Siempre he dicho que los aitites deberían ser eternos y creo que muchas personas lo creen.

La verdad es que no me podría imaginar una vida sin ellos. Ahora mismo, en estos momento, es cuando más tiempo estoy pensando sobre este tema ya que mi amuma está ingresada en el hospital. 

Siempre que la veo me alegra los días y me saca una sonrisa hasta en mis peores momento. Ella no es consciente de lo feliz que me hace. Ojala poder congelar el tiempo. Ojala fuese eterna, pero es imposible.  

Mi amuma es la persona más graciosa que he conocido en mi vida y todo los momentos que estoy con ella o estoy riéndome o estoy llorando de la risa. Siempre me cuenta de su vida anterior y cómo su aita, es decir, mi birraitona, llegó a mi pueblo de veraneo de hoy en día. 

El aitite de mi aita se encontraba en Gernika cuando fue bombardeada. Para salvarse, corrió colinas arriba hasta, que se encontró con un pueblo enano llamado Ea. 

Ahora que estamos de exámenes, apenas encuentro hueco para ir a visitarla y me fastidia bastante, pero siempre encuentro un hueco ya que ella es más importante que todo lo demás. 

La verdad, es que me gustaría poder pasar más tiempo con ella para contarle mi vida y para que me cuente anécdotas de su vida.