Los días empiezan más pronto ahora.
Me despierto con más cansancio del de la noche de ayer.
Hace poco esta era la hora en la que me metía en la cama,
pero no es verano y las clases ya hace tiempo han empezado.
Enciendo el altavoz y empiezan a sonar las primeras notas.
Empezar el día mientras está sonando mi canción favorita me hace sonreír.
Las melodías llenan toda mi habitación y cada nota vibra en mi cabeza.
Se perciben melodías de baterías y bajos detrás de la voz cantada,
una voz que poco a poco se siente más alta.
Cada canción me lleva a momentos del pasado.
Momentos felices y momentos más tristes.
Salto canciones si no me generan alegría para no empezar el día con mal pie.
Subo el volumen de las animadas para despertarme del todo.
El reloj avanza y llega el momento de ir a clase.
Entre tanta melodía no me ha dado tiempo de prepararme.
Apago el altavoz y a todo correr salgo de casa.
La letra de la primera canción se mete en mi cabeza,
y se quedará ahí hasta mañana por la mañana dónde otra melodía se grabará en mi mente.
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