Etiquetas

domingo, 14 de enero de 2024

Fortuna en París

Caminaba por las ruidosas calles de París un 13 de noviembre. No había sido un día especial, de hecho, hasta el "incidente" todo había sido muy normal, quizá hasta demasiado normal para lo que era mi vida en París desde que me mudé. De esas que estaba mirando las turbias aguas del Senna cuando noté un extraño remolino entre las aguas. De pronto, unos chillidos viniendo de ese mismo punto me sobresaltaron y llamaron mi atención. Con mi pasado trabajando de socorrista, no dudé en saltar al agua para socorrer a esa persona.

A partir de ese momento no me acuerdo de nada de lo que pasó. Mi primer recuerdo era en un luminoso y cálido cuarto, con un olor a canela molida difícil de olvidar. Resultó que había rescatado al abuelo de un vendedor local y al sacarle del agua me había tenido que rescatar a mí, pues casi me ahogo. Tener un título no te libra de poder ahogarte. En esa habitación se encontraba toda su familia, la cual, se alegro mucho que yo me despertase. El único que habló conmigo al despertarme fue el hijo del hombre que rescaté, Jerome. Como agradecimiento a mi valentía Jerome me regalaría lo que quisiera de su humilde tienda.

En un principio rechacé su oferta ya que no creía necesario más regalos, a parte del hecho de haberme salvado la vida. Pero, tras insistir, tuve que aceptar su oferta. Era una tienda pequeña, sin demasiadas cosas. Tras trastear un rato e investigar la tienda, descubrí una habitación que se escondía detrás de una cortina. Pregunté si era parte de la tienda y al recibir una respuesta afirmativa, descubrí el cuarto más impresionante de todo París, y lo digo sin fliparme. 

Como si me hubiese teletransportado a una película fantástica o a un libro de Julio Verne, experimente una sensación parecida a la que podrías sentir al ver al amor de tu vida por primera vez. Y es que lo que contenía esa enana habitación dentro de aquella enana tienda en unas de las ciudades más colosales creadas por el ser humano, habría emocionado hasta al peor de los peores villanos de la más cruel historia.

En una descuidada esquina de aquella habitación sin aparente importancia había un atrapa sueños hecho polvo. Y os preguntareis que que tenía de especial un simple viejo atrapa sueños. Durante toda mi vida me estuve documentando por todo el mundo de estos objetos. Había escuchado muchas leyendas de viejos sabios, y en todas ellas se hablaba de un atrapa sueños especial, uno fabricado con madera azul de un árbol africano extinto y cuerda hecha a partir de telarañas de arañas come hombres. La reconocí al instante, tal y como me la habían descrito, con polvo de más, frente a mí se encontraba mi sueño hecho realidad.

Se la compré al señor, el cual se extraño por la ilusión que desprendían mis ojos, pero no me hizo ninguna pregunta. Nos despedimos y me fui a casa a observar mi nueva adquisición tranquilamente en casa.

Tras años de lo ocurrido puedo decir que ninguna de las leyendas que me contaron las he llegado a experimentar, pero eso no le quita lo mágico que tiene este objeto para mí. Me prometí a mí mismo que transmitiría las leyendas y el atrapa sueños a mis futuras generaciones y así lo haré. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...