Hace unos días fui a un restaurante de comida italiana, donde principalmente venden espaguetis y pizza. El ambiente parecía muy agradable, es por eso que decidimos entrar y comer ahí. En su menú, ofrecían varias opciones de pizzas y pastas, supuestamente tradicionales e italianas. Mi familia y yo pedimos platos distintos cada uno, algunos eligieron pasta y otros pidieron pizza. Yo me decanté por una lasaña, pues el sabor de pasta que quería no estaba disponible en la carta.
Pasó un rato mientras traían la comida, si bien no fue extremadamente largo el tiempo de espera, fue más prolongado de lo habitual. Luego de esperar un buen rato, trajeron nuestro pedido. La lasaña que pedí estaba bastante caliente y venía en un plato algo profundo. Estaba cubierta de salsa de tomate hirviendo y de una salsa empalagosa que parecía tener nuez moscada en gran cantidad. Empecé a comer y noté que no traía tanta carne como cualquier lasaña promedio, lo que no me gustó. Además, las hojas de masa no tenían tanto queso, especialmente la de arriba, que pensé que estaría más crujiente. En general, siento que podría haber estado mejor.
Luego de comer pedimos un tiramisú que estaba bastante aguado y parecía más gelatina que cualquier otra cosa. Usualmente no pido ese postre, pero estaba segura de que su textura no era normal. Finalmente, pienso que el lugar era agradable y el servicio estaba bien pero la comida me hizo llegar a la conclusión de que pude haber gastado el dinero en otro sitio mejor. Para mí, es un 3 de 5 estrellas.
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