Aceptar el dinero que me ofrece el chico después de contarle la historia de mi amiga es un dilema complicado. Por un lado, el guion está basado en una tragedia muy personal para ella, algo que compartió conmigo en confianza. Aunque nunca mencioné su nombre, la esencia de lo que me contó sigue siendo suya. Aprovechar esa historia para ganar dinero, aunque no sea una explotación directa de su identidad, me hace sentir incómodo. Es como si estuviera usando su dolor para beneficio personal.
Por un lado, podría pedirle permiso a mi amiga, no se sabe que tipo de guion es (uno de drama, de miedo) y podría enfocarle la propuesta como una obra en memoria de su padre. Eso sería una manera de contar la historia y aceptar la realidad tal y como es, desde luego. Evidentemente, no aparecerían nombres de la vida real ni que está basada en hechos reales. Repartiría la recompensa con ella, por supuesto.
Otra opción sería no contarle nada a la amiga y sugerirle al chico que añada elementos imaginarios al guion conservando lo esencial. No me parece una historia muy específica y podría ser obra de la imaginación de cualquier guionista. Si cuela cuela.
Al final, creo que lo mejor es hablar con mi amiga y contarle todo. Si ella está de acuerdo, podríamos hacerlo juntas, pero sin ocultarle nada. No quiero que, al final, el dinero o el guion se interpongan en la confianza que tenemos. Tal vez lo más simple sea ser honestos desde el principio.
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