Escribir una carta de despedida hacia la que siempre ha sido la persona más presente en mi vida es algo inimaginable. Tratar de expresar pensamientos finales, gratitud y despedidas en unas pocas líneas es algo que probablemente tomaría tiempo y muchas reflexiones. Aun así, si tuviera que escribir una carta de este tipo, intentaría enfocarme sobre todo en el futuro de mi madre y en que sepa que ella todavia tiene una vida por delante.
La primera parte de la carta sería para tratar de calmar a mi madre. Le pediría que tratara de mantener la calma y que recordara que todo lo que hice fue siguiendo mis ideales. Intentaría transmitirle paz, asegurándole que me fui con la frente en alto y sin miedo.
Lo siguiente que haría seria agradecerle todo lo que ha hecho por mí. Me gustaría recordarle que ha sido una madre increíble, siempre presente en los momentos difíciles y en los felices. Le agradecería no solo por su amor incondicional, sino por haberme ayudado sin importar la dificultad.
En medio de una situación tan trágica, creo que sería importante traer al presente los mejores recuerdos. Mencionaría viajes familiares, cenas en casa, conversaciones largas y pequeñas anécdotas del día a día que marcaron mi vida. No solo porque quiero recordar esos momentos en mis últimos instantes, sino porque quiero que mi madre los recuerde también y encuentre consuelo en ellos.
Para terminar, no haría de esta carta un adiós definitivo. Con esas palabras, intentaría darle un poco de paz y consuelo, esperando que, de alguna manera, le ayuden a sobrellevar la tristeza.
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