El curso pasado fue uno de los mejores. A lo largo de todos estos meses, pude formar parte de muchos campeonatos de España en natación. Cada campeonato fue extraordinario. Logré dar lo mejor, eso me llevo a quedar subcampeona en algunas pruebas en los campeonatos más relevantes. Esos momentos eran asombrosos, ya que todo mi esfuerzo se pudo ver reflejado en los resultados. Además en uno de estos, pude completar la marca para poder presentarme al campeonato de Europa, donde me lo pase estupendamente y pude conocer a mucha gente. Estaba encantada por poder mezclarme entre los mejores y ser una más de ellos ya que hace años era un sueño que pensaba que nunca fuera a poder alcanzar.
En cuanto a las clases, me fue estupendo. Aprobare todas y eso me dejó muy contenta. Traté de llevar todo al segundo para no quedarme atrás, y todo fue como esperaba. Estaba orgullosa con lo que estaba logrando en clase y fuera de ella ya que soy capaz de poder hacer las dos cosas con 0 problemas.
Aparte de los logros nadando y en clase, las horas de descanso las aprovechaba un montón. Me gustaba estar con la gente que me hace estar contenta. Con ellos no hay momento en el que no esté alegre. Nos encantaba dar paseos, hablar durante horas y explorar nuevos lugares. Eran momentos para desconectar totalmente, y están llenos de buenos recuerdos.
Cada semana albergaba su encanto, entre entrenar, las clases y los planes, era absurdo que me cansara. El curso pasado me dejó mucho que aprender.
Pude aprender a ordenarme mejor, a aprovechar cada momento, y a alegrarme por los pequeños logros que poco a poco acababan trasformándose en grandes.
Recuerdo que al acabar el curso estaba orgullosa de haber logrado las metas que me propuse al empezar el año y la temporada. Este daño quedará grabado como una de las mejores épocas por las que he pasado.
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