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miércoles, 15 de septiembre de 2021

¿Hay libertad de expresión en la música?

En los últimos años, concretamente desde la aprobación de Ley Mordaza en el año 2015, son muchos los artistas que se han quejado por no poder expresar lo que verdaderamente piensan en sus obras. Pero estos no han sido los únicos. Muchas personas y medios muy influyentes en la opinión pública también han criticado duramente esta ley. Por ejemplo, un editorial del New York Times afirmó que «esta ley trae recuerdos de los peores días del régimen de Franco y no procede en una nación democrática». En base a ello, me gustaría dar mi opinión sobre  la aplicación de esta ley  y otras relacionadas a artistas musicales.

En primer lugar, no podemos olvidar que la libertad de opinión y expresión es un derecho universal recogido tanto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como en nuestra Constitución. Por tanto, estas leyes se aplican supuestamente antes aquellas personas cuyas palabras dejan de ser una mera opinión y aparecen delitos como el de injurias contra la corona o el enaltecimiento del terrorismo. Lo que sucede es que en la práctica es complicado poder establecer los límites entre una mera opinión y una incitación a la violencia o un atentado contra el honor de una persona. 

Del mismo modo, la ley siempre conlleva una interpretación y contextualización y, dada la ya no existencia del terrorismo entre nosotros y el tipo de formato de letra que suponen géneros de música como el rap, considero que, a día de hoy, no se deben aplicar estas penas dada la prevalencia de la libertad de expresión. Por ejemplo, creo que no es lo mismo hablar de ETA cuando asesinaba o meterse con el rey en un mitin político o cuando da una charla que en una canción. 

Por otro lado, creo que otra muestra de que en España este tipo de delitos no están bien tipificados es que somos el país europeo con mayor número de condenas por este tipo de crímenes. Además, curiosamente, todas las personas encarceladas en nuestro país por estos motivos son raperos, es decir, no hay ninguna persona de alto prestigio social ni muy poderosa, como por ejemplo políticos. 

En la misma línea, es significativo el hecho de que todas estas condenas han sido a personas con ideología de izquierdas. Parece ser que discursos antisemitas, como el del aniversario de la División Azul, realizados por personas de la ultraderecha o discursos de diputados de partidos políticos como Vox que incitan al odio día a día, no conllevan ningún mal para la sociedad y pueden hacerse con total impunidad. 

En conclusión, creo que la ya anunciada revisión del código penal es muy necesaria, ya que estos delitos están horrorosamente tipificados. Desde mi punto de vista, no podemos ni debemos intentar que nadie diga cosas como las contempladas en estos delitos porque el precio para conseguirlo es mucho más peligroso y “terrorista”.

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