Estaba acostumbrada a tomar café con leche con vainilla del supermercado y una amiga me recomendó NOKORA. Su nombre es una mezcla de “nondik” y “nora” para simbolizar un viaje con los sentidos y la búsqueda de la esencia en cada taza de café.
No es una cafetería normal donde te sientas a charlar, no hay sillas. La chica que me preparó el café en una taza super bonita, me hizo sentir que iba a probar el café más especial que nunca antes había saboreado. Era un café de especialidad.
El café de especialidad es un tipo de café de alta calidad que se cultiva, procesa y tuesta bajo estándares rigurosos.
Te preparan bolsas con granos recién molidos de países como Brasil, Colombia, Etiopia, Guatemala, Kenia y en cada bolsita tienes datos de sabor, varietal, región, localidad, altitud, beneficio y hasta el nombre de la familia productora y su finca. Cada grano de café es diferente en función de donde y de qué forma se cultiva y su aroma y sabor puede transportarte a recuerdos relacionados con él.
Paula, la dependienta, me preguntó cómo me gustaba el café para poder elegir el grano que más podría ir con mis gustos. Me explicó origen del grano que había elegido y ella misma lo molió al momento. Cuando lo probé, no dejó de mirarme, la miré y sentí que estaba emocionada al descubrir por mi reacción que me había encantado. Su actitud tan natural y convencida me hizo feliz en aquel preciso instante y ahora recordándolo vuelvo a sonreír. Consiguió el objetivo de NOKORA, convertir cada taza de en una experiencia única llena de aromas y sabores excepcionales. Volveré y no me cansaré de recomendarlo. ¡¡¡GRACIAS PAULA!!!!
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