NADIE COMO TÚ

NADIE COMO TÚ

Cruces, viernes frío de invierno a las ocho y media de la tarde. Salí de la tripa de aquella mujer. Salí yo y otra personita más unos minutos más tarde. La mujer tenía que descansar, había perdido mucha sangre y estaba muy cansada. Por esa razón, aquel hombre que estuvo a su lado en todo momento se encargó de darnos el bibe. 

En el momento que me cogiste en tus brazos, me sentía segura. Es curioso que siendo un desconocido, en lugar de darme miedo, hacías que me sintiera arropada en aquellos largos brazos. Parece que tuvimos una conexión especial. Note una conexión que nunca más he podido experimentar y lo cierto es, que nunca he conocido a alguien como tú, ni creo que lo haga.

Me gusta de ti que contigo puedo ser yo. Que aún sabiendo que tengo mis fallos, en vez de juzgarme por ello, me ayudas a mejorarlos. Me ayudas a crecer como persona, a progresar. Me enseñas a querer y a quererme, a escuchar y escucharme, a reír y sobre todo a saber reírme también de mi misma.

Te admiro. Admiro de ti que sabes hacer de todo. Sabes mantener la calma en los momentos difíciles. Sabes hacer reir a cualquier persona. Sabes empatizar. Sabes trabajar. Sabes hasta arreglar la lavadora que tiene 20 años y amuma piensa que ya ha llegado su fin.

Desde el primer momento del día, en cuanto me despierto, lo primero que quiero es ir a donde ti. Porque sé que aunque no tenga ninguna gana de ir a clase y esté de mala leche porque tenga que ir, tú me vas a sacar una sonrisa. Empezaré a darte besos hasta que me digas que no sabes que ropa ponerte y nos reiremos. Nos reímos porque tenemos que afrontar con ganas el día. Cuando llegué a la tarde, después del día monotono que habré tenido, ahí estarás tú para sacarme una sonrisa de lado a lado, para desahogarnos de todo lo que hemos ido acumulando en el día o para estar un ratito viendo Tiktok los dos juntos.

Lo afortunada y agradecida que me siento por tenerte en mi vida no es normal. Porque sí, a mi ya me tocó la lotería el día que entraste en mi vida. Y como desde aquel primer día, en tus brazos siempre estaré segura. Te quiero, te quiero con tus fallos, te quiero sonriendo, te quiero enseñándome, te quiero creciendo y te quiero de cualquier manera.