Discomanía

 Como la mayoría de personas, yo he viajado mucho con mi familia. También como la mayoría de personas, suelo escuchar música en el coche durante el trayecto. Normalmente, escucho los discos que mis padres habían instalado en un USB que siempre está en el coche. Entre los cientos de canciones que se encontraban en ese dispositivo, un arista destacaba en particular y de ese artista también lo hacía una canción.

Mi madre siempre ha sido una gran seguidora del conocido cantautor español Melendi. Desde que tengo uso de razón, la recuerdo escuchando uno de sus muchos discos mientras preparaba la comida o pasaba el polvo junto a mi padre, por lo que es lógico, todos los discos de este artista se encontraban en el USB.

Melendi tiene muchos discos, los cuales varían bastante en estilo y melodía, pero una canción que siempre me ha llamado la atención y de la que me llevo un buen recuerdo es "Caminando por la vida", del disco "Que el cielo espere sentao". Es un tema que inspira despreocupación, por la letra y por la melodía.

No solo es una canción pegadiza, sino que también me resulta muy memorable. Cada vez que la escucho me vienen los recuerdos de estar mirando por la ventana en un largo viaje de camino al pueblo o a visitar a mi abuela. Tanto la melodía como la letra de la canción desprenden justamente la energía de un viaje de carretera, observando el paisaje castellano en medio del verano, con toda la ilusión de no tener que despertarme a la mañana al día siguiente para ir al cole. Es una pena que en los últimos años, entre que no siempre suelo hacer viajes con mi madre y que el reproductor de CD de mi casa ya no funciona, no suelo escuchar esta canción con tanta frecuencia como lo hacía antes. Me gustaría que en el futuro pudiera llegar a oírla tanto como antes. 

En conclusión, todos tenemos algún tema que nos conecta a un momento de nuestras vidas. Muchas veces lo que hace a una experiencia memorable son las melodías que sonaban entonces. Es importante que siempre mantengamos esos recuerdos en nuestra mente, ya que nunca se sabe si alguna vez los vamos a vivir de nuevo.