Graffiti

 Estaba pensando en la junta de vecinos del miércoles pasado, mientras el arrogante presidente que tenemos, en vez de solucionar las goteras del parking o de reparar el ascensor que lleva estropeado dos semanas, daba gala de un discurso meticulosamente preparado, para hacer gala de sus pocas neuronas funcionales, sobre la limpieza de unos grafitis. Durante el tiempo que lleva de presidencia, en cuatro ocasiones ya ha sucedido esto, y en todas ellos, los doce propietarios soltando el dinero para volver a pintar la puerta, un hartazgo general ya había sobre este tema, los suspiros, el leve murmullo de resignación y las miradas delataban esto sin embargo, su elocuencia y paciencia de dieron sus frutos y otra vez, se aprobó la cuestión.

No me malinterpreten, no seré yo quien quiera que se dejadez se apodere del edificio, ni que la fachada se asemeje a un muro abandonado pero tampoco es algo feo lo que han hecho, mejor que ese formal y uniforme gris, que es lo que pintan una y otra vez tras los grafitis, prefiero el arte callejero, que da mas vidilla al entorno y además no hemos pagado ni un céntimo de euro por esto, yo más bien, lo considero un regalo.

El presidente una y otra vez hablando sus majaderías, defendiendo que es una agresión a la propiedad privada y demás chorradas. Como si esto fuera algo mas molesto, que tener que poner cada mes y poco 2500 euros para pintar la dichosa puerta, lo peor es que, aunque con recelo, la gente cae una y otra vez en su discurso.

Y si fuera algo obsceno, o un mensaje desagradable y esa clase de cosas podría entenderlo, pero no es el caso ni esta ni en las anteriores ocasiones, entonces para mi el problema es el presidente, que cuál estoy seguro que alguna mordida se saca de este "problema". Mientras tanto, aquí seguimos aguantando su inmundicia de discurso, y viendo como el cabrón vuelve a ganar una y otra vez, y que bajo la mesa algún billete se lleva para pintar su gris feo en el portón.