Los Grafitis

Me parece deprimente que con lo justos que están los sueldos hoy en día, una comunidad se vea obligada a pagar tal dineral como son 2500€ para retirar un grafiti de su puerta del garaje. Este tipo de actos de vandalismo me parecen una falta de respeto y totalmente innecesarios. No sé qué decía o qué es lo que estaba dibujado en la pintada, pero lo que sí sé, es que la puerta de una propiedad privada no es el lugar adecuado para hacerlo.

No soy una persona a la que le desagradan los grafitis, ¡para nada! Me parecen una manera muy bonita y artística de la que los artistas expresan su opinión. Más todavía, en mi casa tenemos un cuadro de un cuadro de Banksy (grafitero inglés). Pero en mi opinión, no todos los grafitis son iguales:

Primero, están los grafitis hechos con una finalidad artística (¡y no sobre propiedad privada!). Muchas pintadas, que han requerido trabajo y habitualmente tienen muchos colores, embellecen las ciudades y les dan personalidad.

Luego están los que han sido pintados a manera de reivindicación. Si estas pintadas se hacen en sitios destinados para ello, me parecen razonables. El problema surge cuando estas pintadas aparecen en lugares inapropiados (como edificios públicos o simplemente la puerta de un garaje). Cuando esto pasa, los mensajes pierden credibilidad y la sociedad puede crear prejuicios sobre el colectivo al que representa.

Por último, están los grafitis que yo categorizaría como “para creerte guay”. En este grupo entran las pintadas de las puertas de garajes, andamios, lonjas en alquiler… Estos sí son actos de vandalismo. No tienen ningún objetivo aparte de que el autor o autora se crea superior al mundo por pintar en la pared de la Gran Vía. 

En conclusión, que los grafitis estén bien o mal, como muchos otros temas de la actualidad, depende de la intención y el modo del que se ejecutan. Eso sí, a mí no me gustaría encontrarme una pintada en la puerta de mi garaje.