Etiquetas

sábado, 22 de octubre de 2022

Lo que su mirada esconde

 "No quiero aborrecerte, muerte, mas tampoco me das razones para quererte"

Otra vez pensando en el futuro, imaginándome caminando; dando pasos en falso. Hasta que me encuentro cara a cara con una figura un tanto extraña.
Al principio intento mirarle a los ojos, pues se dice que son el espejo del alma; mas no consigo ver nada. Solo unos ojos vacíos y oscuros, repletos de interrogantes. Y ahí es cuando comienzo a huir.

Otra noche más en la que no puedo dormir, a mi mente le encanta vagar por distintos recuerdos y pensamientos a estas horas de la noche. Hasta que, de pronto, me vuelvo a encontrar contigo.
Esta vez peleo con mi sexto sentido, aquel que me advierte de que nada bueno puede salir de aquí. Pero me da igual, porque la curiosidad mató al gato. Y de aquella muerte quiero aprender.

Es entonces cuando miles de pensamientos inundan mi mente, miles de preguntas: ¿qué hay más allá? ¿Si quiera existe algo? ¿Reencarnación? ¿El cielo quizás? ¿O tal vez el infierno?

Y de repente siento cómo todos esos interrogantes caen al suelo; ojalá mi cabeza hubiese parado en "el infierno", porque lo prefiero mil veces al terror que me atormenta: la nada absoluta. La nada incomprensible.
Porque en cuanto intento entender qué significaría esa nada me saturo. Porque no sé y tampoco puedo saber. Porque esa nada es mucho más triste que cualquier otra opción. Porque no la he vivido ni la viviré: porque no es nada. Na-da. Sin consciencia, sin pensamiento.
Y me saturo, porque es lo más desconocido que nunca conoceremos. Porque no vamos a ser capaces de experimentarlo, porque no es nada.

Sé que puedes leer mi mirada; sé que has visto cómo tantos pensamientos han paseado por ella. Y que ahora puedes ver reflejado el miedo que me causan las consecuencias de tu visita.
Vuelvo a buscar en tus ojos alguna expresión, algún atisbo de alguna emoción; de alguna respuesta. Pero siguen exactamente igual de vacíos; mas ahora entiendo que ese vacío es lo que me atormenta; es mi vacío más personal. Es la nada.

Tras entender esto e intentando evitar indagar más vuelvo a correr. Vuelvo a huir, sin siquiera mirar atrás. 
Me voy a refugiar en cualquier recuerdo.
Me voy a esconder en cualquier memoria.
Y no sabes cuánto me gustaría no volver a pensarte, pero tanto tú como yo sabemos que nos volveremos a ver, y que tu expresión tan inexpresiva me volverá a atormentar.

No sé cuánto tiempo pasará: días, horas, meses...
Así que hasta la próxima, Muerte. Te esperaré con los brazos cerrados en el rincón de siempre.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...