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domingo, 14 de abril de 2024

Sevilla

 Os voy a contar lo que para mí es una de las experiencias más alucinantes que he vivido hasta la fecha. El pasado 6 de abril se disputaba la final de la copa y el Athletic era uno de los finalistas. Nos metimos al sortro de las entradas y nos tocaron tres. Decidimos ir mi padrastro, mi hermano pequeño y yo.

La casa para las noche anterior a la final la cogimos un poco tarde, por lo que, para que no nos saliera un ojo de la cara alquilamos una en huelva, a una hora de Sevilla. La casa se encontraba en medio de la nada y habia que recorrer una carretera un poco estropeada, con piedras y hoyos, pero la casa estaba bien.

Salimos de Bilbao a las 8 de la mañana para llegar a la tarde allí. En el coche me llevé a dos amigos, Peio y Lucas, que a pesar de no tener entradas, iban a disfrutar del ambiente y la Athletic Hiria. El camino de ida se nos hizo bastante largo, paramos en Salamanca a comer e hicimos varias paradas para estirar las piernas. 

Una vez en la casa, como había una barbacoa, nos pusimos manos a la obra y en una hora y media más o menos ya teníamos las brasas para hacer unas salchichas y unas "burguers". Cenamos todos a gusto e hicimos una sobremesa no demasiado larga ya que el día siguiente se preveía cansado.

Salimos de la casa a las 10 y a las 11:30 ya estabamos en Sevilla. No había demasiado tráfico y en el atasco para entrar a Sevilla hicimos algunos amigos que estaban en otros coches. Al bajar quedamos con otros amigos que estaban en Sevilla desde hace un par de días y nos separamos de mi familia. 

Fuimos a un super a abastecernos de los viveres necesarios para el día y nos dirigimos hacia la Athletic Hiria. Allí pasamos el día, en un parque de cerca. A las 7:15 la gente empezó a ir hacia el campo, así que los que ibamos a la Cartuja fuimos con los demás aficionados haciendo una kalejira. A las afueras me encontré con mi familia y empezó la odisea para entrar al campo. La policía trataba a la gente como a ganado y fueron unos maleducados, pero con un poco de suerte pudimos pasar el control de una pieza. 

Una vez dentro todo me parecía una locura, no me podía creer que estaba ahí. La emoción pudo conmigo en un principio, pero conseguí calmarme. El partido me produjo todos los sentimientos imaginables, pero el resultado final fue el importante y es que eramos campeones 40 años déspues. Me lo pasé increiblemente bien e incluso me hice amigo del señor de al lado. 

La noche no la voy a contar porque podría hacer un libro de lo que nos pasó. Lo único que voy a decir es que hicimos un poco de turismo nocturno viendo la Giralda y nos recogió mi madre a las 9 de la mañana con una reventada importante.

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