Etiquetas

miércoles, 10 de abril de 2024

Una pizza y La la land

Segundo de Bachiller es un curso muy peculiar. Por una parte, la dificultad académica aumenta considerablemente y se nos pone una presión y estrés encima desmesurado. Parece como si Selectividad fuese el limbo de nuestras vidas y dependiendo de como hagamos el examen iremos al cielo o viviremos un infierno. Además, tenemos la presión añadida de escoger la carrera que queremos estudiar o lo que vamos a hacer con nuestras vidas. Por si fuera poco, tenemos mucho menos tiempo libre para salir de fiesta y disfrutar de las noches y acabamos sacrificando muchos sábados de fiesta porque el domingo nos tenemos que levantar a estudiar. 

Pero lo que más me está costando este curso no es nada de lo anterior, sino el hecho de no tener tiempo libre. Tiempo que teníamos antes y no valorábamos tanto. Simplemente una tarde de jueves en la que en vez de tener que estudiar o adelantar trabajo, podíamos salir a dar un paseo con nuestros padres o con los amigos a disfrutar del sol primaveral. Es como si durante un año alguien hubiese secuestrado a nuestro tiempo libre.  Somos como zombies del estudio. Es verdad que realmente sí que tenemos tiempo libre, porque los ratos que no estamos estudiando o no estamos trabajando podemos hacer lo que nos plazca. Pero lo único que queremos hacer es dormir, ver Instagram o jugar a videojuegos, cosas que no requieran pensar. Estamos en un estado constante de cansancio mental y pereza del que no logramos salir. 

Por eso, cuando hoy a la tarde he estado cocinando una pizza con mi padre mientras escuchábamos la banda sonora de La la land y bailábamos, he tenido una sensación agridulce. Estaba disfrutando del momento, pero también me daba cuenta de los pocos momentos como ese que estaba teniendo últimamente. Y es que me he parado a pensar y me he dado cuenta de que llevo sin leer un libro que me guste de verdad más de tres meses. (Y para mí eso es muchísimo) Llevo sin tocar un pincel desde casi el verano y llevo sin salir a patinar casi un año. Estoy estancada en mi rutina de ir al cole, comer, ver la tele, hacer extraescolares y estudiar. 

Por eso anhelo el día en el que termine el último segundo del último examen de EBAU y por fin sea libre. Tengo ganas de por fin salir y hacer todo lo que  no he podido hacer este año. Tengo miles de proyectos y sueños por cumplir en pausa, pero pienso recuperarlos. Aunque algo sí que tengo que agradecer a este extraño curso y es que ahora valoro mucho más todos los momentos cotidianos que hacía y ahora apenas puedo hacer. Así que simplemente quiero recordaros que esto tiene un fin y que por fin nuestro tiempo libre dejará de ser rehén de este exasperante curso y que tenemos que agradecer todos los momentos que aparentemente son insignificantes, pero que en el fondo son liberadores.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...