Yo personalmente me considero una persona estándar en el mundo de las tentaciones. Antes cuando era pequeño, y menos consciente de las consecuencias que estas pueden acarrear, si era más vulnerable. Hoy en día, yo creo que tengo muy claro que cosas debo hacer y cuales no.
Claro está que independientemente de ser conocedor de las consecuencias, estas siempre están presentes en el día a día, y hay a veces que si me dado algún capricho de más. Por ejemplo, a la hora de estudiar, al tener el móvil justo al lado mío, es muy tentador mirarlo cuando ya te estás aburriendo de estudiar y te apetece descansar. En mí opinión, yo creo que está es una de las tentaciones que tengo más presentes en mi día a día, y que debería de intentar no caer en ella, por mucho que me aburra.
Otro ejemplo claro de tentación es el hecho de mirar el móvil cuando estoy en clase. Cuando tienes el móvil en el bolsillo, es imposible evitar las notificaciones de propaganda. Sin embargo, cuando te vibra el móvil en clase, aún sabiendo que va ser propaganda, no puedes evitar mirar para ver que es, y yo por lo menos caigo en la tentación muy habitualmente.
En conclusión, las tentaciones están muy presentes en nuestro día a día, y si que es verdad que aún siendo conocedores de las consecuencias negativas que acarrean, a veces es difícil no caer en ellas.
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