domingo, 8 de diciembre de 2024

Opción

 Si me dieran a elegir entre tener una infancia trauma y ser un magnífico escritor, o tener una buena infancia y ser un escritor mediocre, sin duda me quedaría con la segunda opción. 

Conozco a muy poca gente que haya tenido una infancia plagada de traumas, que haya tenido una vida normal siendo adulto. En la infancia es cuando el cerebro se empieza a asentar, y si una persona recibe malos tratos, ya puede ser bullying, maltratos en casa o incluso agresiones sexuales siendo pequeño, lo más normal es que le perjudique de mayor.

Por mucha fama o prestigio que te de el ser un buen escritor, considero que la salud mental es lo primero, y por eso nunca elegiría la primera opción. Tiene que ser un infierno vivir con miedo a que te ocurran cosas que te hicieron cuando eras un niño. Puede que te sientas bien cuando alguien te diga que tu libro es extraordinario, pero si ese libro está contando una historia de algo que te ha ocurrido, de lo que no estás orgulloso o a gusto con ello, nunca saldrás de esa infancia que tanto te ha marcado.

También hay que tener en cuenta lo traumática que haya sido esa época, porque no es lo mismo que te vacilaran por ser malo al fútbol, a que te haya ocurrido una de las cosas anteriormente mencionadas. Evidentemente, si fuera que te han vacilado alguna vez pues si se podría barajar la opción del escritor bueno, pero si no es así, no la elegiría.

En conclusión, considero que la infancia es una de las etapas que más marcan en la vida de una persona y no la vendería por ser un buen escritor.

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