El año pasado por estas fechas hice el viaje más inolvidable vivido hasta el momento con mi familia: mi aita, mi ama, mi hermana y mi hermano.
Todo comenzó pensando en cómo sorprender a mi madre, iba a hacer los años y esta vez teníamos el deseo de esmerarnos; era el año para hacer algo especial, iba a celebrar los 50. La ocasión pedía hacer algo distinto a otras celebraciones.
Pensamos en regalarle algo material como ropa, cosas de belleza, zapatos… pero no nos convencía nada. Por ello, empezamos a pensar en experiencias especiales, para poder recordarlo toda la vida.
Miramos miles de opciones diferentes: conciertos, exposiciones de arte, obras de teatro, viajes con destinos a playas… Pero no estábamos convencidos del todo. Y pensando, dimos con el regalo perfecto: viajar en familia a Londres en Navidad. Ese destino siempre le había llamado la atención, pero no encontrábamos el momento para hacerlo.
Tras haberlo organizado todo, llegó el gran día.
Eran las cinco de la mañana y mis hermanos y yo corrimos a la habitación de mis aitas a despertarles, como habíamos organizado con mi aita. Llevamos a mi madre a “La Paloma” sin darle explicaciones, y al pasar el control para embarcar, le dimos la gran noticia.
Todo salió perfecto y siempre lo recordaremos todos con gran cariño. ¡Esperamos poder repetirlo pronto!
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