Hay debates que ya no tiene sentido que lo sigan siendo. Es preocupante que en pleno siglo XXI se intente reabrir un una discusión que se demostró hace años. Estas declaraciones suponen un ataque a la razón, y considero que esta postura es una estrategia política para desmantelar la educación pública como un lugar de pensamiento crítico.
El argumento de que los padres deben decidir la educación de sus hijos alcanza un límite cuando se trata de el derecho del menor a una formación científica. Los colegios públicos son un espacio donde aprender a entender el mundo mediante pruebas, ya que este es un camino genera. En cambio, la fé es algo tan individual que es casi imposible implantarlo como una única enseñanza. Si permitimos que la materia se implante según las creencias particulares de cada familia, limitamos a los alumnos.
El creacionismo no es una alternativa científica, sino una creencia que individualmente los y las alumnas deben decidir si apoyan o no. Por ello, intentar introducirlo en los institutos bajo el disfraz de "pluralismo" es un error. Además, muchas veces, estas visiones suelen ir ligadas a estructuras patriarcales que han utilizado la religión para justificar la desigualdad y el control sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres durante siglos.
En conclusión, la educación debe hacernos huir de la ignorancia, y aunque respeto la decisión de creer en teorías religiosas, considero que es imprescindible que en las escuelas se inculquen teorías respaldadas en la ciencia, ya que como he comentado anteriormente, estas no son creencias individuales.
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