Yo sinceramente no tomaría la pastilla. Por mucho que sea una opción más fácil y rápida no creo que sea lo mejor para mí. Además, estos medicamentos suelen tener efectos secundarios y pueden ser dañinos. Prefiero hacer las cosas de forma natural, aunque me cueste más esfuerzo y tarde mucho más.
Se supone que el objetivo que tengo es mejorar mi salud, así que quiero hacerlo de la mejor manera. Con una dieta y haciendo ejercicio puedo aprender a cuidarme mejor y entender lo que es mejor para mí, además de crear nuevas costumbres que me van a servir para toda la vida. Sinceramente creo que tomar una pastilla solo resolvería el problema temporalmente pero no cambiaría mi relación con mi cuerpo ni con la comida y, a largo plazo volvería a tener el mismo problema.
También, está el tema de tener que decir que me he tomado una pastilla siempre que me preguntasen. Eso me haría sentir que me menosprecio a mí misma y que no soy capaz de esforzarme. Nunca he defendido ni creído que este tipo de medicamentos sean buenos porque pueden provocar problemas innecesarios, así que tomarme la pastilla iría en contra de mis valores. Encima, teniendo en cuenta que estoy presente en las redes sociales, no me gustaría que por ir diciéndolo cada vez que me lo preguntasen otros también la empezasen a tomar sin necesitarlo.
Sé que el proceso sería bastante más largo si decido ponerme a dieta y que habrán momentos en los que me arrepentiré de no haberme tomado la pastilla y querré dejar de esforzarme. Pero también sé que cada avance me haría sentir mejor y orgullosa de haber elegido esta opción. Tener que esforzarme me enseñaría muchas cosas como a tener más paciencia y a darme cuenta de que soy capaz de conseguir más cosas de las que yo creo.
Personalmente creo que esta sería la opción que yo he escogería, pero porque creo que es lo que más me conviene. Tampoco juzgaría a otra persona por elegir la opción de la pastilla, cada uno sabemos que es lo mejor para nosotros mismos.
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