Hace tiempo me fui a vivir con mi pareja a una casa en un barrio tranquilo. Siempre me encontraba con esta señora, al fin y al cabo vivíamos puerta con puerta. Al principio solo intercambiábamos saludos, pero con el tiempo empezamos a hablar más. Un día me pidió que le acompañara al supermercado. Desde entonces, cada semana me esperaba con una sonrisa y una lista de compras escrita a mano.
Un día cualquiera me la encontré con una bolsa de cuero muy grande, parecía muy pesada, y como por lo que me había contado, no tenía a nadie que le ayudara, me presté para ello. Mientras la acompañaba al ascensor, de repente, le dio un ataque. Enseguida llamé a la ambulancia para que vinieran cuanto antes, y seguí las instrucciones que me iban indicando para realizar la RCP, pero no sirvió de nada ya que terminó muriendo.
Llamé a mi pareja para repartirnos el contenido de la bolsa ya que pesaba bastante, y al abrirla había muchísimos billetes y un sobre con sus últimas voluntades, las cuales eran donar todo a un partido político de ultraderecha , xenófobo , negacionista del cambio climático y contrario a denunciar la violencia de género.
En ese momento se me planteó un profundo dilema moral…debía cumplir la última voluntad de mi vecina y entregar una enorme cantidad de dinero a un partido que representa a todas las ideas que yo detesto y contribuir, así, a la expansión de las mismas o podría, por el contrario, ignorar sus deseos y favorecer a aquellas causas de las que soy partidaria.
La verdad es que me llevo días ( y alguna noche en blanco) tomar la decisión sobre qué hacer. Decidí finalmente entregar el dinero al partido al que estaba destinado porque aunque no me gustara la idea, comprendí, por una parte, que aquel dinero no me pertenecía y, por otra, que sería inmoral ignorar la voluntad de su dueña. Para llegar a esa conclusión me ayudó mucho el hecho de ponerme en el lugar de mi vecina y en cómo se sentiría si supiera que su dinero no se destinaba a aquello en lo que ella creía y defendía. Además, dar otro destino a ese dinero hubiera ido en contra de mis propios principios y valores de dignidad y de respeto a los demás y por eso me hubiera generado una fuerte sensación de remordimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario