Como organizar bien tus estudios

 Estudiar es algo que no a muchos les gusta, pero por desgracia los jovenes lo tenemos como una de nuestras principales obligaciones, y sobre todo en este 2º de bachillerato una gran preocupación. Tener una buena media y estar bien preparados para poder entrar en la carrera que nos gusta es algo de lo que estamos muy pendientes y aunque a veces parezca algo muy duro y nos agobiemos, con una buena organización puede resultarnos mucho más fácil.

Para empezar, y como uno de los puntos más importantes, aunque no tengamos deberes ni exámenes para hacer, es esencial repasar lo hayamos hecho ese día en clase para que a la hora de estudiar el temario ya tengamos una idea en la cabeza y no empecemos de 0.

Otro punto muy útil para tener más ordenadas las cosas que tenemos que hacer o estudiar es una agenda o algo que nos sirva para apuntarlo todo. Apuntaríamos lo que hay que estudiar y para que día lo tendríamos que tener preparado, también evaluándolo dependiendo del nivel de dificultad que nos suponga cada asignatura, para saber a cual tenemos que dedicar más tiempo.

Por otro lado, además de los días, es esencial controlar también las horas que le vamos a dedicar, organizando bien las tareas que tengamos para cada día, los estudios, y en caso de que haya alguna extraescolar, calculando también el tiempo que tengamos para trabajarlo en casa.

También es esencial para unos buenos resultados académicos tener un margen relativamente largo de estudio para cada examen. Si tenemos una agenda en la que organizamos los estudios pero apuramos el mínimo tiempo para aprendernos lo que nos vayan a preguntar, no va a ser lo suficientemente útil. Es necesario calcular más o menos lo que estudiaremos cada dia para un examen y dejar al rededor de 2 o 3 días depende de lo difícil que nos resulte para repasar toda la información y de esta forma tener más seguridad el día del examen.

Por último y más importante, es que todo esto no servirá para nada si no cumplimos con lo que hemos organizado lo más estrictamente posible, ya que si un día, por pereza, decidimos atrasar algo que estaba apuntado para ese día, lo más probable es que se desorganice todo lo planeado y no seamos todo lo productivos que habíamos previsto.