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martes, 12 de marzo de 2024

Ramón Acebal Idígoras

 RAMÓN ACEBAL IDÍGORAS


Gran parte de mi familia tuvo relación con la política en la guerra civil, pero en este caso he decidido hablar del hermano de mi bisabuelo, Ramón, cuyos padres emigraron a Argentina antes de que ellos nacieran. 


Ramón Acebal Idigoras nació en Argentina. A los 6 años de edad volvió junto con sus 5 hermanos y padres a España y estuvieron viviendo a caballo entre Castro y Bilbao, hasta que finalmente se instalaron en Bilbao cuando su padre abrió una ferretería. Ramon se afilió a la Juventud Libertaria y su principal idea era el puritanismo, que consistía en transformar la sociedad transformando al individuo. Un poco más tarde pasó a formar parte de la C.N.T. , una organización anarcosindicalista que convino el pago con un diario llamado “El noticiero de Bilbao”. Además de este diario, la C.N.T publicó una revista llamada “Horizonte”, nombre propuesto por Ramón y aceptado por todos. 


Durante la guerra, Ramón estuvo en la retaguardia y no fueron pocas las veces que estuvo encarcelado. Hubo un cambio en la vestimenta, se abandonó el traje porque se quería parecer a la clase obrera y pasar desapercibido, pero Ramón no hizo caso y fue detenido dos veces. Enseguida fue puesto en libertad al ser identificado por el sindicato.


En cuanto al periódico que publicó la C.N.T. cuando se retiró del gobierno, Ramón quedó como administrador y Arturo, su hermano pintor, colaboró con alguna caricatura política.


Cuando Bilbao fue asediada, Ramón se marchó a Santander. Más tarde pasó a Asturias. Él definía la guerra como la negación de una sociedad basada en el mutuo acuerdo y la solidaridad. Cuando intentó llegar a Gijón en barco, ya en el mar, fue detenido por un barco francés y trasladado a un colegio en Santoña, donde fue aislado por no tener delitos de sangre. En poco tiempo, fue trasladado a la cárcel de Santoña, donde estuvo varias semanas y conoció el hambre. De allí fue trasladado al colegio de los Escolapios en Bilbao, que era una prisión preventiva y estaba saturada.


Ramón fue juzgado y sentenciado a 12 años de cárcel, pero fue trasladado a la cárcel de Larrinaga en Bilbao, donde estuvo dos o tres meses. De allí fue trasladado al fuerte de San Cristóbal, un lugar de difícil acceso. Trabajó de lavadero y luego jabonando barbas. Estuvo allí otros tres o cuatro meses hasta que lo volvieron a trasladar. Esta vez al colegio de Orduña, que había sido religiosa como tantos otros y fue transformado en presión. Era un lugar de gran hacinamiento, donde además comían verduras en mal estado que les producía diarrea.


Mientras tanto, varios hermanos, Fernando, Arturo y Fito, decidieron marcharse a Argentina de vuelta, por miedo a represalias. A los hermanos que se quedaron aquí junto a sus padres, les desvalijaron la ferretería y los dejaron sin nada. Para ayudar con la economía familiar, Eugenio, mi bisabuelo, estuvo en el frente de Madrid como acemilero.


Cuando Ramón salió de la cárcel, fue en busca de sus compañeros que trataban de organizarse en clandestinidad con una labor de orientación, pues en sus viajes servía de enlace con otros compañeros. Seguidos por la policía y delatados por sus compañeros, fueron encarcelados y enviados a la cárcel de Larrinaga. A las pocas semanas, Ramón fue puesto en libertad pero con la condición de ser repatriado a Argentina. 


Cuando llegó a Argentina fue llevado al departamento central de policía para que se acogiese a una amnistía reciente. Sus hermanos Fernando y Fito fueron a recibirle. Arturo no pudo porque estaba pintando en Jujuy, quien más tarde regresó a España para continuar con su carrera artística; hoy en día podemos encontrar en Bilbao una calle con su nombre en su honor.


Ramón, al igual que su hermano Arturo, estudió dibujo y pintura cuando estuvo en Castro. A pesar de eso, le tocó  trabajar en Argentina como contable en varias empresas hasta que terminó sus estudios de filosofía y letras, mientras acudía a tertulias anarquistas. Ramón, Fernando y Fito nunca más regresaron a España ni volvieron a ver al resto de sus hermanos ni padres.


Esta información la he obtenido gracias a un diario que Ramón ha hecho llegar a sus hijos y estos a sus primos, entre ellos mi abuela. 

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