Grafiti

El tema de los grafitis siempre da para conversación, porque hay quien los ve como arte urbano y quien los ve como una molestia. Yo, la verdad, lo tengo bastante claro: los grafitis son arte solo cuando te dejan pintar en ese sitio. Si el dueño del lugar no da permiso, por muy bonito que sea el dibujo para mí no deja de ser vandalismo. Es como si alguien entrara en tu casa, te pintara un mural en el salón y luego te dijera que deberías agradecérselo porque es arte… 

En mi comunidad ya estamos hartos. Hace un mes nos apareció un grafiti enorme en la puerta del garaje, recién pintada del año pasado, cuando ya nos tocó hacer lo mismo. Y claro, en la última junta decidimos gastar otros 2500 euros para volver a dejarla en condiciones. Ese dinero sale de los bolsillos de cada uno de los vecinos así que es normal que esto cause indignación o enfado ya que o es justo que nosotros tengamos que pagar por algo que ni hemos hecho ni que queríamos. Nadie le pidió a esa persona que pintara un grafiti sin sentido en nuestra puerta del garaje. 

Cuando alguien invade la propiedad de esa manera, yo estoy de acuerdo con denunciar. Seguramente no se encuentre al culpable, porque estas cosas suelen pasar de noche y en cuestión de minutos, pero al menos queda constancia. Y si un día se repiten los hechos o se pilla al responsable, la denuncia anterior sirve como prueba de que no es un caso aislado. 

En nuestra comunidad lo primero que hacemos es un bote entre los vecinos del edificio para cubrir los gastos y arreglar la puerta cuanto antes, porque la imagen del edificio es importante.  Y después, pues toca pensar en cómo evitar que vuelva a pasar. Hemos estado hablando de poner alguna medida de seguridad, como cámaras, mejor iluminación o incluso algún sistema antigrafiti que haga más difícil que la pintura se adhiera. Esto no es un gasto sino una inversión en seguridad para evitar futuros casos. 

Al final, lo que queremos es vivir tranquilos, mantener la comunidad en buen estado y no tener que estar discutiendo constantemente sobre el tema. La gente que hace grafitis sin permiso quizá no piense en las consecuencias, pero para los que vivimos allí es un gran problema. Así que, aunque yo reconozco que el grafiti puede ser arte, también creo que el respeto por lo ajeno tiene que ir por delante. Y si alguien decide ignorarlo, pues no queda otra que actuar, denunciar y proteger lo que es de todos.