Reseña

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Hace unas semanas fui con mi mejor amiga a pasar la tarde por el Casco Viejo, sin plan ni nada, solo a mirar tiendas y a tomar algo. Entramos en una tienda pequeñita que se llama “La Bohème”, porque el escaparate estaba lleno de ropa monísima de otoño y luces colgadas que daban un rollo que nos llamó la atención. Nuestra idea era solo curiosear un poco, pero claro… fue imposible salir de allí sin caer en la tentación.

La chica que atendía era majísima, de esas que te hacen sentirte cómoda desde el principio. Me enseñó varios abrigos y jerseys nuevos que acababan de llegar, y uno en concreto me encantó: era beige clarito, con un dibujo bordado de unas flores pequeñitas y encima el tacto era súper suave. Me lo probé y fue como “vale, lo necesito”.

Mientras me lo estaba mirando en el espejo, de repente se fue la luz unos segundos (según la dependienta, pasa a veces porque el local es viejo). En el momento me pegué un susto, pero luego todas nos empezamos a reír. Al de unos segundos, cuando volvió la luz, mi amiga dijo: “mira, hasta el universo quiere que te lo lleves”. Entre las risas y el momentazo, ya no tuve escapatoria.

Cuando fui a pagar, resultó que tenía un 10% de descuento por promoción de otoño, y además me lo envolvieron con una pegatina del logo y una ramita seca de lavanda (creo). Fue un detalle tan simple pero tan bonito que me dejó encantada.

Desde entonces he llevado el jersey un montón, y cada vez que me lo pongo me acuerdo de esa tarde tonta que acabó siendo súper divertida. Así que sí, si pasáis por el Casco Viejo, id a La Bohème, que además de ropa bonita, tiene ese toque que hace que te vayas con una sonrisa.