Desde pequeña, la canción que más he escuchado ha sido, sin duda, “Blanco y negro” de Malú. Es una canción que al escucharla me transmite tranquilidad y me recuerda a mi infancia y a las personas con las que crecí.
La primera vez que la escuché fue con mi madre, mientras nos estábamos arreglando, ella para ir al trabajo y yo para ir a clase. Cuando la puso, me encantó y ya me quedé todo el día con la canción en la mente. Al volver a casa, le pedí que me la volviese a poner, y así estuve durante toda la tarde. Esa misma noche ya me la había memorizado.
Al parecer no solo me gustó solo a mí, sino que mis amigas también se la sabían. Recuerdo que en el patio siempre jugábamos a que éramos cantantes de “La Voz Kids” y yo siempre me pedía ser la que cantaba esta canción. Con mis amigas de verano me pasó algo parecido. Ese verano, nos pasamos todos los días en la playa haciendo imitaciones de cantantes y yo siempre pedía ser Malú.
Cuando cumplí 10 años, pedí por mi cumple que me regalasen las entradas para escuchar a Malú en directo con mi madre y con mi tia. Siendo sinceros, solo me sabía esa canción y me pasé todo el concierto callada, esperando a que Malú cantara “mi canción”. No puedo describir con palabras la emoción que sentí cuando la escuche, es un momento que recordaré siempre.
En aquella época, me gustaba la canción seguramente por la melodía, porque no me detenía a pensar en la letra. Fue a partir de los 15 años, cuando ademas de la melodía, entendí lo que quería decir la canción y me encantó.
Desde entonces, no la escucho a diario pero hay épocas en las que me gusta volverla a escuchar para recordar todos los momentos buenos que he vivido con esta canción. Sé que “Blanco y negro” siempre estará en mi playlist y será, sin duda, la canción de mi infancia.
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