Para empezar, esta ley fue principalmente promovida por el caso conocido como “La Manada”. En abril de 2018, 5 hombres violaron a una niña en las fiestas de San Fermín. Esta violación llenó las calles de protestas, es más, recuerdo que no se escuchó otra cosa por un buen tiempo. En el juzgado, se les declaró culpables de agresión agravada, al no haber utilizado la violencia, aunque no tuvieran el consentimiento de la chica. Cada uno fue sentenciado a 9 años en prisión.
Más tarde, sí se llegó a considerar como “violación” y, el revuelo fue tal que el Gobierno de Rajoy se vió obligado a realizar cambios en el Código Penal. Por ello, la Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual o más conocida como la ley “solo sí es sí”, fue una de las primeras leyes que promovió Montero.
El objetivo principal de esta ley es llamar a una violación como lo que es y no lavarse las manos con palabras como “abuso”. Entonces, llega la duda: ¿cómo puede ser que la ley reduzca las condenas de los violadores?
Se ha demostrado que el aumentar las penas no hace que desaparezcan los delitos, es más, muchas veces se consigue el efecto contrario. Por ejemplo, en EEUU se aplica la pena de muerte y los delitos no disminúen. “La protección de las mujeres no va a mejorar por poner penas más altas y por eso es clave en esta ley educar en el consentimiento” afirma la magistrada Cira García. Con la ley, la condena por violación pasa de ser de 6 a 12 años, para ser de 4 a 12.
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