el 10 por ciento de lo que consigo, ya sean 10 euros o 50; lo importante para mi es ahorrar; sin embargo, el otro día tuve un incidente bastante inesperado. Practicando para sacarme el carnet con mi padre, choqué a un coche y le hice una avería bastante interesante. En resumen el dueño del coche me está haciendo pagar el coste de los daños causados (lo cual se aproxima a unos dos mil euros), mi padre me ha dicho que el cubriría la mitad pero que yo tenía que hacerme responsable de la otra mitad. En total tengo unos 1950 euros ahorrados pero me sigue faltando para cubrir toda mi parte. En el intento de buscar una solución para conseguir 50 euros rápidamente, me acordé como hacía un par de semanas había prestado a Pepe, mi amigo, dinero para una maravillosa entrada, y pensé que quizás él podría dejarme el dinero para cubrir lo que me faltaba. No obstante, no tenía ni idea de como decírselo,me daba “corte” , sin embargo en una situación como está no me quedaba de otra, así que decidí aproximarse a él e intentarlo.


Cuando me acerqué a él, le conté sobre mi situación, cómo me había metido en un buen lío y necesitaba que mi buen amigo me echara una mano; él me entendió completamente y me dijo que haría lo mejor que pudiera para conseguir el dinero. Al día siguiente apareció con 200 euros en mano y me dijo,; “toma, para ti. No necesito que me lo devuelvas, que para eso estamos los amigos”. Nunca supe de dónde sacó el dinero, me imagino que de sus arriesgadas apuestas.  


En conclusión,  he aprendido que si realmente necesito que me echen un cable ya sea económicamente, o de cualquier otra manera, siempre está bien comunicarse con tus amigos a ver si te pueden ayudar de cualquier manera; al fin y al cabo no se pierde mucho, pero se puede ganar mucho.


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