Si hay algo que me apasiona es el fútbol. Desde que era pequeño, siempre me ha gustado ver partidos y jugar con mis amigos. Lo que más me gusta del fútbol es la emoción que se siente durante los partidos. El sonido de la afición del Athletic, la tensión en un derbi, todo lo que esto genera, ¡Es increíble!

Por otra parte, el fútbol me ha enseñado mucho sobre el trabajo en equipo y la dedicación. Aprendí que no solo se trata de ganar o perder, sino de cómo te esfuerzas y trabajas para lograr tus objetivos. Y aunque a veces puede ser frustrante perder un partido, siempre hay una nueva oportunidad para mejorar.

Gracias al fútbol he tenido la oportunidad de hacer nuevos amigos. He jugado con personas de diferentes edades, esto me ha ayudado a mejorar en cuanto a mi propia exigencia y a esforzarme más.

Este año podría haber sido mejor ya que para las expectativas que tenía, he tenido varias lesiones y he tenido que volver a coger forma un par de veces esta temporada. Pero bueno es en esos momentos cuando te das cuenta de lo que necesitas y para mí es estar en un campo con otros diez tíos con los que estoy más que con mucha gente es necesario y me aporta demasiadas cosas buenas.

En resumen, el fútbol es mucho más que un deporte para mí. Es una pasión que me ha enseñado lecciones importantes, me ha dado momentos emocionantes y me ha permitido conocer a personas con las que espero seguir manteniendo contacto cuando ya no juguemos juntos. Aunque mucha gente no lo crea, perder o ganar un partido puede definir tu estado anímico de ese fin de semana.