En primer lugar, si Andoni me contara lo que le ha ocurrido, intentaría ayudarle a ver la situación con perspectiva. A todos nos ha pasado alguna vez. Hemos vivido momentos de vergüenza que parecían imposibles de olvidar. Sin embargo, con el paso del tiempo, la gente acaba olvidándolos.
No obstante, el verdadero problema de Andoni no es un hecho puntual. Al contrario, se trata de una situación que se prolonga desde hace meses. Por ello, es fundamental que comprenda que lo que le ocurre no define quién es. En realidad, el acoso tiene más que ver con la personalidad de quienes lo ejercen. Si no se metieran con él, lo harían con otra persona.
Además, considero importante que se centre en rodearse de personas que le hagan sentir seguro y valorado. Personas que le apoyen y le protejan. Por desgracia, no siempre es posible cambiar la actitud de quienes acosan. Por tanto, aunque no sea justo, Andoni debería intentar que la situación le afecte lo menos posible.
Por otra parte, si le resultara imposible integrarse en su centro educativo, cambiar de colegio podría ser una opción. En Bachillerato suele incorporarse gente nueva, por lo que no estaría solo. En algunos casos, se crean dinámicas muy difíciles de romper. Entonces, cambiar de entorno se convierte en la única salida.
Finalmente, en cuanto a las sanciones contra el acoso escolar, no tengo claro cuál es la mejor solución. Hasta ahora, lo más habitual han sido los partes disciplinarios o las expulsiones temporales. Sin embargo, no creo que estas medidas sean realmente eficaces. En mi opinión, la clave para erradicar el bullying está en la prevención. Es necesario hablar del tema antes de que ocurra y contar con profesores atentos a cualquier señal. Solo así se puede actuar a tiempo y cortar el problema de raíz, ya que una vez establecido resulta muy difícil de solucionar.
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