Mi primera carrera la hice en 2022 y casi no salgo viva de ahí. Veréis, era en la Gran Vía y era denominada la Milla de Bilbao. Yo aparecí con bastante tiempo de antelación para poder calentar correctamente. Empecé con los ejercicios que hacíamos normalmente en los entrenamientos y al de tiempo mis dos amigas, Nahikari y Ane, aparecieron.
Las tres empezamos a calentar de inmediato y más tarde llegó el entrenador y nos dijo que corriésemos algo para entrar el calor y adaptarnos al ritmo de la carrera. Casi dos horas más tarde nos dieron los dorsales y nos colocamos en la línea de salida debido a que nos tocaba correr ya. Yo estaba con bastantes nervios pero sabía de gente corredora primeriza también y eso me consoló.
La señora dio el pistoletazo de salida y todas la personas echaron a correr como locos y yo como no era menos, también lo hice, grabe error. El primer rato lo llevé bastante bien pero por momento iba empeorando. El asma me empezó a afectar bastante y cada vez bajaba más posiciones hasta llegar a ser la del final. Mis amigas no iban mejor y yo me estaba desesperado. La gente empezó a terminar la carrera y yo iba poco más de la mitad pero eso tenía algo fantástico. Los espectadores me empezaron a animar para terminar la carrera y eso me dio esperanza.
Terminé la carrera agotada, casi sin poder coger aire. Antes de ver a mis padres me acosté en el banco más cercano para poder coger algo de aire. En ese momento me vio la persona que lleva el coche para llevar las personas al hospital y me interrogó para ver si estaba bien o necesitaba algo como asistencia medica. Yo le respondí con tono de cansancio y me acompaño donde mis padres para cerciorarse de mi estado físico. Más tarde me encontré con mis amigas y comentamos la carrera y las tres aprendimos la importancia de no empezar de manera explosiva la carrera sino de manera relajada y mantenido el ritmo constante.
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