Etiquetas

martes, 28 de febrero de 2023

este y los que nos quedan

 ESTE Y LOS QUE NOS QUEDAN

Estas Navidades, mis primos mayores nos hicieron una yincana a los primos pequeños. He de decir que al principio no entendía nada, no sabía porque nos estaban haciendo eso ni con qué objetivo lo hacían. Finalmente, cuando llegamos al último paso, ahí vimos nuestros billetes de avión. No me lo esperaba para nada, ya estaba pensando en que Elisa estaba embarazada o en que Jonger se iba a casar, pero no, me confundía, nos vamos. Nos vamos los cinco primos a Bruselas. Nuestro primer viaje solo nosotros.


Cuando llegamos a Bruselas cogimos un autobús para llegar a casa de mi prima, qué después de tantos meses sin vernos ahí estaban esperándonos con los brazos bien abiertos. Era de noche y lo primero que hicimos fue ir a cenar. Los restaurantes ya estaban cerrando por lo que acabamos en un kebab, para variar. Teníamos ganas de probar las cervezas belgas así que acto seguido nos fuimos a probarlas. 


Nos entretuvimos un poco bastante aquella noche, sin embargo, al día siguiente estábamos preparados para que mi prima nos hiciera un “free tour”. Al mediodía, como era su cumple, le dejamos elegir el sitio al que íbamos a ir a comer y cómo no, nos llevó a un vegano. Fue todo un éxito, nos tardaron muchísimo en atender, la mayoría de lo que pedimos estaba peor de lo que pensábamos… Esa misma tarde conocimos a sus amigos de ahí y fuimos a ver el partido del Athletic. El bar en el que estuvimos estaban emitiendo otros partidos a la vez y había ochenta televisiones de diferentes tamaños, asique como os imaginareis me volví bastante loca.


Al siguiente día cogimos un tren y fuimos a visitar Gante. La ciudad es muy bonita, tiene unos ríos y unas iglesias sorprendentes, pero sin ninguna duda, con lo que me quedo de esta es con las patatas fritas que nos comimos en la Frites Atelier. Pensaba que nunca iba a probar unas patatas fritas que estuvieran a la altura de las de mi abuela, sin embargo, he de confesar que estas probablemente lo estaban. Más tarde cogimos de nuevo el tren y nos dirigimos hacia Brujas. Tenía muchas ganas de visitar esta ciudad porque en las fotos que había visto la verdad es que me gusto mucho, y así fue, no me decepcionó. En la vuelta a Bruselas, nos dormimos todos, teníamos que recargar la energía porque nos íbamos al Delirium, ese sitio del que tanto me había hablado mi tío. 



Entre patatas y cervezas, llegó el fin del viaje. Tenía expectativas altas, pero la verdad que ha sido todavía mejor. Ahora estoy deseando que llegue nuestro próximo viaje juntos, porque ha sido el primero, pero como acordamos ahí, no será el último.















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos pagamos por pecadores.

 Cada vez el ser humano es mas cruel y no tiene piedad en hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren, sin importar si muere un inocen...