El otro día fui de compras con mi madre a Zara, no fuimos con muchas esperanzas porque Ultimamente no nos gusta mucho lo que nos ofrece la tienda, pero como pasamos por ahí decidimos entrar. No digo que últimamente no nos gusta la tienda por las dependientas, porque nunca hemos tenido ninguna queja en ese sentido, lo digo por la ropa, porque a parte de que está carísima, nos cuesta mucho encontrar una prenda que nos guste de verdad.
Ese pensamiento que tenía, para mi ya ha cambiado. Para nuestra sorpresa, salimos muy contentas y las dos pensamos que había sido una de nuestras mejores compras. Fue una buena compra por varias razones pero una de las más importantes y satisfactorias es que tuvimos la suerte de encontrar nuestras tallas perfectas en cada prenda que nos gustaba. Mi madre tenía en mente un tipo de jersey que hace tiempo se quería comprar y yo unos pantalones, pues las dos cosas estaban a buen precio y además había tallas. Para rematar, en los probadores no había casi gente, ya que fuimos un sábado muy pronto por la mañana, cosa que hicimos a posta porque esperar colas es lo que peor llevamos.
A parte de lo que ya teníamos en mente nos llevamos cada una un par de prendas más, porque de verdad que fue una de las primeras veces que casi todas las prendas de la tienda nos encantaron, había de todo. Lo mejor de todo es que nos llevamos un montón de cosas y en muy poco tiempo, es decir, no tuvimos que esperar casi ninguna cola porque en la caja también había muy pocas personas. Cuando mi madre y yo salimos de la tienda, cada una con una sonrisa de oreja a oreja, estábamos de acuerdo que esa había sido nuestra mejor compra.
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