domingo, 30 de marzo de 2025

Blog XVIII

 En esta situación se plantea un dilema moral entre las opiniones políticas y las relaciones afectivas con las personas. La señora es encantadora, agradable y siempre ha intentado ayudarme y hemos tenido una muy buena relación. En este caso me pregunto quién soy yo para romper esa relación, independiente de las relaciones políticas. 

Los valores personales no se limitan al partido político al que votamos, sino que van mucho más allá en cuanto al respeto hacia las personas con las que convivimos, cómo les ayudamos y cómo hacemos que entre todos tengamos una vida en comunidad mucho más agradable.

Esto me haría cumplir evidentemente la voluntad de mi vecina, a la que tanto apreciaba y tan bien se ha portado conmigo. Este texto me ha hecho pensar que haría cuando en vez de tratarse de un partido político, se tratara de una asociación, grupo militar o un país dictatorial… que rompe con todos los valores y la dignidad de las personas. Creo que en ese caso sí que seguiría mi convencimiento en los valores humanos que me llevarían a no dar el dinero a una asociación que promueve la desigualdad y el conflicto.






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