Al comenzar el curso, lo primero que fui a comprar fue una agenda. La verdad es que nunca he sido de esas personas que apuntan todo. La última vez que usé una fue en primaria, de esas que hacía el propio cole. Opté por ir al Corte Inglés, ya que no tenía muchas esperanzas de encontrar una que me gustara en el bazar, no solo por la estética sino también por la organización.
Cuando llegué a la sección de papelería, en vez de preguntarle a alguien, empecé a buscarlas por toda la cuarta planta. El caso es que no las encontré y tuve que preguntarle a una dependienta que estaba ordenando rotuladores. Cuando le hablé, ni me miró y dijo: “ No te estoy mirando pero te escucho”. Me pareció un poco fuera de lugar, al fin y al cabo, no cuesta nada mirar al cliente cuando te habla.
Dejando eso de lado, me dirigí a donde ella me había indicado y me puse a mirar todas de arriba abajo. Tenía claro que quería una que tuviera un calendario anual y mensual y que los días no ocuparan toda la página. Había muchas que eran enormes, de esas con pegatinas y frases motivadoras. Las descarté directamente ya que no le veo el sentido a una agenda que es del mismo tamaño que un cuaderno de clase.
Al final elegí una normal de la marca Oxford que cumplía todos mis requisitos. No era muy gorda, la tapa era bonita y además te venía con pegatinas. El momento del pago fue muy fácil. La cajera fue encantadora y además me explicó la función de una nueva tarjeta de El Corte Ingles. Con la tarjeta, acumulabas un 10% de la compra y gracias a eso tengo 2€ para gastar.
En resumen, salvo la primera dependienta, la experiencia fue buena. La cajera fue muy amable y la agenda muy útil. Ahora apunto todo en ella para estar al día y no como antes que olvidaba muchas de las cosas que tenía que hacer.
5/5
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