domingo, 30 de marzo de 2025

XVIII

No le daría el dinero a Vox. Por mucho que fuera su última voluntad, no podría hacerlo. Entiendo que era lo que ella quería, y me sabe fatal no cumplirlo, sobre todo porque le había cogido mucho cariño. Pero no comparto en absoluto lo que representa ese partido. Sus ideas me parecen injustas, excluyentes, y no van con mis principios. Me sentiría fatal sabiendo que he ayudado a financiar eso.

Tampoco me quedaría el dinero, porque no es mío y no me parece bien aprovecharme. Pero sí lo donaría a una causa que realmente ayude a la gente. Por ejemplo, a la investigación contra el cáncer. Algo que de verdad tenga un impacto positivo, que sirva para mejorar vidas, apoyar a enfermos o avanzar en algo importante.

Sé que no estaría cumpliendo su voluntad al pie de la letra, y eso me haría sentir mal. Pero creo que, en casos así, hay que guiarse también por la conciencia de uno. Y la mía no me permitiría darle ese dinero a algo que va contra todo lo que yo creo que está bien.

Prefiero desobedecer esa última petición, pero hacer algo bueno con ese dinero, que simplemente cumplirla y sentir que estoy participando en algo dañino. Al final, es una decisión complicada, pero tengo claro que intentaría hacer lo más justo.


XVIII

 Si me viese en esa situación intuitivamente cogería el dinero y llamaría una ambulancia. No sería una decisión fácil, elegir entre la última voluntad de una persona antes de morir o seguir mis valores que sé que son correctos.


Pensaría que si su última voluntad era dar tanto dinero a un partido político, sería porque creería que es mejor para la sociedad aunque no sea así. Por ello enviaría la mitad del dinero a algún partido político que sí que vaya a aprovecharlo para mejorar la situación del país. Yo de política no sé mucho, pero si algo tengo claro es que VOX es el último partido político al que ayudaría. 


Por otro lado, siendo egoísta se me quedaría parte de ese dinero. No se si esa mitad o menos pero sería una cantidad de dinero que ayudaría mucho a mi familia y al mismo tiempo podría cumplir la voluntad de esa señora, ya que quedaría dinero suficiente para enviarla a algún partido.


Puede que no sea una reflexión moralmente correcta, pero para ser sinceros es lo que haría. De hecho dudaría en si quedarme todo él dinero directamente pero se que me perseguiría por el resto de mi vida.

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 Esta pregunta presenta un gran dilema que no es para nada difícil de solucionar. Por un lado, si cumplo la última voluntad de la señora estaría dando dinero a Vox, algo que jamás se me habría pasado por la cabeza hacer en mi vida. Sin embargo, si no lo hiciese, no cumpliría la última voluntad de aquella señora que tan maja me resultaba.

De todas formas, esa señora no tiene ningún familiar y ella está muerta, por lo que si no cumpliese su última voluntad ella no sería consciente y podría descansar en paz pensando que su dinero ha llegado a su destinatario. Por lo tanto, si no me supusiese ningún problema legal, no dudaría ni un solo segundo en quedarme con absolutamente todo el dinero, hasta el último céntimo.

De lo contrario, si pudiera provocarme algún problema legal el hecho de que misteriosamente tanto dinero hubiese llegado a mi, trataría de quedarme una porción del dinero que ni fuese perceptible, compartir otra parte del dinero con mis amigos y familiares y, por último, lo que sobrase lo donaría a alguna ONG o cualquier causa caritativa.

En conclusión, si bien es cierto que podría tener cierto remordimiento por cumplir aquello que la señora deseaba, mayor remordimiento me causaría el hecho de donar el dinero a VOX y desaprovechar una oportunidad que podría resolver mi vida económicamente.

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Es un debate muy complicado, pero lo único que tengo claro es que intentaré impedir que ese dinero llegase a las manos de Vox, ya que no comparto sus ideales. Sin embargo, esto supondría no cumplir con la última voluntad de quien lo dejó, lo cual me parece algo a respetar y que a su vez, iría en contra de mis valores.

Por otro lado, aunque la tentación de quedarme con el dinero es grande, podría traerme muchos problemas. La gente podría empezar a pensar que yo tengo algo que ver con su muerte, algo que intentaría evitar a toda costa. es decir, no estaría dispuesta a asumir el riesgo ni el cargo de conciencia de quedarme con su dinero.

Asimismo, aunque mi intención no sea cambiar lo que ella decidió, ese dinero podría acabar en las manos equivocadas. Por eso, si pudiera evitar esto, sería mi prioridad. Al final, toda esta situación se convierte en un dilema que se resuelve debido a que no quiero tomar una decisión que me haga sentirme culpable, ya sea por quedarme con el dinero o por permitir que un partido como Vox se lucre. Por lo tanto, seguramente cogería el dinero y lo destinaría algún otro lugar que me parezca más lícito que Vox.


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 En esta situación se plantea un dilema moral entre las opiniones políticas y las relaciones afectivas con las personas. La señora es encantadora, agradable y siempre ha intentado ayudarme y hemos tenido una muy buena relación. En este caso me pregunto quién soy yo para romper esa relación, independiente de las relaciones políticas. 

Los valores personales no se limitan al partido político al que votamos, sino que van mucho más allá en cuanto al respeto hacia las personas con las que convivimos, cómo les ayudamos y cómo hacemos que entre todos tengamos una vida en comunidad mucho más agradable.

Esto me haría cumplir evidentemente la voluntad de mi vecina, a la que tanto apreciaba y tan bien se ha portado conmigo. Este texto me ha hecho pensar que haría cuando en vez de tratarse de un partido político, se tratara de una asociación, grupo militar o un país dictatorial… que rompe con todos los valores y la dignidad de las personas. Creo que en ese caso sí que seguiría mi convencimiento en los valores humanos que me llevarían a no dar el dinero a una asociación que promueve la desigualdad y el conflicto.






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 Hoy en día cualquier persona que se encontrase en esta situación no tendría nada claro qué hacer con el dinero. Bastantes personas seguro que cumplirían su última voluntad pero yo antes de donar el dinero a Vox lo tiraba al mar o hacia cualquier otra cosa pero lo que tengo claro es que no les llegaría ni un solo céntimo. 

Por un lado,  si les diese ese dinero iría en contra de mis valores. No me gusta la idea de no respetar el deseo de una señora, pero hay que reconocer que apoyar a Vox no hace nada bien a nadie si no que perjudica a mucha gente. Además, estaríamos hablando de un partido político que no apoya la igualdad de género, rechaza la cultura vasca, el euskera… Apoyan todas estas cosas en pleno siglo XXI, increíble!!!

Así que, sabiendo desde el principio que el dinero no va a llegar a Vox, tengo bastante claro lo que haría con el dinero. Lo primero que haría sería mandar un vídeo a mis colegas con todo el dinero diciéndoles que nos vamos a ir de viaje a cualquier sitio paradisiaco. Lo que sobrara del viaje iría destinado a cualquier fundación contra el cáncer. 

En definitiva, ojalá la señora hubiese tenido otra última voluntad, porque a Vox no le daría el dinero ni en mis sueños más profundos. Pero bueno que la señora por lo menos sepa que su dinero va a alegrar y ayudar a muchas personas.

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 La pregunta que nos presenta este dilema es una pregunta que sería capaz de responder al cabo de un segundo. En caso de haberme encontrado esa cantidad de dinero, obviamente me lo quedo y no lo dono a ninguna causa, y menos a VOX.


Hay dos razones por las que decidiría quedarme la bolsa de dinero de mi vecina. La primera por la cantidad de dinero que es. 5 millones de euros en mi bolsillo supondría no trabajar ni tener que preocuparme por nada más en mi vida. Es decir que mi vida por la mitad de dinero, estaría resuelto.  La segunda razón y la principal es por la finalidad para la que el dinero iba a ser utilizado. Osea me parece algo tan vergonzoso donar esa cantidad de dinero a una causa como esa, que es que me quedo el dinero pero seguro.


Si que es verdad que aquí entra en juego el respetar las decisiones de los demás, y si cumplir el propósito de la señora que parecía majísima. Sinceramente, respetar las decisiones de los demás es algo a lo que estoy bastante acostumbrado. Es decir, que reconozco que no juzgo a nadie por lo que piensa dependiendo del ámbito, pero el hecho de querer donar esa cantidad de dinero a VOX, supera mis límites. Lo siento pero independientemente de que el dinero no sea mío, no soy capaz de donar ese dinero a una causa que pretende quitar la esencia de Euskal Herria. Una causa que pretende eliminar la lengua euskaldun, y que nos ve a los vascos como inferiores.


En definitiva, el dinero claramente me lo quedaría para mí indudablemente. La cantidad de dinero es muy atractiva, pero si a eso le sumas que va ir dirigido a una causa que pretende acabar con los vascos y quitarnos nuestros ideales e identidad, sería incapaz de realizar dicha atrocidad.

Blog VIII

La verdad es que me encontraría en una situación bastante difícil. Por un lado, considero que es muy importante respetar las últimas voluntades de alguien, pero por otro lado, ir en contra de mi ideales se me hace muy difícil. Las ideas que defiende Vox no solo son completamente opuestas a las mías, sino que también van en contra de los valores que yo defiendo. Me sentiría muy mal por no cumplir la última voluntad de mi vecina, pero sintiéndolo mucho no podría donar ese dinero a una causa que promueve ideologías que no comparto y que además me parecen perjudiciales para la sociedad.


Por otro lado, tampoco me quedaría con el dinero. Aunque la tentación de quedarme con tanto dinero esté ahí, el remordimiento que tendría si me lo quedara sería tan grande que no lo disfrutaría. 


En vez de cumplir con su voluntad de donar a Vox, lo que haría sería donar ese dinero a una causa que realmente creo que puede hacer el bien. Lo más seguro es que lo destinaría a una ONG que trabaje por la justicia social, la igualdad o la ciencia, por ejemplo. Eso me haría sentir que de alguna manera, aunque no haya cumplido con sus deseos, estoy utilizando ese dinero de una manera que beneficia a muchas personas. 


Al final, se trata de ser fiel a uno mismo y a lo que se cree, y en este caso, aunque la última voluntad de mi vecina fuera otra, lo más importante es actuar con integridad y siguiendo los valores de uno mismo.

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Sinceramente, yo me quedaría el dinero. Igual suena mal, pero en esa situación lo tengo claro. La señora era encantadora, muy amable, y claro que me daba pena. Pero al ver que su intención era dejar todo ese dinero a Vox… ahí ya no puedo seguir con el plan. Yo no comparto nada con ese partido, ni sus ideas ni su forma de ver el mundo. Cumplir su voluntad sería traicionarme a mí mismo.


Además,  ando muy fastidiado de dinero que y viene el verano y la semana santa y ese dinero me vendría muy bien. No le estoy quitando nada a nadie, ella no tenía familia ni nadie que heredara eso. Simplemente estoy evitando que acabe en manos de un partido con el que no tengo absolutamente nada en común. Pero es que además nada es nada, no sé cómo alguien podría estar de acuerdo con un partido que lo único que hace es criticar a la gente por su color de piel o por su preferencia sexual. No sé la verdad aunque fuera la última voluntad de la anciana no la cumpliría m


Yo creo que, en el fondo, es más justo usar ese dinero para construir algo que para alimentar algo que nos separa como sociedad. Así que sí, aunque me costara un poco al principio, tomaría la decisión de quedármelo, una parte la donaría a alguna ONG y así me siento mejor, pero la mayor parte me la quedaría yo para mí y para ayudar a mi familia.


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 Yo sinceramente si me encuentro en esta situación, si una señora ha muerto en el ascensor de mi casa y casualmente tiene una bolsa con dinero y ese dinero va dirigido a VOX, sabría desde el principio que ese dinero a VOX  no iba a llegar.


Soy una persona que no sabe mucho de política, pero sé lo suficiente como para saber que ese dinero en VOX no va a llevarnos a nada bueno, a nadie, ya que la mayoría de cosas que defiende VOX no son cosas que yo defiendo. Por ello, ese dinero me lo quedaría, si nadie fuese a investigar porque tengo de repente tanto dinero o porque justo la señora sacó dinero el día en que murió.


Por lo tanto, ese dinero probablemente me lo quedaría y si no pudiese quedármelo, se lo daría a alguna asociación fiable que lo necesite.


Blog XIX

Realmente no sé que haría en esta situación si diera la casualidad de que pasara de verdad, pero pensándolo así en frío creo que sí sé más o menos como actuaría ante este dilema.

Primero pensaría en la naturaleza de mi relación con esta señora, hasta qué punto la respeto y si creo que sus intenciones son buenas. No obstante, aunque este fuera el caso, me lo pensaría dos veces antes de donarle mi dinero a una organización política con la cual no concuerdo del todo.

Por esto mismo se hace tan complicado el elegir algo, al final probablemente mi decisión cambiaría dependiendo de la cantidad de dinero de la que estemos hablando. Si la cantidad estuviera en los miles, sin sobrepasar los 10000€, igual me plantearía entregar el dinero a VOX, esto es porque, teniendo en cuenta la cantidad de recaudaciones que consiguen los partidos políticos al año, sería como un grano de arena y no creo que sirviera para mucho. Además, sí cumpliera los deseos de mi vecina, no me vería en ningún problema legal. Aún así, si la suma fuera mayor, igual me quedaría con algo y el resto lo daría al partido, con tal de no levantar sospechas. Me gustaría poder quedarme con todo o donarlo a fines mejores, pero creo que esto sería lo más seguro para mí.

Así que, si alguna vez me encuentro en esta situación tan improbable, esto es lo que haría.

Blog XVlll

Al principio, sería muy difícil para mi tomar una decisión así. Al tenerle tanto cariño a esta mujer creo que me plantearía el cumplir con su ultima voluntad. Cada uno es libre de tener sus propios ideales. Ese dinero sería dinero suyo que se habría ganado con su esfuerzo. Si ella quería donarlo a Vox estaba en su derecho pero, no me parecería la decision más acertada. Además, ella ya no podría disfrutar de los “beneficios” que donarle ese dinero a ese partido podría traer. En realidad, donarle tanto dinero a un partido politico no haría que ganase las elecciones. Teniendo en cuenta el partido del que estamos hablando, no creo ni que ese dinero se utilizase para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Al ser una señora mayor no la juzgaría por sus ideales politicos. Muchas veces estas personas tienen ideales más conservadores, más de su época donde no había tanta diversidad. Me costaría un gran esfuerzo superar el hecho de que no he cumplido con su última voluntad pero, me costaría más cumplirla y sentirme culpable de haber contribuido a que se donase tanto dinero a una causa desconocida. Definitivamente me quedaría con el dinero después de aclarar todas mis dudas y analizar la situación. 

Obviamente no utilizaría ese dinero para mi beneficio propio. Me replantearía dos soluciones, guardar el dinero y negarme a que llegase a Vox o donarlo a la ciencia o alguna asociación benéfica. Creo que optaría por la segunda opción, donarlo a la ciencia, ya que, eso nos beneficiaría a todos y creo que es algo que cualquier partido politico también podría apoyar, por lo que no me sentiría tan mal.

En conclusion, en vez de donarlo directamente a Vox como mi vecina deseaba, lo donaría directamente a algo beneficioso. Tal vez, lo que ella quería es que Vox utilizase ese dinero para mejorar la sociedad, así que no me arriesgaría a que eso no se cumpliese y lo haría yo directamente.

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 Si yo me encontrase ante esta situación lo que tengo claro es que no me quedaría con el dinero porque va en contra de los valores que he recibido desde pequeño en casa y porque esta acción no me dejaría vivir tranquilo el resto de mi vida y tendría un gran cargo de conciencia. Cuando alguien muere y deja sus últimas voluntades por escrito lo correcto es cumplir con el deseo de esa persona. Pero yo en este caso no cumpliría con los deseos de esta señora porque creo que en lugar de dar ese dinero a los políticos que no se de que  manera lo iban a invertir,  donaría ese dinero a algún  grupo de investigación de enfermedades, como por ejemplo investigación sobre el cáncer, el alzhéimer, la esclerosis múltiple o enfermedades raras, porque de esta manera el dinero serviría para toda la sociedad y ayudaría a un montón de gente. 

Ya sé que las últimas voluntades de una persona es algo sagrado y que nadie tiene derecho a no cumplirlas, pero en que en este caso yo creo que esta persona estaría muy orgullosa de mí y de haber donado su dinero a estas asociaciones porque con su dinero ha contribuido a salvar muchas vidas.

BLOG XVIII

Si se diera esta situación muchas personas dudarían con que hacer. Seguramente, los mas cazurros no tardarían ni 15 minutos en presentarse en la sede de Vox con toda la ilusión del mundo. En mi caso, preferiría quemar todo el dinero y hacer una fogata antes que darle el dinero a ese club de fans de Franco. 

En primer lugar, si diera todo ese dinero a Vox estaría yendo en contra de mis principios. Si es verdad que tampoco es de mi agrado no cumplir con la intención de una señora, pero es que los gustos de ella son un poco raros (dejémoslo ahí).

Por otra parte, estaría ayudando a un partido político el cual rechaza la igualdad de género, niega la cultura vasca, rechaza el euskera, apoya la tauromaquia… si siguiera esta lista acabaríamos de leer el blog al final de la clase. Además son tan agradables que si pudieran prohibirían hasta mi nombre.

De mismo modo, una vez desacatada la opción de darle mi dinero a Vox, no sabría que hacer con él. Probablemente lo daría a la iglesia que lo invertiría mejor y de este modo no me sentiría culpable. Si es verdad que no lo tengo muy claro por que sería difícil rechazar la tentación de quedármelo. 

En conclusión, me encantaría que los gustos de la señora hubiesen sido diferentes pero es que Vox… no lo trago. Me hubiera valido cualquier partido político para poder cumplir su deseo.


Blog XVIII

 Cuando abrí la bolsa y vi que estaba llena de billetes, no podía creerlo. Nos habíamos mudado hacía apenas tres semanas y, en ese corto tiempo, habíamos entablado una relación muy bonita con nuestra vecina de enfrente. Era una señora mayor, pequeñita y encantadora. Siempre fue muy amable con nosotras, así que me sorprendió enormemente enterarme de que, en sus últimas voluntades, quería donar una gran suma de dinero a Vox.

Y ahí empezó el dilema: ¿cumplir con el deseo de una persona a la que tenía tanto cariño, aunque eso chocara directamente con mis ideales? ¿O actuar de acuerdo con mi conciencia y hacer algo con ese dinero que, a mi juicio, beneficiara realmente a la sociedad?

Entiendo que cada persona tiene sus propias ideas políticas, y más aún las generaciones mayores, que han crecido en épocas con menos apertura y diversidad. No la juzgaría por eso. Pero también creo que una gran cantidad de dinero en manos equivocadas puede causar más daño que beneficio. Vox, desde mi punto de vista, es un partido que ha demostrado repetidamente estar en contra de derechos fundamentales: ha negado la violencia de género, ha atacado a la comunidad LGTBI+, ha mostrado actitudes xenófobas y su discurso no representa el bien común, sino la exclusión.

No me parecería ético usar ese dinero para beneficio propio. Ni siquiera me sentiría cómoda simplemente guardándolo. Lo más correcto sería redirigirlo a una causa verdaderamente constructiva, algo que aportara un valor real a la sociedad. Me debatí entre varias opciones: donarlo a la ciencia, a una ONG o incluso entregarlo a la policía. Pero finalmente creo que lo más sensato sería usar ese dinero para ayudar, tal vez a través de asociaciones benéficas o proyectos de investigación. Algo que contribuya al bien colectivo.

Quizás, en el fondo, eso era lo que mi vecina deseaba. Tal vez pensaba que Vox era el canal para lograr un cambio positivo, y si es así, puedo entender su intención, aunque no comparta el medio. Por eso, en vez de seguir ciegamente su voluntad, preferiría reinterpretarla: no es una traición, sino una forma de asegurarme de que su dinero no acabe promoviendo ideas contrarias al respeto, la igualdad y la justicia social.

En definitiva, me costaría mucho tomar esta decisión, pero creo que hay veces en las que hay que actuar con firmeza y conciencia. El cariño que le tenía no desaparecería por no seguir su voluntad al pie de la letra. Al contrario: honrar su memoria también es cuidar del mundo en el que vivimos. Y eso, al final, es lo que verdaderamente importa.

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Si me encontrara en una situación como esa, tengo muy claro que no me quedaría con el dinero. Va en contra de los principios con los que me criaron, y no podría sentirme bien conmigo mismo. Tendría una gran carga de conciencia. Cuando alguien fallece y deja claro lo que quiere que se haga con sus pertenencias, lo más correcto es respetarlo.

Sin embargo, siendo honesto, en este caso particular, no estoy seguro de que seguiría lo que pidió esta señora. En lugar de entregar el dinero a políticos cuyo destino de ese dinero es incierto, preferiría donarlo a una organización que investigue enfermedades como el cáncer, el Alzheimer, la esclerosis múltiple o enfermedades raras. Creo que esa sería una forma de darle un propósito real al dinero, ayudando a muchas personas y contribuyendo a algo que realmente hace la diferencia.

Entiendo que las últimas voluntades de una persona deben tomarse muy en serio y que lo ideal sería cumplirlas sin falta. Pero sinceramente, pienso que si esta mujer supiera en qué se usó su dinero, probablemente se sentiría satisfecha. Seguro que se sentiría orgullosa de haber ayudado a salvar vidas y de haber hecho algo verdaderamente valioso por el bien de los demás.

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Cuando abrí la bolsa y estaba llena de billetes, no podía creerlo. Nos acabamos de mudar hace tres semanas y nos hicimos muy amigos con nuestra vecina de enfrente en muy poco tiempo. Era una persona mayor y pequeñita, pero muy agradable y majísima. Por ello, me sorprendí al enterarme de que en sus últimas voluntades podría querer donar tanto dinero a un partido como Vox. Aquí es cuando empieza el conflicto: ¿cumplo los deseos de una señora mayor, aunque suponga ir en contra de mis principios, o me quedo con el dinero para hacer algo que de verdad ayude a la sociedad?

Aunque respeto que haya diferentes opiniones o partidos dentro de la política de un país, no me parece que la ideología de Vox busque el bien común, sino que se basa en la exclusión de ciertas minorías. Mis ideales me impiden colaborar con sus intereses. Este partido ha difundido mensajes penosos; su actitud en el Parlamento muchas veces deja mucho que desear, ha negado la existencia de la violencia de género, ha atacado los derechos del colectivo LGTBI+ y en su discurso hay una clara xenofobia.

Por supuesto, no me parecería correcto quedarme con el dinero para mis cosas. Considero que sería muy injusto y podría llegar a ser ilegal. Ese dinero no me pertenece, no es mío. Por ello, considero que lo mejor para todos sería donarlo a una buena causa o lo daría a la policía. Quizá una buena solución para que un partido como Vox no tuviera en sus manos tal suma de dinero sería quedar la carta en la que escribió su última voluntad. No obstante, me estaría poniendo en cierto peligro, porque mi vecina podría habérselo contado a alguien.

De esta manera, definitivamente lo donaría a una ONG, ya que entiendo que si mi vecina quería donárselo a Vox, era porque consideraba que harían buen uso de él para mejorar la sociedad. Así, no traicionaría mis principios y seguiría el objetivo de mi vecina. 

Al final hay que darse cuenta de que hay que hacer lo mejor para todos, puesto que el dinero en las manos inadecuadas puede hacer más mal que bien. No solo se trata de seguir ciegamente su voluntad, sino de interpretar lo que quería llegar a hacer. En definitiva, yo no considero que Vox vaya a llevar a cabo una mejora en la sociedad española, así que preferiría hacer algo más beneficioso para la población.


XVIII

 Si yo me viera en una situación así, tengo clarísimo que no me quedaría con el dinero. Va totalmente en contra de los valores que me enseñaron en casa desde pequeño, y además no podría estar tranquilo conmigo mismo. Me daría un cargo de conciencia enorme. Cuando alguien fallece y deja por escrito lo que quiere que se haga con sus cosas, lo más correcto es respetarlo.

Pero siendo sincero, en este caso concreto, no creo que hiciera lo que pidió esta señora. En vez de darle el dinero a políticos que ni siquiera sabemos en qué lo gastarían, preferiría donarlo a algún grupo que investigue enfermedades, como el cáncer, el alzhéimer, la esclerosis múltiple o enfermedades raras. Creo que así ese dinero tendría un impacto real, ayudaría a muchísima gente y serviría para algo que de verdad importa.

Sé que las últimas voluntades de alguien son algo muy serio y que en teoría hay que cumplirlas sí o sí. Pero honestamente, creo que si esta mujer viera en qué se usó el dinero, estaría contenta. Seguro que se sentiría orgullosa de haber ayudado a salvar vidas y de haber aportado algo bueno al mundo.

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Para empezar, creo que cada uno debe hacer lo que él mismo considere correcto, no lo que los demás le digan que lo es. Si yo creo que invertir ese dinero en eso no va a hacer bien pues entonces no ejecutaría esa última voluntad y me quedaría con el dinero. A pesar de que haya gente que opine que se debería ejercer la ultima voluntad de la gente sea la que sea, yo creo que hay que saber distinguir si va a ser bueno o malo.

Hablar de política cada vez es más tabú. Se evitan temas de conversación relacionado con ello en cenas familiares, comidas con compañeros de trabajo y en el ámbito educativo. La política se ha vuelto un tema sensible de sacar y del que no gusta hablar por loas discusiones que suele traer.

No creo que quedarse el dinero sea la mejor opción visto desde un punto de vista moral, pero igualmente ese dinero podría ir a una buena causa para honrar a nuestra vecina. De todas maneras, si necesito ese dinero para la educación de nuestro/a hijo/a o cualquier situación importante, no dudaría en quedarme una parte. Siempre y cuando sea por necesidad y no por avaricia, considero correcto quedarse con parte del dinero.

En este caso yo el dinero no lo emplearía tal y como ella dice, pero no por el hecho de ser un partido u otro. Creo que hay cosas más importantes que necesitan ese dinero mucho antes que la política. Las ONGs, casas de adopción, perreras y refugios de animales necesitan muchisimo mas ese dinero que cualquier partido político.

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 En primer lugar, si me encontrase en una situación así, lo primero que haría sería llamar a emergencias. A continuación, abriría la bolsa y, al ver el dinero, lo guardaría en mi casa. Es cierto que trataría de investigar si ese dinero es legal o lo ha conseguido a través de algún trapicheo.


La cuestión de si me lo quedaría o no está relacionada con mis principios o mis valores. Sabiendo que no tiene familia, no le haría ningún mal a nadie si me lo quedara antes de dárselo a un partido como Vox. Un partido que, desde mi punto de vista, no se merece ese dinero, ya que defienden ciertos ideales o principios con los que yo no estoy de acuerdo. 


Sin embargo, quedarme el dinero sería de cierta forma traicionar la confianza que tenía en mí. Por ello, lo donaría para hacer el bien o a una causa que yo considere justa y que pueda tener un impacto positivo en la sociedad. De esta manera, no me sentiría culpable y tendría la conciencia tranquila.


En definitiva, la decisión de como afrontar esta situación varía según la persona. Cada uno tiene sus propios principios y es su decisión si decide seguirlos o no. Yo, sin duda, no podría actuar en contra de ellos.

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 Es un debate muy complejo, pero lo único que tengo claro es que intentaría impedir que ese dinero llegara a manos de Vox, ya que no comparto sus ideales. No obstante, esto implicaría ir en contra de la última voluntad de la persona que dejó la herencia, algo que considero importante respetar, aunque entre en conflicto con mis propios valores.

Por otro lado, aunque la tentación de quedarme con el dinero podría ser grande, también sería una decisión arriesgada. Podría generar sospechas sobre mí y hacer que la gente pensara que tuve algo que ver con su muerte, una situación que trataría de evitar a toda costa. No estaría dispuesta a asumir ni el riesgo ni la carga moral de aceptar ese dinero para mi propio beneficio.

Del mismo modo, aunque mi intención no sea alterar la decisión de esa persona, me preocupa profundamente que el dinero termine en manos equivocadas. Por eso, si existiera alguna forma de evitarlo, esa sería mi prioridad. Al final, este dilema se reduce a una cuestión de conciencia: no quiero tomar una decisión que me haga sentir culpable, ni por apropiarme del dinero ni por permitir que lo reciba un partido con el que no estoy de acuerdo ideológicamente.

Por tanto, lo más probable es que decidiera aceptar el dinero, pero con la intención de destinarlo a un fin que considere más ético y coherente con mis principios, en lugar de permitir que llegue a Vox.

sábado, 29 de marzo de 2025

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 Hace poco me mudé a un piso nuevo con mi pareja. En el mismo rellano solo vivimos nosotros y una vecina, una señora mayor muy simpática. Desde el primer día fue muy amable y empezamos a tener una relación cercana. Hablábamos mucho, le ayudábamos con cosas de la casa y la acompañábamos cuando lo necesitaba. No tenía hijos ni familia, así que nos tenía mucho cariño.

Un día, mientras ayudaba a subir una bolsa muy pesada al ascensor, le dio un ataque. Murió en mis brazos. Fue muy triste. Cuando miré dentro de la bolsa, había muchísimos billetes y un sobre con una carta. En la carta decía que quería donar todo ese dinero a Vox.

Yo no estoy de acuerdo con las ideas de Vox. Creo que ese dinero se usaría para cosas con las que no me siento bien. No creo que ella supiera todo lo que ese partido representa. Yo la conocí como una persona buena, solidaria, que ayudaba a los demás. Y no creo que donar a Vox sea la mejor forma de recordarla.

Por eso, aunque su carta lo diga, no voy a cumplir su última voluntad. Me voy a quedar con el dinero. Pero no para gastarlo en caprichos, sino para ayudar a personas que lo necesiten de verdad, como ella habría hecho si hubiera tenido otra información. Así siento que honro su memoria, pero sin apoyar una causa con la que no estoy de acuerdo.

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A mí esta situación me resulta un tanto extraña, ya que si mi vecina que es una señora majísima de repente muere delante mío en un ascensor en lo último que pensaría es en a ver si me quedo con su dinero o no. Yo creo que ni se me pasaría por la cabeza quedarme con el dinero, porque eso es un delito. Probablemente, llamaría a la policía y dejaría que ellos hiciesen lo que tiene que hacer, aunque eso supusiese darle el dinero a un partido con el que no estoy de acuerdo. 

Entiendo el problema o el debate que le puede generar a algunos este hecho, pero para mí quedarse con el dinero nunca sería una opción. Además, no creo que en esa bolsa hubiese suficiente dinero como para hacer una diferencia muy notoria. 

El problema desde mi punto de vista viene de antes, es decir, el problema no es que la señora ahora quiera donar no sé cuanto dinero a Vox, sino que el problema viene más de en que momento la señora apoya a un partido político con esa ideología. La cosa no es quitarle financiación a Vox, sino abrir los ojo de la gente que apoya a este partido y tratar que estos cambien de partido político. 

En resumen, yo no me quedaría el dinero porque a mí no me parece nada ético. Pero si el dilema se basa en el hecho de que el partido político a el cual la señora quiere donar el dinero, pues yo me centraría en educar a las personas que apoyan ese partido más que en quitarle el dinero a una señora que le acaba de dar un ataque en tu ascensor. 

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Es un dilema moral bastante complicado. Está claro que si existiera el papel donde la mujer transmite su deseo de donar el dinero a Vox, lo mejor es hacerlo o por lo menos avisar a las autoridades de la situación. Quizás, esa señora haya hablado con una amiga y puede ser que sospeche, al final se acaba descubriendo todo.

De hecho, es un delito por apropiación de bienes ajenos, y no creo que la sanción fuera poco si alguien se acaba enterando.

Creo que todos estamos de acuerdo en que se nos pasaría por la cabeza coger el dinero. Sin embargo, yo por lo menos, pensaría que el dinero no estaría justamente ganado y no me lo merecería.

Si me encontraría en la situación de que junto al dinero está el papel pero no está firmado o no deja constancia de la persona, pienso que decidiría donarlo a cualquier fundación que lo necesite. Quizás a alguna fundación que invirtiera en personas que pasan hambre o algo parecido

Abuela

 Esta situación es un poco comprometida ya que si caigo en la tentación estaría faltando a la última voluntad de una señora mayor. 


Para empezar, actualmente no me representa ningún partido político español, es decir, no votaría a ninguno de ellos. Por ello. tengo muy claro que es lo que haría con ese dinero, lo cogería sin pensarlo. Mucha gente no estará de acuerdo con mi elección, pero le da igual.


Por otro lado, mucha gente lo donaría a una ong, pero este no es mi caso. ¿Que certeza tengo de que el dinero que dine llegara en su totalidad a dicha causa? Ya te lo digo yo, no tengo ninguna. Es por ello, que me lo quedaría el dinero sin ningún remordimiento. 


para terminar, quiero decir que esta eleccion es la mas sensata para mi y que todo el mundo deberia hacer eso.


martes, 25 de marzo de 2025

BLOG XVIII

Esta decisión sería demasiado fácil para mí. Aparentemente mi vecina quería invertir ese dinero en VOX, pero el problema es que yo no pienso hacerlo. Sinceramente el dinero es lo de menos, yo lo que quemaría sería el papel donde ha escrito su última voluntad. 

Mucha gente dirá que era muy maja, sí, pero también era una anticuada. Encima, ese dinero ayudaría a un partido que oprime, que ignora problemas y a mi no se me ocurriría ser tan estúpida como para ayudar a este partido. 

Además, mi vecina ya ha vivido en una época mas antigua y acorde a sus ideales, ahora nos toca vivir a todos una época acorde a los nuestros. Ojo, que no parezca que mi vecina me da igual, evidentemente me daría pena su muerte y probablemente dejaría de subir en ascensores con señoras mayores, pero no podría hacer algo que fuera en contra de mis ideales, y menos cuando este partido lucha por complicarnos la vida con cero ganas de evolucionar como sociedad.

El dinero yo creo que por la gracia lo donaría a alguna organización que lucha por minorías, y aunque ella en el cielo piense que le estoy traicionando, solo le estoy ayudando, total, los de VOX solo se van a quedar con su dinero y lo van a usar para irse de "potes" o irse de p****.

Ya lo siento si lo que digo es un poco inapropiado o fuerte para clase, pero es la verdad.

domingo, 23 de marzo de 2025

Carta

 Sin duda esta carta sería una de las cosas que más difícil se me haría de escribir en toda mi vida. Es una carta que la escribes sabiendo que vas a morir, y sabiendo todo el daño que va conllevar tú muerte a tus familiares y amigos.


La carta la empezaría dando las gracias a todos mis amigos por haber compartido todos esos momentos que nunca olvidaré. Les hablaría de los momentos más icónicos e increíbles que hemos vivido juntos, y que no se preocuparan porque yo había muerto representando a Euskadi y mis valores.

Siguiendo con la carta, ya esta tomaría un tono más sentimental, dirigida a mi familia. Escribir esta carta como he dicho sería una situación horrible, ya que yo sería consciente de todo el daño que esta podría generar en ellos. Pero en caso de tener que escribirla, tomaría un rumbo parecido a la parte que incluyo a mis amigos, pero un poco más sentimental. Les recordaría todos esos momentos y aventuras que vivimos juntos, y les pediría que no me olvidarán jamás.

Por otra parte, también les pediría perdón por todo el daño innecesario que han sufrido por mí culpa, por conductas o comportamientos que he tenido durante mi vida.

En definitiva, esta carta sería un palo duro tanto para mí como para ellos, por todo el sufrimiento que está podría generar. Sin embargo, en caso de morir defendiendo mis ideales y principios, estaría orgulloso de ello, y no me arrepentiría.


Blog XVII

 Este tema del blog se me hace un poco complicado porque es como pensar en que le va a pasar a tu familia cuando tu les faltes. Lo primero que diría en esa carta sería expresar mis sentimientos hacia mi familia y darles las gracias por todo aquello que han echo por mi toda mi vida. Sería muy complicado pero pienso que en pocas palabras podría expresar todo el amor que tengo hacia ellos.

Lo Segundo que diría en mi carta sería que no se sientan culpables de nada y que intenten seguir con sus vidas por mucho que les cueste. Porque morí por intentar demostráis mis ideales. Por ejemplo que se vayan de viaje por un largo tiempo o que se vayan a vivir a otro país, para así intentar desconectar del mundo y intentar evitar los comentarios de las otras personas. Lo que también les pediría es que conservaran todas mis cosas posibles para así en los momentos que más me echen de menos podrían ver mis cosas y intentar estar mejor, o que cada vez que estuvieran mal que leyesen esa carta para sentirse mejor con ellos mismos.

Lo último que les pediría, es q les pudiesen dejar leer la carta a mis amigos más cercanos ya que también escribiría cosas para ellos en esa carta y que me intenten recordar por mis buenas acciones y no por las veces que me he equivocado. 

Aunque también pienso que en una sola carta no podría llegar a expresarme como me gustaría porque tendría muchas cosas de las que agradecerle a la gente que quiero y querré siempre. Por ello acabaría la carta pidiendo perdón a ellos por ser tan cabezona en algunos asuntos y pasarme de vez en cuando con ellos sin expresar todo lo que les quiero.

Blog XVII

 Se me hace imposible pensar en una carta de despedida hacia una de las personas que más he querido y que más ha influido en mi vida, mi madre. No sería capaz. Sinceramente, es algo que no quiero ni imaginar. La verdad, espero nunca tener que hacerlo, pero si se diera el caso, sé que le diría muchas cosas. 

Lo primero que le diría es sin duda lo mucho que la quiero y lo importante que ha sido para mí. Además, le pediría que por favor compartiera esta carta con mi padre y hermana, ya que quiero que ellos también sepan los mucho que los quiero y agradecerles por todo lo que hemos vivido juntos. También les agradecería por todo lo que me han dado y me han enseñado. Asimismo, les haría saber lo feliz que he sido, principalmente gracias a ellos, y les pediría que, por favor, no estuvieran tristes. 

Por otro lado, les pediría que siguieran adelante y me recordaran siempre con una sonrisa y de la mejor manera posible. Les recordaría que no me gusta verles tristes, y que, aunque yo ya no esté, que sigan viviendo felices y con alegría. Además, les pediría que se siguieran apoyando unos a otros como me enseñaron, ya que en  tiempos de guerra ese apoyo y cariño se vuelve aún más necesario. 

Por último, les diría que aunque ya no estuviera allí con ellos, siempre los llevaré en min corazón y que siempre les recordaré. Les pediría que no perdieran la esperanza y que siguieran adelante valorando y disfrutando cada momento. 

mi carta

 Para todos vosotros:

Si estáis leyendo esto, he muerto. ¿Menuda forma de empezar, no? Pues bueno, así es. Me gustaría que esta carta la leyeseis todos: Ama, Aita, Ane, Toli, Borja, Juan, Abu, Elena… todos.


Desde que me fui de casa, todos sabíamos que esto podía suceder. Al final ha sucedido. A mí, personalmente, morir no me afecta ya que bueno, voy a estar muerta y no voy a sentir nada, así que espero que me recordéis pero que sigáis todos haciendo vuestras vidas. Me metí en esta guerra para luchar por lo que creo y quiero que vosotros, hasta que os reunáis conmigo, luchéis por todo lo que creéis, que no dejéis de hacer algo que queréis por miedo al qué dirán y que viváis vuestros días como si fuese el último, como hice yo.


En caso de que recuperéis mi cuerpo, que será complicado y que si no lo conseguís no os preocupéis mucho por ello, me gustaría que enterreis mis cenizas en Derio, con Aitatxi y Amatxi, cerca del abuelo. No me lloréis mucho porque yo voy a estar disfrutando de la tranquilidad y pasando tiempo con el abuelo, que no le conocí, y con Aitatxi y Amatxi que solo pude disfrutar 9 años de ellos.


Me gustaría que recordarais todos los momentos buenos que hemos pasado juntos, que veáis las fotos y sonriáis. Los momentos en Marbella, en Formigal, en Plentzia, cuando jugabamos todos juntos o cunado simplemente veiamos la tele en familia…. Toli y Ane, me gustaría que les hablaséis a vuestros hijos de la pedazo de hermana que tuvisteis, de que obviamente yo era la mejor y la favorita de todos. 


En fin, disfrutad de todo lo que tenéis por delante y no me olvidéis.


Un abrazo muy fuerte. 


Blog XVII

 Si tuviera que escribir una carta antes de morir durante la guerra civil, lo primero que expresaría sería mi amor hacia mi madre y mis seres queridos. Saber que no volveré a verlos sería muy duro y triste para mí pero intentaría darles algo de tranquilidad con esta carta. Les diría que no sufrieran por mí, porque yo no iba a estar sufriendo y que me voy con la cabeza alta y con el orgullo de haber sido fiel a mis valores.  

También hablaría del dolor que estaría sintiendo al ver como la guerra habría separado tantas familias. Me preguntaría cómo hemos llegado a este punto de no darle valor a la vida de la gente. Solo desearía que algún día el país volviera estar en paz y que nadie tuviera que sufrir tanto como mi familia y yo.

A mi madre le pediría que fuera fuerte, que no dejara que su tristeza la hubiera. Le recordaría los momentos felices que hemos vivido juntas, los abrazos, la risas, los días en casa cuando no había guerra. Esos recuerdos son los que querría que conservase, porque creo que eso le ayudaría a ella y a todos mis seres queridos. 

Por último, le diría que no es un adiós definitivo, sino un hasta luego. Aunque la muerte nos separase, tendría la esperanza de que algún día nos volveríamos a encontrar. Y cuando llegase ese momento podría decirle todo lo que en esta carta no diría por el estrés de la situación.

Blog XVII

Hola mamá, 

Como ves, te escribo esta carta como todas las que te he escrito a lo largo de mi vida, a pesar de que ya no recibirás ninguna más de mi parte. Tengo la suerte de que al escribir esta carta me pasan todos los recuerdos y momentos felices que hemos tenido. Lo cierto es que verás que en esta carta, siendo la más breve, es la que más he tardado en escribir, recordando todos los momentos felices. 

Esto me ha permitido hacer un repaso desde el primer momento que tengo uso de razón; todo lo que me has enseñado y los valores que me has inculcado. 

Quiero que sepas que esta carta me ha servido también para poder dejar este mundo con paz y tranquilidad. Creo que lo que nos has transmitido en los pocos años de vida que he tenido, han dado sus frutos. Espero y te pido que sigas en ese buen camino con el resto de la familia; la abuela, aita, Inés, Carmen, Arrieta, y los tíos.

Me despido en esta carta, como he hecho en todas las anteriores, muchísimas gracias por todo lo que has hecho por mí,

Un beso muy fuerte

Irene


XVII

 Sin duda, imaginarme en una situación así es extremadamente difícil. Soy una persona que intenta disfrutar del día a día, pero aun así veo bastante lejos que llegue el momento en que algo así suceda. A pesar de eso, si llegara, intentaría escribir unas palabras con el corazón en la mano, aunque sé que no sería nada fácil. Tardaría días en aclararme, tendría tanto que decir...

Lo primero que haría sería agradecer. Agradecer profundamente a quienes han estado siempre a mi lado, en las buenas y en las malas: mi madre y mi padre. Ellos han sido mis pilares, mi apoyo incondicional. Me han enseñado todo lo que sé, me han guiado para ser quien soy hoy. De su amor, empatía y generosidad he aprendido cada día. Para mí, ellos representan todos los adjetivos positivos que se puedan imaginar.

Si esta carta tuviera que escribirse por una causa mayor, como la defensa de unos ideales, le pediría a mi madre que mantuviera la calma. Que entendiera que, aunque me haya ido, lo hice luchando por aquello en lo que creía. Sin miedo, sin remordimientos. Y que ese dolor que sienta, ese posible odio, lo transforme en energía para seguir adelante. Que lo use como impulso para construir un futuro mejor.

A veces pienso en personas como Luis Enrique, que perdió a su hija con tan solo 9 años. Él, en vez de caer en la desesperación, siempre dice que se siente afortunado por haber podido vivir esos 9 años tan maravillosos junto a ella. Esa forma de ver la vida me inspira. Porque en medio del dolor, también hay espacio para la gratitud.

También me recuerda a lo que vivió mucha gente durante la Guerra Civil. Historias duras, llenas de pérdidas, que nos enseñan por qué es tan importante conocer el pasado para no repetir los mismos errores. La vida es lo más valioso que tenemos, y no debería ser arrebatada injustamente.

Así que, si llegara a faltar, solo querría que recordaran los momentos bonitos que vivimos juntos. Que siguieran adelante, que encontraran motivos para sonreír, incluso en mi ausencia. Porque caer en la desesperación no lleva a nada bueno. El futuro sigue ahí, esperando ser vivido.

Blog XVII

La verdad es que esta carta sería de lo más difícil de escribir de mi vida, bueno, la que más, y la verdad es que no me gustaría estar en esta situación, pero si la tuviera que escribir sería algo así:

Ama, si te llega esto ya no estaré por aquí físicamente hablando, espero que os acordéis de mí, aunque ya sé que no hace falta ni decírtelo pero bueno. Quiero que le digas a Unax y a Aita que les quiero mucho aunque ya lo saben y también te lo digo a ti aunque también lo sabes.

Dile al aitite que ahora estoy con la amama, yo os voy a esperar a todos aquí y estad bien tranquilos que estoy bien. No quiero que lloréis ni nada, con que no os olvidéis de mí me vale. A mis colegas decidles que se hagan una pieza con mi nombre en la Renfe y que me dediquen las piezas aunque en cuanto se enteren lo van a hacer sin que se lo digáis. 

Pero eso sobre todo no quiero que lloréis por una cosa que no se puede cambiar, y que disfrutéis lo más que podáis sin mí

Blog XVII

Sinceramente, me cuesta pensar en lo que escribiría en esta carta. Creo que ponerse en esta situación es algo muy difícil. Tan solo pensar en que esto es algo que mucha gente ha tenido que pasar, me pone los pelos de punta. Se me ocurren muchas cosas que podría escribir en una carta así y lo duro que sería recibirla.

En mi carta, lo primero que haría sería de alguna forma intentar tranquilizar a mi madre y a la gente que quiero y tratar de suavizar un poco la situación. Lo último que busco es hacer las cosas más complicadas, escribiendo una carta cruda y sin sensibilidad. Mencionaría a toda la gente que me ha importado a lo largo de mi vida, para decirles que he disfrutado cada momento con ellos. Les diría que a pesar de que de una pena increíble no volver a verles, me mantengan en sus recuerdos y se queden con lo bueno. Aunque no vaya a volver a casa, no quiero que se queden con la parte triste de mi perdida. Quiero que celebren los buenos momentos y que sepan que siempre van a tener un hueco especial en mi corazón.

Después, dedicaría una pequeña parte a la gente que más me importa. Es decir, mis padres, mi hermana y mis mejores amigos, para recalcar la importancia que han tenido en mi vida y cómo me han marcado de diferentes formas. Puede que también aprovechara para confesar alguna cosa. Al final, ya estoy muerto no creo que importe mucho lo que pueda confesar.

Una vez más, me resulta complicado pensar en lo que escribiría. Eso sí dejaría clara una cosa. Aunque mi pérdida parezca el final, nada se muere tan solo cambia. Yo sé que voy a seguir vivo en sus recuerdos y que me van a recordar con mucho cariño. No quiero que piensen en mi muerte como el final, en realidad puede ser el principio de muchas cosas. Tal vez reforzar relaciones entre familiares, una celebración en mi honor, lo que sea. Pero tengo claro que cuando me muera no quiero que a la larga se recuerde como algo triste o como un final, sino que se transforme en algo mejor.

Por último me despediría y les diría que mirando a mi vida, creo que lo he hecho muy bien y que la he vivido y aprovechado lo máximo posible.

Blog XVII

 Es complicado imaginarse en una situación así, pero, aunque siempre trato de vivir el presente y disfrutar de cada día, siento que el momento en que algo así ocurra está todavía muy lejos. A pesar de ello, si llegara ese día, me gustaría agradecer muchas cosas.

Primero, quisiera dar las gracias a quienes siempre han estado a mi lado, en los momentos de alegría y en los de dificultad: mis padres. Ellos han sido mi pilar, las personas constantes en mi vida, con las que siempre he podido contar, sin importar las circunstancias.

Lo que soy hoy, lo que sé y cómo me he formado, se lo debo a ellos. Me han guiado con amor, empatía y generosidad, enseñándome siempre con el ejemplo. Gracias a los valores que me transmitieron, he crecido, aprendido y mejorado cada día. Para mí, son la representación de todas las cualidades positivas que uno puede admirar en una persona.

En estos momentos, no puedo dejar de pensar en Luis Enrique, el entrenador de fútbol que, en pleno éxito profesional, sufrió la pérdida de su hija, que solo tenía 9 años. A pesar de la inmensa tristeza, siempre que le preguntan por ella, responde con una frase que me ha impresionado profundamente: dice que se siente afortunado por haber podido compartir esos 9 maravillosos años con ella y por haberle dado todo lo que pudo ofrecerle. Esa visión de la vida me parece profundamente admirable.

Este tipo de tragedias también nos conecta con nuestra historia. La Guerra Civil, por ejemplo, dejó muchas historias de dolor similares, llenas de pérdidas irreparables. Por eso creo que es esencial conocer el pasado, para aprender de él y evitar cometer los mismos errores. La vida es el bien más precioso que tenemos, y no puede ser arrebatada de forma injusta, como si no tuviera valor.

Blog XVII

Kaixo Ama,

Si esta carta ha llegado a tus manos, probablemente ya no esté viva. Es muy complicado escribir una carta así, ya que son las últimas palabras que recibirás mías y porque nadie querría estar despidiéndose de sus familiares de esta manera, sin poder verlos o abrazarlos. Nunca habría pensado que llegaría este momento tan pronto, pero la guerra es lo que conlleva y ahora lo único que me queda es afrontar lo que ocurra.

En primer lugar, me gustaría decir que me arrepiento de no haber pasado más tiempo contigo cuando todavía podía. Sé que ahora ya no puedo hacer nada al respecto, pero quería hacértelo saber para que supieses lo mal que me siento por no haber aprovechado todo el tiempo que pude contigo y con el resto de la familia. 


Te agradezco de verdad todo lo que me has enseñado,ya que sin ti no creo que sería la persona que soy hoy en día. Me has enseñado a ser agradecida, defender mis creencias, ser fuerte ante las situaciones difíciles que te pone la vida por delante y no rendirme aunque me caiga millones de veces. Aparte, te doy las gracias por haberme apoyado tanto porque sé que no siempre ha sido fácil con lo cabezota que puedo llegar a ser.


Además, me gustaría que supieses que estoy en esta situación porque luché por lo que creía. Sé que esto no te tranquiliza más, pero me gustaría que lo supieses. Siento haber sido tan egoísta y dejaros a todos atrás solo para seguir mis ideales, pero sentí que era lo correcto y me veía en la obligación de hacerlo. Quiero que me recordéis con alegría y no con tristeza, por los grandes momentos que hemos vivido todos juntos,como los viajes tan divertidos que hacíamos conociendo nuevas tradiciones o las risas que nos echábamos cuando recordábamos anécdotas o veíamos las fotos de cuando éramos pequeñas.


Esta carta te la envío a ti, Ama, pero confío en que se la hagas llegar a los demás. Solo os pido que sigáis adelante, por favor, hacedlo por vosotros y por mí, aunque ya no esté.


XVII

 Ama, si te llega esta carta, es porque ya no estoy.

Solo de pensarlo, se me hace un nudo en la garganta. No puedo imaginar lo duro que debe ser escribir algo así… y mucho menos recibirlo. Pero si tuviera la oportunidad de despedirme, lo haría sin pensarlo, sobre todo de la gente que ha sido importante en mi vida. Y contigo empezaría, claro.

Te daría las gracias por todo lo que me diste, por los momentos que pasamos juntos, por haberme acompañado en tantas cosas. De verdad, me siento muy afortunado de haber crecido a tu lado. Por más difícil que sea todo esto, no cambiaría nada de lo que vivimos.

También te diría que sí, me da mucha rabia que esto se termine tan pronto, pero por favor no te sientas mal, ni pienses que pudiste hacer algo distinto. No es tu culpa que nos tocara vivir una guerra, ni tampoco que a mí me tocara irme antes. Solo te pediría que sigan adelante sin remordimientos, porque la vida sigue, y quiero que seas feliz.

Te diría también que no te preocupes por mí, que estaré bien, que no estaré solo. Y no hace falta que te pida que me recuerdes, porque sé que lo vas a hacer. Lo que sí te pediría es que sigas viviendo con ganas, que aproveches lo que tengas y que busques siempre una vida que valga la pena. Porque sí, me lo debes.

Carta

 No me podría imaginar encontrarme en una situación así. Sin embargo, a día de hoy, hay muchas guerras abiertas en el mundo, por ello, estoy segura de que muchos lo habrán tenido que experimentar. 


No estoy segura de lo que escribiría. Cómo se le podría decir a una madre que su hijo va a morir? Es algo que me gustaría que nunca pasase.


Lo primero que le diría es que recordase todos los momentos bonitos juntos, los momentos en los que estábamos toda la familia junta. Las vacaciones en Isla Canela inolvidables, los viajes a esquiar… Le agradecería todo lo que ha hecho por mí, por ayudarme en todo, por cuidarme cuando estaba enferma, por darme una buena educación y por muchas más cosas. Aportaría a la carta una anécdota graciosa o algo así y le llamaría con ese apodo que tanto le hace rabiar. No se me ocurriría más, ya que es una situación muy delicada. 


En definitiva, es una situación en la que espero no encontrarme nunca. Estaría muy triste y sé que ella aún más. No me saldrían las palabras para agradecerle todo lo que ha hecho por mí y por mi familia. 

XVII

Si estuviera en esa situación, lo primero que sentiría sería impotencia y muchísimo miedo. Saber que no hay salida y que si o si me voy a morir en unas horas sería muy difícil de asimilar, pero escribirle a mi madre sería muy necesario. No querría irme sin decirle lo mucho que la quiero y que nada de esto es su culpa. 
No sabría muy bien cómo empezar. Nadie te enseña a escribir algo así y tampoco creo que en algún momento me hubiese imaginado escribir esto, pero intentaría que mi carta no fuera solo una despedida. No querría que mis últimas palabras fuesen un adiós.
Le recordaría los buenos recuerdos. Cuando de pequeña me leía cuentos  para dormir, o cuando veiamos películas juntas los domingos por la tarde.
Le diría que tengo mucho miedo y que no me quiero morir, y que lo último que quiero hacer es dejarla. Que no sé si he sido la mejor hija, pero que siempre la he querido y que lo que más me duele es saber que va a sufrir.
Le pediría que no estuviese triste aunque sé que es inevitable. Que cuide de mi padre y de mis hermanos  y que les enseñase esta carta. También le pediría que no se que solo con mi muerte y que me recuerden por lo feliz que fui con ellos y que esto no es un adiós sino un hasta pronto.
Para terminar le volvería a repetir lo más importante que le quiero mucho y que no se preocupe por mi porque yo ya voy a estar en paz.

BLOG XVII

 Larrea nos ha mandado escribir una carta de despedida a nuestro padres sabiendo que íbamos a morir. Sinceramente cuando lo he leído he pensado en no hacer esta entrada, ya que supone una pequeña tortura psicológica. ¿Cómo se supone que tengo que saber lo que escribiría a las personas que me han dado todo?


Yo no escribiría una carta muy extensa, por el simple hecho de que creo que cada día les demuestro lo que significan para mi y de todas maneras no estaría jamás satisfecha con esa carta. Simplemente les daría las gracias por todo, que me da pena no poder seguir con ellos. Además aprovecharía para contar alguna anécdota o frases que dicen ellos mucho, para recalcar esos pequeños momentos que nunca se olvidan. Por ultimo, lo que mas claro tengo que pondría en la carta: no lloréis tanto que se nota demasiado que soy la favorita y que o me echasen mucho de menos. De esta manera le daría ese humor de sobrada que tanto uso con ellos y hacer una carta con personalidad, sacándoles una sonrisilla.


Quiero que sepáis que no me ha gustado nada hacer esta carta y que ya le vale a Larrea con estos "temitas".

Blog XVII

 Para empezar, es difícil pensar en algo así. Yo intento aprovechar cada día, pero aun así me cuesta imaginar que me pase. Si algún día ocurre, me gustaría agradecer muchas cosas.

Querría dar las gracias a quienes siempre han estado conmigo, en los buenos y malos momentos. Mis amigos por supuesto que han sido un gran apoyo pero mis padres más. Sé que siempre puedo contar con ambos, y eso es algo que valoro mucho. Todo lo que sé y lo que soy es gracias a mis padres. Me han enseñado valores importantes, como el ser educado y la generosidad. No hay palabras para decir lo mucho que significan para mí. También les diría que tuvieran mucho cuidado y que se ayudarán entre ellos todo el tiempo. Además de decirles que no confiaran en casi nadie y no se metieran en problemas. Lo mejor sería que se fueran a otro lugar donde pudieran estar seguros hasta que acabe la guerra.

Es muy importante que, aunque yo no esté, sigáis con vuestra vida. Siempre os estaré agradecido por haberme cuidado y dado una vida feliz. Les recordaría algunos de los mejores momentos que pasamos juntos en familia y lo mucho que los disfruté.

Historias como esta han pasado muchas veces, sobre todo en momentos difíciles como la Guerra Civil. Por eso, es importante conocer el pasado, para que no vuelva a pasar. La vida es lo más valioso que tenemos, y nadie debería quitarla sin motivo para no llegar a este tipo de situaciones.


sábado, 22 de marzo de 2025

Carta

 Espero que esta carta nunca os llegue porque eso significa que ya no estaré aqui:

Hola familia, ¿qué tal estais? Espero que esteis bien. Como ya sabeis ya no estoy entre vosotros físicamente, pero siempre estare con vosotros. Quiero que sepais que he muerto defendiendo los ideales que tenemos en está familia, que he luchado para frenar el avance de los franquistas. Quiero que me recordáis por los buenos momentos que hemos vivido juntos, por las risas y por las tonterias que siempre hago. Espero que cuando la guerra acabe os podais pegar una borrachera en mi honor para recordarme como es debido.


Además, quiero que esteis tranquilos porque he hecho todo lo que me he querido en la vida.

Como no se seguir esta carta, me despido aqui.


XVII

 Sin duda, es difícil imaginarse en una situación así. Yo soy una persona que intenta disfrutar del día a día, vivir el presente, pero aun así, veo muy lejano el momento en el que algo así pueda ocurrir. Sin embargo, si llegara ese día, me gustaría dar las gracias por muchas cosas.

En primer lugar, agradecería profundamente a quienes siempre han estado a mi lado, tanto en los buenos como en los malos momentos: mis padres. Ellos han sido mi mayor apoyo, las personas constantes en mi vida con las que siempre he podido contar.

Todo lo que sé y la persona en la que me he convertido se lo debo a ellos. Me han enseñado con el ejemplo, guiándome con amor, empatía y generosidad. Gracias a sus valores he crecido, he aprendido y he mejorado día a día. Para mí, ellos representan todos los adjetivos positivos que se pueden decir de alguien.

En momentos así, no puedo evitar pensar en Luis Enrique. Es un entrenador de fútbol que, justo cuando estaba en uno de los mejores momentos de su carrera, perdió a su hija con solo 9 años. A pesar del dolor, siempre que le preguntan por ella, responde con una frase que me ha marcado: dice que se siente afortunado por haber vivido esos 9 años maravillosos junto a ella y por haber podido ofrecerle todo lo que necesitaba. Esa forma de ver la vida me parece profundamente admirable.

Situaciones tan dolorosas también nos conectan con la historia. La Guerra Civil, por ejemplo, dejó tras de sí muchas historias similares, llenas de pérdidas irreparables. Por eso creo que es fundamental conocer el pasado, para aprender de él y evitar repetir los mismos errores. La vida es lo más valioso que tenemos, y no se puede arrebatar injustamente, como si no importara.

viernes, 21 de marzo de 2025

Blog XVII


Escribir una carta sabiendo que será la última debe ser una de las cosas más difíciles que alguien puede hacer. En ese momento, las palabras son lo único que queda para despedirse de los seres queridos, y cada frase tiene un peso enorme.

Si yo estuviera en esa situación, le escribiría a mi madre con todo el amor del mundo, y le diría que la leyese también con mi padre y mi hermano, tratando de darles algo de paz en medio del dolor. Les diría que siempre les llevaré en mi corazón y que no quiero que sufran por mí. Sé que nada de lo que escriba podrá quitarles la tristeza, pero al menos quiero que sepan que no estoy solo, que me voy con la cabeza en alto, porque he muerto en la guerra, defendiendo en lo que creía.

También les pediría que sigan adelante, que se cuiden entre ellos y que no dejen que el odio y la guerra destruyan lo que les queda. Sería muy duro escribir cada palabra, porque significaría aceptar que mi vida está a punto de terminar. Pero al final, lo único que importaría es que mi familia supiera cuánto les quiero y que siempre estaré con ellos, aunque ya no pueda estar a su lado.

domingo, 16 de marzo de 2025

Blog XVII

Sinceramente me parece una carta que es imposible de escribir. O quizás simplemente yo no sería capaz. Porque,  ¿qué se supone que tienes que decir en una carta que serán las últimas palabras que van a leer, porque es leer ni siquiera escuchar, tus seres queridos antes de que mueras? Me parece realmente una tarea imposible. Es algo que espero no tener que hacer nunca, pero en el caso de tener que hacerlo diría muchas cosas. 

Primero de todo, lo mucho que quiero a mi ama, mi aita, mi hermano y mi amama. Que no se les olvidase nunca. Les agradecería por todo lo que han hecho por mí. Por darme un hogar, una buena educación y buenos valores sobre los que vivir. Les diría que me recordasen por las cosas buenas que he vivido, por las cosas que me hicieron ser como era, no por como fui o podía haber sido. Y les diría muchísimas cosas más, como recuerdos bonitos de experiencias vividas que me llevo conmigo para siempre. Además, también me despediría de mis amigos y muchas otras personas cercanas a mí que marcaron mi vida. 

Pero, por otro lado, desgraciadamente en este contexto, tendría que avisarle a mi ama, a mi familia y a todo el mundo de los peligros de la guerra. Les diría que tuviesen muchísimo cuidado y qué se ayudasen y apoyasen entre ellos más que nunca, que no se fiasen de prácticamente nadie. Probablemente, les aconsejaría que se fuesen de aquí, que huyesen y que se vayan a cualquier otro sitio para protegerse a sí mismos. 

Básicamente, creo que queda bastante claro que realmente no tendría ni idea de qué decir y que probablemente mi carta quedaría muy corta porque no podría expresar lo mucho que quiero y demás cosas en tan solo unas pocas palabras. Se me pone un mal cuerpo terrible solo poniéndome en la situación de escribir esta carta hipotéticamente y aún más pensando que hay gente que la ha tenido que escribir de verdad. Simplemente no me cabe en la cabeza cómo hay gente que viendo cartas así pueda querer la guerra en ningún lado. 

blog XIX

 Siempre he pensado en el momento en el que acabaría bachiller y una nueva etapa de mi vida empezaría, lo he esperado con tanta ilusión que ...