domingo, 26 de octubre de 2025

Mi vecina muerta

Hace unos días conocí a mi vecina, una señora mayor encantadora y con la que mantuve charlas muy agradables, la verdad es que desde el primer momento conectamos y nos llevamos genial. Sin embargo, lo que ocurrió ayer fue desagradable, inesperado y triste.

Nada más despertarme, salí a comprar el pan y desde la puerta de mi piso vi a mi vecina esperando al ascensor con una bolsa de cuero gigante que pesaba mucho más que ella. Al ver el panorama, me acerqué rápidamente a echarle una mano para entrar en el ascensor, con una gran incertidumbre de lo que podía encontrarse dentro de la bolsa. Cuando entramos las dos, vi que le ocurría algo, no ponía buena cara y de repente...se desplomó al suelo. Yo, con el corazón en la garganta, llamé muy rápido a emergencias para que pudieran ayudarla. Al de apenas unos segundos llegamos al portal, y lo primero que hice fue sacar la bolsa para que no dificultase el paso a las personas que vendrían a ayudarla, aunque supuse que era demasiado tarde, ya que no daba señales de vida.

Al sacar la bolsa me dí cuanta de que llevaba una cantidad de dinero impresionante y al lado, un sobre el cual decía que todo ese dinero sería donado a la ultraderecha. Ahí fue cuando me dí cuenta de que en el momento en el que llegasen los médicos sería demasiado tarde y no tendría oportunidad de intervenir en su última voluntad. Puede resultar muy despiadado para algunos, pero al ver que esta señora pretendía donar tanto dinero a un partido tan injusto, extremista y autócrata, no pude evitar romper el sobre y guardarlo en mi bolso. Aunque fuese la última voluntad de una persona y fuese injusto no realizar lo que ella habría querido, es igual de injusto lo que pretenden estos partidos, como por ejemplo el que se opongan a denunciar la violencia de género, la cual hace tanto daño hoy en día.

Por último, teniendo en cuenta que, de haber seguido su plan, esa señora habría contribuido a un mal mayor, cuando llegaron los médicos declaré que ese dinero era mío. Por supuesto no lo invertiría en mí, sino que lo donaría a organizaciones como "Save The Children" o "Médicos Sin Fronteras", de modo que pudiera ayudar a tantos niños que se encuentran en condiciones pésimas y que tanto sufren actualmente. Así, ese dinero se convertiría en educación, alimento y atención médica, transformando algo que pudo ser injusto en un verdadero acto de ayuda.





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