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miércoles, 13 de marzo de 2024

Una última esperanza

 Bilbao, 12 de enero de 1936


Buenos días general Urruztimendi,


Me presento, soy el cadete Goitia del grupo 23-f de los gudaris del norte de Vizcaya. Hace unos pocos días llegó a nuestro oídos que usted, uno de los generales más importantes del frente oeste, fue arrestado y encarcelado tras el avance de las tropas nacionales hasta el río Deva. De esta forma, el general goienetxea hace unas pocas horas me ordenó que redactase urgentemente una carta con destino la cárcel provincial de San Sebastián con el objetivo de mantenerlo informado. 


Si no me equivoco, usted fue encarcelado el 13 de septiembre como consecuencia de la caída de San Sebastián. Desde ese momento, el gobierno provisional de Vizcaya vio el gran peligro inminente y decidió establecer un plan con medidas que iban más allá del estatuto para así frenar el avance nacional. De esta forma, hace unos dos meses se comenzó la construcción de un conjunto de nidos de ametralladoras y trincheras alrededor de Bilbao, conocido como el cinturón de hierro. No obstante, a pesar de la iniciativa, un sucio, infame y pérfido ingeniero del proyecto decidió pasarse al otro bando con todos los planos. No recuerdo cómo se llamaba ese cruel canalla, un tal Alejandro aseguran por ahí. Verdaderamente no merece ni un hueco en mi memoria.


Bueno prosigamos. Tras percatarnos de la llegada inminente de los nacionales, decidimos distraer la atención del bando nacional mediante la batalla de Villarreal para recuperar Vitoria. Ahí íbamos, 15.000 gudaris sediento de sangre nacional, dispuesto a entregar nuestro último aliento a favor del bando nacionalista. 

No obstante, los planes no salieron como estaba previsto. Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Hacía un tiempo terrible, no se veía a más de 5 palmos de distancia y por desgracia hubo muchas discrepancias a la hora de tomar decisiones. En el fondo siempre he sabido que los republicanos tampoco son de fiar, debieron habernos dejado tomar las riendas del asunto y todo esto no habría ocurrido. Además, por si fuera poco, los nacionales son más listos de lo que creíamos, pues supieron reaccionar de una forma rápida e infalible.


Por lo tanto, todo esto nos lleva a usted. Estos últimos días hemos interceptado telegramas encriptados en los cuales se anuncia una posible ofensiva nacional sobre Vizcaya en las próximas semanas y usted, general, es el único capaz de buscar la forma de frenar esta despiadada ofensiva. Por consiguiente, estos próximos días, un guardia nacionalista infiltrado en la prisión de la cárcel contactará con usted. Este sujeto le dejará a solas en una habitación protegida con una hoja y una pluma durante 15 minutos, el tiempo que tarda en ocurrir el cambio de turno. Usted tendrá ese valioso tiempo para redactar cómo deberíamos llevar a cabo la defensa para frenar a los franquistas. Verdaderamente necesitamos sus consejos. Esperamos con ansias su respuesta y esperamos que esto pueda suponer un vuelco en la balanza.


Hasta pronto y GORA EUSKADI.    

                                                                                                         Cadete Unai Goitia

                                        

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