Etiquetas

sábado, 18 de diciembre de 2021

Los perros y yo

Nunca he sido muy fan de los animales, de hecho, nunca me han gustado los animales. Da igual el tamaño que tengan, desde un gran león hasta una pequeña mariposa. No digo que no me parezcan preciosos incluso diría más, me encantaría que me gustasen pero desgraciadamente es algo que por mucho que lo desee todavía no lo he conseguido. 


Principalmente, voy a hablar sobre unos animales en concreto, los perros. Muchos de vosotros estaréis pensando pero ¿cómo no le pueden gustar los perros? o ¿cómo es posible que tenga miedo a esos animalitos inofensivos? Ya os adelanto que ni yo misma sabría responder a esas preguntas. No obstante, creo que puede tener una pequeña relación con una anécdota que me ocurrió cuando era pequeña.


Tendría seis o siete años y estaba dando una vuelta con mis abuelos y mis hermanos por Bilbao. En aquellos momentos no me gustaban los perros pero tampoco les tenía ningún miedo. Estábamos bajando las escaleras del Guggenheim y como siempre hacíamos, mi hermana y yo, echábamos una carrera para ver quién llegaba antes a abajo. Era una de esas pocas veces que yo iba por delante ya que habitualmente mi hermana al ser más mayor y tener las piernas más largas que yo llegaba siempre antes. El caso, que bajábamos muy deprisa y cómo no, algo tenía que suceder para que yo no llegase la primera. De repente un gran monstruo se abalanzó sobre mí, yo solo veía una enorme bola de pelo marrón encima de mí, intentando morderme. Me encontraba en un estado de pánico total y tras gritar y llorar, el perro se marchó. Podría decir, sin exagerar, que fueron los diez segundos más largos de mi vida. 


Con el tiempo y visto desde otro punto de vista diferente, puedo decir que aquel perro que a mi me pareció un bicho grande, seguramente, me vio corriendo mientras bajaba las escaleras y solamente vino porque quería jugar conmigo. Tuvo la mala suerte de encontrarse con una persona que no estaba preparada para ello.


Desde aquel momento, incrementó mi odio hacía los perros y animales en general. Llegué hasta un punto en el que cuando iba por la calle y me cruzaba con un perro, me ponía a cantar internamente para que así, los perros no oliesen mi miedo y no se acercaran a mí. Mis amigas se reían de mí por eso, pero a mi me ayudaba a estar más tranquila cuando pasaba al lado de un perro. 


A lo largo de todos estos años he intentado quitar el miedo a los perros. No puedo decir que ya no les tengo miedo porque estaría mintiendo. Sí que podría decir que he mejorado bastante. Como prueba, llegué a estar conviviendo con un perro cuatro meses cuando residí en Irlanda en 4º de la ESO, aunque tengo que admitir que aquel perro solo comía y dormía. Aún así, fue un gran desafío que conseguí superar.


Hoy día, me encuentro en el punto en el que podría estar con un perro siempre y cuando lo tenga a vista, ya que si el perro está por detrás de mí ya me empiezo a poner nerviosa. No obstante, recientemente he cogido en brazos a los perros de Mireia y Cristina, por lo que creo que voy quitando miedos y mejorando mi relación con los animales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...