La vecina muerta

 Sinceramente, yo no lo haría. No podría donar ese dinero a un partido que defiende ideas con las que no estoy de acuerdo. A un partido político que promueve ideas en contra de los derechos humanos, la igualdad y el respeto hacia los demás. Por muy buena persona que fuera mi vecina, creo que hay cosas que no se pueden apoyar. Hay cosas que van por encima de la dignidad de las personas. No me sentiría en paz y realizada sabiendo que este dinero se utilizara para difundir odio en la sociedad o para negar realidades social graves como la violencia de género.

Entiendo que eran sus últimas voluntades, pero, respetar a alguien no significa seguir ciegamente sus ideales. Pienso que hay un límite. No puedes dejar de lado tus pensamientos, tu moral, por seguir lo que pone en una papel. Si este dinero terminará en manos de personas que quieren dividir, quieren excluir a personas y retroceder en los derechos estaría en contra de mis valores.

Ademas, ella ya no está aquí. No va a sufrir por mi decision de no otorgar el dinero a donde ella quería. Pero lo que sí que va a ocurrir es que muchas personas van a a sufrir las consecuencias de este dinero erróneamente otorgado.

Por eso usaría ese dinero para algo totalmente diferente: ayudar a gente que lo necesita, apoyar proyectos que cuiden el medio ambiente o asociaciones que luchan por la igualdad. Creo que así el dinero tendría un fin mucho más humano y positivo.

Sé que puede parecer que estoy traicionando su confianza y como un acto de rebeldía, pero aveces cumplir una voluntad no es lo mismo que hacer lo correcto. Ella ya no está aquí, y ese dinero podría tener un impacto real en la vida de otras personas. Prefiero dormir tranquila sabiendo que el dinero no se utilizó para fomentar el odio.

En resumen, no cumpliría su deseo. Donaría el dinero a una causa buena donde se apoyan los derechos de las personas. Porque al final, lo importante no es el dinero, sino el uso que se le da. Y yo elegiría usarlo para construir, no para destruir.