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domingo, 3 de abril de 2022

La tortilla ganadora

Como todos sabréis, el pasado 25 de noviembre, se celebró en el cole un concurso de tortillas y para la sorpresa de muchos, incluso la mía, Olatz, Sarah, Julia, Carlota y yo, conseguimos llevarnos el primer puesto. ¿Por qué no volver a restregaros nuestra victoria?

26 de noviembre. Suena el despertador a las 9 y 30. Me levanto y la verdad es que estoy de muy buen humor al no haber tenido que madrugar. Desayuno bastante porque no tengo mucha confianza en que nuestra tortilla vaya a estar muy buena. Me visto, cojo las cosas que hacen falta y me dirijo al cole. Cuando llego me dicen Julia y Sarah que las otras dos integrantes del grupo se han quedado dormidas y llegan tarde ¡Lo que faltaba! Y de repente, cuando todo parecía ir mal, me acuerdo de algo: ¡Esa noche había soñado, no una, sino dos veces, que ganábamos el concurso de tortillas! No suelo creer mucho en este tipo de cosas, pero aquello no parecía una coincidencia. En menos de 20 minutos llegan Carlota y Olatz y nos ponemos manos a la obra. Sarah, nuestra líder, nos dirige y al ver mi poca experiencia, me manda batir los huevos. 


De fondo, se escuchan los vaciles de nuestros compañeros: “se nota que no habéis hecho una tortilla en vuestra vida”- decían algunos como Barandi. En la mesa de enfrente también se oían ciertas risas como la de Alex, que tenía tanta confianza en sí mismo, que había decidido apuntarse solo. ¿De verdad creía que podía ganarnos él solo?

La tortilla seguía en proceso y he de admitir que unos cuantos consejos de Loren no nos estaban viniendo nada mal. Y de repente tocaba, ¡darle la vuelta a la tortilla! Ese momento del que hay millones de videos en internet, en los que a la gente, después de estar dos horas haciendo la tortilla, se les cae y se quedan sin cenar. Y ahora era nuestro turno. Por supuesto la capitana era la que debía hacerlo pero a pesar de su confianza, media tortilla acabó por lo suelos. Y ahí, llegó Alex. Sí he de admitir que fue un poco como nuestro ángel de la guarda al darle la vuelta a la tortilla, aunque el trabajo de fondo ya había estado hecho por nosotras…


Cuando vimos el resultado de nuestra tortilla nos quedamos maravilladas. Puede ser porque nuestra confianza en que saliera algo decente había sido nula o porque al ver las tortillas de otros grupos (que parecían más bien pasteles), la nuestra parecía de 3 estrellas Michelin.


En resumen, ganamos aquel concurso y aunque para muchos sea una tontería, avivó mi espíritu competitivo y me hizo tener una sonrisa de oreja a oreja toda la tarde y pensé ¿por qué no escribo una entrada en el blog y les restriego a todos otro vez (sobre todo a Font) nuestra victoria?


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