Primero de todo, sería importante empezar lo antes posible. Al final, cuanto más jóvenes somos, más fácil suele ser interiorizar una lengua que no conocemos. Sin embargo, si realmente necesitas aprender un nuevo idioma siendo ya adulto, nunca es tarde para internarlo.
Para empezar a familiarizarse con esta nueva lengua, sería recomendable instalarse aplicaciones como Duolingo, por ejemplo, para ir poco a poco memorizando vocabulario. Así, al menos podremos entender palabras sueltas o frases cortas. Después, podríamos practicar hablando, intentando formar frases más largas y completas. En caso de poder, sería perfecto poder hablar con alguien nativo o tener un profesor que pueda corregir los errores que tengamos.
Más adelante, una forma de aprender expresiones y mejorar la pronunciación, sería viendo películas, series o vídeos en redes sociales. Podemos elegir verlo con o sin subtítulos, y al principio sería mejor poder ver algo que hayamos visto antes, en lugar de nuevo contenido que podamos no entender. De esta manera, en lugar de estar estudiando de una forma aburrida, podemos entretenernos mientras aprendemos.
Para terminar, este es un proceso para el que no tenemos que tener prisa. Así, con solo dedicarle 15 minutos al día y siendo constantes, podremos mejorar mucho. Además, cambiando pequeños hábitos, como cambiar el idioma del móvil, iremos acostumbrándonos a esta nueva manera de hablar.
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