Etiquetas

domingo, 23 de octubre de 2022

Películas de terror

 Me cuesta mucho encontrar gente que vea películas de terror conmigo. Muchos de mis amigos, se excusan diciéndome que no están dispuestos a pagar entre seis o nueve euros, para pasar un mal rato y para ponerse nerviosos, dado que muchos aseguran que luego por las noches les cuesta dormir. Sin duda alguna, su postura es totalmente entendible y contiene razones lógicas, no lo niego, pero ¿Qué pasa con la gente que sí nos gusta disfrutar de las películas de miedo? ¿Por qué nosotros no detestamos este tipo de películas? ¿Significa que aquellos que disfrutan son unos psicópatas?

El miedo, es una emoción primaria, cuya función es protegernos de una situación potencialmente dañina y que genera una respuesta orientada a luchar, o en la mayoría de los casos escapar.

Existe mucha gente a la que le gusta sentir cómo responden o reaccionan al estrés, y son aquellos los que disfrutan de este tipo de películas, siempre y cuando puedan controlar ese estrés, y que la experiencia tenga un límite de tiempo. Lo mismo pasa con la gente que disfruta de los deportes de riesgo; estos generan una sensación parecida. Sin embargo, esas sensaciones sí que son para verdaderos valientes, puesto que en este caso están exponiendo su vida mientras practican dicho deporte.

Cuando el cerebro percibe una amenaza, este activa un "sistema", para que el cuerpo se prepare para la acción; generalmente, huir. Este suceso, hace que nuestro ritmo cardiaco se acelere y que nuestro torrente sanguíneo aumente, el cual envía la adrenalina a los músculos. Inmediatamente, la adrenalina junto con otros factores, hace que nuestros músculos se tensen, y es por eso, que cuando vemos que la puerta del sótano se abre sola, se nos pone la piel de gallina.

Lo realmente importante para poder gozar de una película de terror, es saber y entender que este suspense  no va a interferir en nuestras vidas. Es decir, que aprendamos a divertirnos viendo una buena película de miedo sin que imaginemos o supongamos, que esto nos puede afectar o que puede ser una amenaza para nosotros. Por mucho que veamos un "basado en hechos reales", no significa que nos vaya a suceder lo mismo; es verdad que cabe una cierta posibilidad de que te ocurra, ya que nada es imposible, pero no creas que por ver La Monja, esa misma noche se te va a aparecer la monja ensangrentada en tu cuarto. 

Por otro lado, tendemos a identificarnos con la parte más débil del relato; con los niños inocentes que han entrado en la casa maldita, cuanto más sufren, más nos identificamos con ellos. Muchos directores cinematográficos aseguran, que cuanto más en peligro se ponga el personaje principal, más interés nos creará la historia. 

En estos últimos años, las películas de terror han ido perdido parte de la belleza que conseguían a través de sustos y suspense, y es por eso, que cada día menos gente goza de ver este tipo de películas. Sin embargo, no quiero que estas se sigan infravalorando, ya que no quiero perder esas tardes que pasábamos mis amigas y yo riendo y gritando, mientras veíamos estas películas en casa de alguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...